Prácticamente todos los veranos sin excepción quien esto escribe es preguntado por alguien con configuración lateral (sidemount): “Oye … ¿y tú porqué no vas en sidemount?”.
Como quien escribe ya ha comprobado la generalizada fidelidad al sistema de quien lo adopta en estas circunstancias (fidelidad viene de la familia etimológica de «fe»), se intenta mantener las formas mediante un extenso repertorio de respuestas que ya se ha configurado con el tiempo. Y se contesta: “porque estoy mal de la espalda”.
¡Respuesta perfecta para que el que pregunta embista con fijeza!: “¡pues precisamente por eso, hombre … el sidemount pesa menos y es mucho más cómodo! ¡Incluso el sidemount para buceo recreativo es perfecto!”.
Lo primero que se viene a la cabeza de quien esto escribe es «Comparado… ¿con qué y en qué circunstancias?«. Y es que existe una cierta dificultad en ordenar las ideas de una equiparación que mucha gente se empeña en hacer de manera un tanto simplista, pero que no es tan fácil porque en realidad se están comparando peras con manzanas.
En ese momento, uno siempre empieza a arrepentirse de haber abierto la boca, con la vista fijada en el infinito. “Bueno … eso habría que discutirlo. Eso … y muchas otras cosas.”, contestación de patada hacia delante esperando que el interrogador se centre en los avatares de su inminente inmersión y se olvide de uno.
Pues, aunque el tema es extensísimo, discutámoslo brevemente.
(NOTA ACLARATORIA: Aunque quien esto escribe no es nada proclive a emplear términos ingleses cuando existen los correspondientes en español, en el mundo del buceo se emplea unánimemente los términos sidemount y backmount para las configuraciones «en lateral» y «de espalda». Nos aguantaremos las naúseas un poquito y emplearemos en adelante los términos ingleses para mayor claridad).
¿Qué es el sidemount?
El sidemount es una configuración de buceo -o sistema, ya que implica o debiera implicar sus propios protocolos y equipamientos-, basado en llevar dos botellas lateralmente en ambos costados y no en la espalda, de tal manera que sea más fácil el paso por restricciones (estrechamientos) pequeñas.
Ello implica llevar un dispositivo de flotabilidad -o ala- específico (no valen los chalecos ni alas convencionales) y dichas dos botellas a ambos lados del torso, en los costados, separadas e independientes una de la otra. Éste es uno de los quid de la cuestión ya que, al no estar conectadas, como puede ocurrir en una configuración bibotella en backmount con puente aislador, hay que ir respirando alternativamente de una y otra para mantener la seguridad en caso de que una de ellas falle, lo que significaría necesariamente la pérdida de la mitad del gas disponibles en ese momento aunque, como se verá, esta pérdida se puede paliar.
(Mencionaremos que el buceo en lateral con una única botella es posible, pero que ni es habitual, ni se suele entender como tal si quiera, por lo que queda fuera de nuestras consideraciones).
Utilidad del sidemount
Es innegable que el sidemount o buceo en lateral es una NECESIDAD en determinados escenarios.
Sin esa configuración, es muy complicado o imposible acceder a través de restricciones pequeñas en cuevas y pecios. Y no sólo por reducir el perfil del buceador, sino porque parte del sistema consiste en la posibilidad de desengancharse parcialmente una o ambas botellas, pasándolas por delante del buceador con total seguridad a través de la restricción o agujero.
Con botellas a la espalda, en muchos lugares no se puede entrar. Así de simple. (Y, para el lector que esté pensando en quitarse el equipo de espalda y pasarlo primero por un restricción, abandone la idea por muchos motivos que se deducirán de este artículo). De hecho, esta modalidad de buceo nació por pura necesidad en las cuevas británicas, de Florida y de México.
Sin embargo, ha sido en tiempos recientes popularizada -hasta el punto de ser calificada de «moda»- para todo tipo de buceo, haya o no restricciones, bajo distintos argumentos que analizaremos a continuación, trascendiendo desde el buceo en cuevas al buceo en aguas abiertas y, en éste, desde el buceo «bajo techo» o buceo técnico, al recreativo o buceo «sin techo».
De esta manera, no es infrecuente ver a buceadores con esa configuración de dos botellas en barcos de centros de buceo haciendo buceo recreativo «puro» o «sin techo». Buceadores muchos de ellos que no han entrado ni entrarán jamás en un cueva o pecio con restricciones importantes.
Estos buceadores argumentan su elección con otras ventajas, cuya verosimilitud analizaremos. Pero en este blog las modas no son razón ni justificación de nada, importando únicamente si los argumentos que las respaldan están fundamentados, o no.
¿Con botellas de acero o de aluminio?
Como se trata en principio de pasar por restricciones, en el ámbito técnico se prefieren mayoritariamente las botellas de aluminio, siendo el estándar llevar dos S80. La razón principal es que dichas botellas son sensiblemente neutras al principio de la inmersión y durante gran parte de ella, pudiéndose manipular, cambiar de posición, donar a un compañero y llevar por delante con mucha más facilidad que si fueran de acero, muy negativas. Realmente dos botellas largas de 12 litros son muy incómodas de sostener desenganchadas y se requiere cierta fuerza.
(Es cierto que en determinados estilos (como el americano o de Florida) es más frecuente de ver el acero. Y, de todas formas, el Autor conoce a algún buceador de cuevas que por este problema lleva botellas de acero más pequeñas, pero varias, siendo en todo caso un uso marginal).
Pero claro, si hablamos de aguas abiertas, la cosa cambia. Porque en ese contexto sin necesidad de llevarlas por delante y hablando de buceo sin llevar muchas botellas adicionales o «etapas», sólo sería incómoda la donación de una de las botellas al compañero -cosa que tampoco se suele hacer, como veremos posteriormente-, por lo que, aun siguiendo siendo mayoritarias las de aluminio, no es infrecuente encontrarse con buceadores que las llevan de acero.
El acero tiene la ventaja de ser sensiblemente neutras al final de la inmersión, al contrario que las de aluminio, muy positivas y que por ello requieren portar un lastre adicional desde el principio. El Autor prefiere claramente el aluminio, a pesar de sus inconvenientes.
Además de ello, hay otras cuestiones a considerar que exceden del propósito de este artículo. Quedémonos con el estándar típico del buceador con dos S80 de aluminio, que es el que se encontrará el lector generalmente.
Ventajas generales del sidemount
Las ventajas del sidemount como sistema podrían resumirse en varias categorías:
– Esenciales: la ventaja principal respecto de las configuraciones de espalda -y su razón de ser-es su flexibilidad para penetrar a través de restricciones inaccesibles con configuraciones de espalda. La posibilidad de llevar una botella o las dos por delante del cuerpo permite pasar por agujeros estrechísimos que de otra manera serían impenetrables.
– Ergonómicas: reguladores y manómetros están al fácil alcance del buceador, delante de él. Verificar burbujas, pérdidas de gas y resolver sin ayuda eventualidades en griferías son mucho más fáciles que si se llevan en la espalda, no visibles y mucho más difícilmente accesibles.
– Logísticas: la posibilidad de fragmentar el transporte de las botellas separadas respecto de configuraciones de bibotella puede ser relevante en ciertos porteos cuando el mar o las cuevas son de difícil o largo acceso a pie.
Éstas son las ventajas generales e innegables del sistema -no necesariamente coincidentes con las que se dicen de él, como veremos-, pero ¿respecto de qué?
Desventajas generales del sidemount
– Hay que ir cambiándose alternativamente el regulador de tanto en cuanto -típicamente, cada 30 bar- para llevar las botellas más o menos equilibradas en capacidad y flotabilidad. Hay quien dice que, una vez automatizado, no le molesta. El Autor lo duda. O será que uno se acostumbra cualquier cosa.
– No es claro para el buceador de qué botella está respirando. De hecho, hay instructores que recomiendan poner un codo de 90º a la segunda etapa de la botella izquierda para identificar de cuál se está respirando llevándose la mano derecha automáticamente a la mejilla derecha cada vez que haya que realizar alguna maniobra que implique a un regulador. El Autor puede decir por experiencia propia que esta costumbre se tarda en automatizar viniendo de la configuración de espalda, en la que no es necesaria.
– Donación del regulador. Independientemente de la configuración de latiguillos que se porte, no hay uno principal y otro secundario, por lo que la donación se complica. Lo veremos más adelante.
– En caso de fallo catastrófico en un regulador, pérdida del 50% del gas disponible. Si bien es cierto que la pérdida total del gas es casi imposible que se produzca al ser dos conjuntos de botella-regulador independientes, si lo comparamos con un bibotella con aislador (botellas conectadas), en muchos escenarios el buceador con bibotella puede mantener en ese caso la totalidad del gas aislando el regulador defectuoso gracias a que sus botellas están conectadas.
Sí es cierto que en este caso existe un punto de fallo que le puede dejar sin gas, que es fallo del propio aislador, pero éste es extremadamente difícil y su riesgo es notablemente inferior respecto de las ventajas de disponer de todo el gas.
También es cierto que el buceador de sidemount, al tener las griferías de las botellas delante del pecho, puede manipular la que ha fallado abriéndola, respirando de ella y cerrándola en maniobras iterativas. Un «apaño», pero un interesante apaño a considerar.
Comparación entre distintas configuraciones y botellas
Empecemos por determinar el qué se puede comparar. Porque siempre se invita a hacerlo pero no se repara en si la comparación tiene sentido, o no.
Comparar configuraciones redundantes con otras que no lo son, es posible sólo parcialmente. A lo sumo se podrán comparar sus pesos totales y flotabilidades, pero en realidad es como comparar a un todo terreno 4×4 con un utilitario eléctrico; ambos tienen motor y cuatro ruedas pero sirven para cosas muy distintas.
Antes, se deberá insistir en que las botellas de aluminio pesan más que las de acero. No, no es un error. Esto se ha tratado extensamente en el artículo titulado «A vueltas con el material: ¿ BOTELLA DE ALUMINIO O DE ACERO ?«. No se repetirá aquí lo dicho, recomendándose su lectura en caso de duda.
Dicho esto, no hay más remedio que hacer una comparación entre las configuraciones más frecuentes en ambos casos (backmount y sidemount), incorporando un tercero, que sería el monobotella y un cuarto, que sería una sola botella con un pony de redundancia. Los resultados en cuanto a capacidad, peso y flotabilidad son los siguientes:
Como se afirmó en el artículo «LA FLOTABILIDAD DE LA BOTELLA DE BUCEO. – Primera parte: LA MODIFICACIÓN DEL LASTRE AL CAMBIAR DE TAMAÑO DE BOTELLA«, la flotabilidad de una botellas de buceo depende de distintas variables, siendo necesario calcularla para cada caso concreto. Por ello, en el cuadro podrá haber casos que extrañen al lector al encontrar botellas de menor flotabilidad que otras más pequeñas y a la inversa.
En el cuadro se representan las configuraciones más frecuentes, ordenadas por sistema y capacidad de gas decreciente.
Para esta comparación se han empleado botellas que suministra un excelente proveedor de botellas de buceo y mantenimiento de las mismas que es el antiguo Luis Cuevas, SL, hoy A24 Seguridad, SL. Al final del artículo se reproduce parcialmente su catálogo con los datos empleados (1).
Así mismo se ha incluido en el cuadro dos ponys (o botellas auxiliares) muy frecuentes, uno de aluminio y otro de acero -de capacidades similares-, para que el lector vea sus características y reflexiones sobre cuál sería mejor en cada caso. En la comparación se ha empleado la habitual botella S40 de aluminio.
Todos estos datos se utilizarán en los argumentos de lo que a continuación se expondrá.
Contradicciones del sidemount para buceo recreativo
La procedencia de la aplicación del buceo en lateral o sidemount en el buceo recreativo -con sus limitaciones de tiempo y profundidad- ha de ser considerada habida cuenta de que el sidemount tiene determinadas características que pueden contraponerse o ser innecesarias en esta modalidad de buceo sin techo.
Pero es posible que después de leer todo lo anterior sobre bibotellas, reguladores varios, protocolos complejos, el lector lleve un rato preguntándose, «¿y qué tiene esto que ver con el buceo recreativo que yo hago?» El Autor se pregunta lo mismo. Veámoslo.
¿Para qué dos botellas en buceo recreativo?
Si bien el buceo recreativo está fundamentado en la innecesariedad de llevar redundancia, es cierto que los límites legales (sin techo -real o virtual-, sin descompresión y con profundidad máxima de 40 m) permiten escenarios en los que sea aconsejable llevar dos fuentes de aire o nitrox independientes. Sobre todo cuando se alcanza una profundidad de entre 35 y 40 m o cuando se determinadas penetraciones aunque no excedan los 30 m de longitud desde la entrada o hacia la salida.
Pero ello, aunque permitido legalmente, no deja de ser una contradicción del sistema porque todo el sistema del buceo recreativo precisamente está pensado para que la redundancia no sea necesaria, al existir la posibilidad siempre del escape libre directo a superficie. (ver «Escapando por el tejado: EL FUNDAMENTO DEL «BUCEO RECREATIVO». 1ª parte: CONCEPTO Y SISTEMA«).
Pero, para qué nos vamos a engañar, muchísimos buceadores recreativos se saltan incluso estos límites «a lo Fosbury». Y muchos centros. Vaya el lector a bucear en lugares emblemáticos como el SS Thistlegorm, por ejemplo, y se encontrará buceadores con monobotella por todas partes del interior del pecio, hasta en la última sala de máquinas.
Pero no se puede afirmar que estas transgresiones justifiquen todo esto en buceo recreativo, sino todo lo contrario, ya que éste está pensado para llevar una única botella. En todo caso, el buceador recreativo siempre tiene la posibilidad de hacer su inmersión con un pony o botella auxiliar si desea llevar redundancia. (¡Ojo! … redundancia verdadera con dos fuentes PRIMARIAS y suficientes de gas, no con dos reguladores conectados a una única botella – asunto que será objeto de un próximo artículo-).
¿Para qué un sistema pensado para pasar restricciones … sin restricciones?
Entonces, ¿por qué aplicar un sistema nacido y pensado para pasar restricciones en cuevas o pecios en buceo recreativo?
Si el buceo recreativo «puro» se define fundamentalmente por ser buceo «sin techo» donde el escape libre a superficie debe ser posible en todo momento, parece contradictorio utilizar una configuración pensada para cuevas o pecios, cuyos interiores debieran estar totalmente vedados al buceador recreativo. Y menos con restricciones.
Como se ha dicho anteriormente, es cierto que la legislación suele permitir unas pequeñas penetraciones en cavernas o pecios de poca longitud (<30 m) y sin perder nunca la luz natural. Sin embargo, a juicio del Autor, esto es una contradicción más de la ley forzada quizá porque la prohibición vedaría muchos puntos turísticos de inmersión de gran relevancia y rentabilidad, restringiendo una parte sustancial de destinos turísticos. Por su propia naturaleza, el buceo recreativo debiera ser buceo «sin techo», no con «poco techo».
El lector podría argumentar que en aguas abiertas también se puede dar la necesidad de tener que atravesar pasajes angostos, aunque no estén cerrados. Pues no. El buceo recreativo no ofrece ni la técnica ni los recursos para solucionar un problema en esos escenarios. El buceador recreativo NUNCA debiera introducirse por pasajes angostos de la naturaleza para la que el sidemount fue diseñado. En ningún escenario.
¿Sidemount con técnica recreativa?
El buceo en lateral exige una flotabilidad y una horizontalidad en la posición (trim) que está muy lejos de la técnica que se imparte en la enseñanza recreativa al uso. Al menos al principio. Y esto del trim es relevante en este caso porque, si una de las ventajas del sistema lateral es la poca resistencia al avance que ofrece llevar las botellas longitudinalmente debajo de las axilas, imagine el lector lo que pasa si el buceador no es capaz de mantener una flotabilidad horizontal casi perfecta y bucea al estilo «hippocampus«.
El ángulo de inclinación habitual en el recreativo multiplicaría la resistencia al avance en mucha mayor medida que si se llevara una -o dos- botellas a la espalda, resguardadas por la incorrecta posición del cuerpo.
Esto no es que sea crítico en el ámbito recreativo -en el que casi todo parece valer- pero sí influye.
La enseñanza y atención al detalle
Por otro lado, la posición horizontal, la poca resistencia y el equilibrios con las dos botellas nos lleva al abandono de la patada de tijera recreativa -casi incompatible por el balanceo lateral que produce con botellas a los lados- y a adoptar las patadas «técnicas» («de rana» y «tijera», fundamentalmente). En otras palabras y salvo que se tenga formación recreativa del tipo DIR -o similar- en las que todas estas técnicas se enseñan desde el primer día, el sistema en lateral exige una formación adicional, siendo insuficiente e incompatible la recreativa al uso que se imparte en el 99% de las ocasiones.
Lo dicho es una pequeña muestra de lo que se expuso en la anterior entrada «Los caminos del aprendizaje. Tercera parte: UNA FORMACIÓN ALTERNATIVA«, que se recomienda leer y en la que se comenta la necesidad de olvidar lo aprendido en el sistema recreativo al uso -a veces durante años- cuando se tiene que adoptar una nueva técnica.
Pero, aun a riesgo de pisar callos, la verdad es que los cursos recreativos tipo OWD en sidemount suelen dejar muchísimo que desear. Quien esto escribe ha asistido a uno de ellos, pudiéndose resumir «la experiencia» en ponerse un arnés y una ala rarísima, dos botellas a los lados de cualquier manera y recibir el «aprendizaje» del instructor de «aquí no hay nada fijo ni estandarizado, vete mirando tú lo que te vaya resultando más cómodo«. Y ¡al agua!. Es decir, la no-enseñanza habitual del OWD en cuatro días, pero con configuración presuntamente técnica. Hasta llegar a la caricatura algunas veces.
Por el contrario, una enseñanza correcta tiene que dotar al alumno de unas habilidades que se correspondan con la configuración que se le proporciona y ello exige muchísima más técnica y atención al detalle. Por ejemplo, el ajuste del arnés para que las botellas vayan lo más horizontales posibles (si se lleva sobre todo aluminio) es una cuestión de prueba y error que puede llevar mucho tiempo. También el Autor ha asistido a un curso de esta índole con un excelente instructor y la información y habilidades requeridas estaban a la altura de un curso técnico exigente. Nada que ver con lo recreativo.
Otras «ventajas» del sistema anunciadas por las certificadoras
Basta leer textos de practicantes de la modalidad o libros de las agencias que lo enseñan para comprobar que el sistema se adorna con presuntas virtudes que siempre aparecen como indiscutibles, Veamos algunas.
El equipamiento pesa menos que uno convencional
Esta afirmación se suele confundir con la facilidad de trasporte que, como veremos, es otra cosa muy distinta.
Curiosamente, esto se suele argüir en el caso (el general) de que las botellas sean de aluminio. Y, como diría un antiguo presidente de gobierno español caracterizado por su socarronería, en este supuesto no solamente el argumento no es verdadero, sino que es falso. Pero, aun en el caso de utilizar botellas de acero, el peso sería el mismo.
En el anterior cuadro de este artículo » Comparación peso-capacidad-flotabilidad entre distintas configuraciones sidemount–backmount», se pueden comprobar objetivamente las diferencias. Pero volvemos a la raíz del problema: ¿qué estamos comparando? ¿un sistema de dos botellas con otro también de dos botellas? ¿o con uno de una única botella? ¿o con uno de una botella grande y otra pequeña auxiliar (pony)? ¿Estamos comparando entre configuraciones «técnicas» o comparamos una configuración técnica en un ámbito recreativo con configuraciones recreativas? Peras, manzanas y melocotones a granel se comparan entre ellos.
Pero es que, en cuestión de peso en superficie, ni siquiera el sidemount resiste la comparación con un bibotella de backmount (o, al menos no ofrece mejora), no digamos con un monobotella, ni con un monobotella más un pony. Acuda al citado cuadro el lector y compare.
El peso dentro del agua lo denominamos flotabilidad. Y en este aspecto tendremos que, mientras que una botella de acero es siempre negativa dentro del agua, llevar botellas de aluminio exige un lastre adicional por su flotabilidad cuando quedan vacías, para compensarla cuando estemos volviendo cerca de la superficie. En otras palabras, cada botella de aluminio S80 lleva aparejada un lastre adicional de 2,6 kg, que llevaremos en alguna parte, pero que tendremos que acarrear.
La situación respecto de una botella de acero que sea poco negativa o casi neutra es que en este caso llevaremos el peso del gas, reduciéndose éste a medida que discurra la inmersión hasta llegar a la neutralidad cuando esté vacía, mientras que con las de aluminio es al contrario: iniciaremos la inmersión con la botella llena y prácticamente neutra y la finalizaremos con la botella claramente positiva que, para ser contrarrestada, deberemos llevar un lastre adicional durante toda la inmersión.
Es decir, si en superficie nuestras botellas de aluminio pesan más y, además, hay que llevar 2,6 kg por botella de lastre adicional, los reguladores son los mismos y el resto del equipamiento es el mismo ¿dónde está la ligereza de la configuración? Sólo cabe pensar que se encuentra en el mundo de los mitos.
Es más fácil el transporte
Pues depende con qué se compare.
Porque, evidentemente, llevar un equipo monobotella convencional es mucho más fácil que dos botellas para sidemount. Y también lo es si a la botella única se le añade un pony.
En el caso de un bibotella esto sí es cierto, habida cuenta de que se puede llevar por partes al estar las botellas separadas, mientras que el «bibo» es un único bloque. El problema es que mucha gente confunde el peso con la facilidad de transporte. Así pues, lo correcto sería afirmar que un equipo configurado como sidemount es más fácil de transportar que un bibotella, al poder hacerlo más fragmentadamente aunque pese más. Igual o más peso pero en «más viajes», pudiérase decir.
Es más fácil la entrada y salida del agua
Esta afirmación suele estar trucada porque, a continuación, se añade que el buceador al tirarse al agua lo puede hacer con una sola botella -o con ninguna-, recibiendo la otra u otras del barquero, enganchándosela al arnés posteriormente y ya en el agua. Al subir, de manera similar se puede desenganchar sucesivamente una botella o las dos y pasárselas al barquero. O sea, con ayuda externa.
A esta afirmación, el que esto escribe suele responder jocosamente que la supuesta ventaja reside entonces en bucear «con mayordomo». Y que el equiparse en el agua también se puede hacer con una botella -e incluso con un bibotella-, pero mucho más fácilmente con una botella y un pony. ¿Dónde está la ventaja?
Porque si nuestro buceador en sidemount se tirara y subiera al barco sin ayuda externa, tendría que manejar igual (acero) o más peso (aluminio) que si lo hiciera con bibotella y mucho más peso que si lo hiciera con una sola botella o con una botella y pony. La espalda de nuestro buceador tendría mal futuro, en contra de lo que él cree.
Además, quien haya coincidido con buceadores en sidemount en barcos recreativos habrá observado -y quizá sufrido- la necesidad de mucho más espacio por persona que este sistema requiere. No sólo por llevar dos botellas -que también-, sino por el propio procedimiento de equiparse que se necesita. Ninguna ventaja tampoco en este aspecto, y menos si lo comparamos con un buceador con una solo botella o con una botella y un pony. Todo lo contrario.
La espalda sufre menos
La endeblez de esta afirmación comparativa ya ha sido argumentada refiriéndonos tanto al peso, como a la entrada y salida del agua.
Habría que añadir que algunos buceadores objetan sobre el peso de las botellas que portan al estar DENTRO del agua. Sobre esto sólo decir que dentro del agua toda botella pesa sólo según su flotabilidad. Y se ésta fuera negativa, (muy pocos kilos en cualquier caso) no parece que haya diferencia entre llevarlas en la espalda nadando en horizontal y llevarlas colgando del arnés. El Autor afirma que él no nota apenas las botellas que lleva a su espalda estando correctamente lastrado y en flotabilidad neutra porque su ala se encarga de contrarrestar su flotabilidad negativa, por definición.
Las alas son más cómodas y pequeñas
Esta afirmación es errónea. El procedimiento para calcular la capacidad ascensional de cualquier dispositivo de flotabilidad (chaleco o ala de cualquier tipo), está detalladamente explicado en un anterior artículo de este blog titulado: «El tamaño importa: CÁLCULO DEL VOLUMEN DEL ALA O CHALECO DE BUCEO«. Si el lector quiere entretenerse en calcular la flotabilidad requerida de su futura ala para sidemount en aguas abiertas, tiene todos los datos para hacerlo.
Sin embargo, para esta comparación no hace falta ningún número. Si el buceador se mete en el agua con el mismo traje, mismo número y tipo de botellas, mismos reguladores, etc. -y, por tanto, mismo lastre-, para ir a una profundidad dada, ¿qué puede hacer pensar que su ala pueda necesitar menos capacidad ascensional si lleva las botellas en lateral respecto a si las llevara en la espalda? En la capacidad ascensional necesaria del ala no tiene absolutamente ninguna influencia la posición de las botellas. No tiene ningún fundamento la afirmación.
Entonces y si esto es tan evidente ¿por qué se afirma? Pues porque algunas alas específicas de sidemount son muy pequeñas de volumen ya que se utilizan con aguas cálidas (trajes menos gruesos y, por tanto, menos lastre) y generalmente a muy baja profundidad. Esto viene de la escuela mexicana de sidemount, pensada para bucear en estas circunstancias concretas pero, increíblemente, se generaliza sin pensar a las aguas abiertas en las que las circunstancias pueden ser totalmente distintas.
A cualquier tamaño de ala sidemount correctamente calculada le correspondería en todo caso uno de idéntico tamaño en backmount. No mayor, ni menor. Igual.
El acceso a las válvulas de las botellas es más fácil
Evidentemente, esto es así. Es innegable. Es más fácil cerrar un grifo que se tiene delante del pecho y a la vista que a la espalda. Por ello, es comprensible que buceadores técnicos que por morfología o falta de elasticidad en brazos y hombros no son capaces de acceder fácilmente a las válvulas de un bibotella a la espalda, opten por este sistema.
Pero, ¿qué sentido tiene acogerse a esta ventaja para hacer un buceo recreativo en el que -por cierto- casi nadie es capaz de llegar a la válvula de su monobotella?
Es casi imposible quedarse sin gas
Esta afirmación se basa en que es extremadamente improbable que un fallo nos deje sin gas al ser dos botellas completamente independientes. Ya se ha tratado al principio del artículo. Aun siendo cierto, en el ámbito recreativo también ocurre si se lleva una botella y un pony.
El buceador nada con mayor estabilidad
Pues depende y no siempre.
Las dos botellas laterales están más alejadas respecto del eje longitudinal del cuerpo del buceador, produciendo un momento (fuerza x distancia) mayor que si las botellas estuvieran más cerca de dicho eje, como ocurre con el backmount. Sin embargo, al igual que el par de fuerzas estabiliza si las botellas están equilibradas, desestabiliza si no lo están. Si no se ha compensado la cantidad de gas entre las dos botellas y éstas son de aluminio, nos podemos encontrar con que una es sensiblemente más positiva que la otra, produciéndose el desequilibrio.
En el caso del backmount con bibotella, ambas están estabilizadas en todo momento porque están conectadas y tienen siempre exactamente la misma cantidad de gas.
En el caso del buceo con monobotella, cualquier sistema de dos botellas iguales es más estable.
Por último, en el caso de una botella con un pony, depende del material de éste último y de cómo se lleve, pero puede afirmarse que si se lleva uno neutro bien configurado, el desequilibrio adicional es imperceptible.
La falta de estandarización
Esto sí es compartido con el buceo recreativo al uso. El lector que haga un curso de sidemount, a cualquier nivel, se encontrará inicialmente con un auténtico caos de reguladores, enganches, latiguillos y griferías delante de él. Si procede del buceo recreativo habitual, en cuya enseñanza no existe prácticamente normalización alguna, ello no le resultará excesivamente reprobable. Pero si, por el contrario, proviene de un sistema estandarizado, con configuración hogarthiana «de verdad», inmediatamente echará espumarajos por la boca al comprobar la falta de sistematización de esta modalidad de buceo.
Es el mundo del «sálvese quien pueda». Cada uno se deberá configurar su equipo «a su gusto», comenzando con la elección de los diferentes sistemas de alas (específicas o híbridas), en las que cada modelo tiene unos enganches particulares y distintos. A partir de ahí, todo vale: la manera de llevar los enganches a las botellas, los reguladores, la forma de llevar el foco y su batería, latiguillo largo o no, a la derecha o a la izquierda, los manómetros en la cara cuan antenas de insecto o hacia atrás, … todo un mundo que unos buceadores calificarán de «posibilidades» y otros -como quien esto escribe- de falta de sistemática desesperante.
Y en este contexto, es curioso que se hable de «configuración hogarthiana» en el mundo del sidemount. Esto no tiene el más mínimo sentido habida cuenta de que dicha configuración es un configuración «de espalda» únicamente, por definición. Pero, con ello, a veces lo que se pretende es dar una apariencia de «cientismo», de coherencia (en la que todo tiene un porqué), de sistematización, al igual que ocurre con la configuración de Hogarth que ha llegado hasta nosotros. Esto simplemente es falso. No existe tal cosa.
Algunos instructores de sidemount técnicos hablan de configuración «Bogartiana«, haciendo un ingenioso símil fonético que toma como referencia la configuración que propugna Steve Bogaerts, uno de los gurús del sidemount, en un intento de estandarización similar que, por el momento, parece muy lejos de producirse. Pero esto es otra guerra.
Configuración de los latiguillos de los reguladores e incompatibilidades.
Fundamentalmente, existe dos posibilidades respecto de las longitudes de los latiguillos de las dos segundas etapas que se portan:
– la primera es llevar un latiguillo largo (2,10 m) estibado con gomas en la botella derecha y clipado al arnés cuando no se está respirando de él y uno corto (1 m), que se suele llevar sujeto a un collarín alrededor del cuello.
Realmente el latiguillo largo en este caso sólo se puede justificar si se bucea en aguas abiertas con compañeros recreativos con backmount. En otro caso carece de sentido puesto que la posibilidad de donar si todo el mundo va en sidemount es casi nula y, en todo caso, se podrían intercambiar botellas sin necesidad de ir conectados donado y donante, cosa que no es posible en backmount.
– La segunda son dos latiguillos cortos (1 m cada uno) simétricos. Al Autor le parece esta configuración simétrica la más adecuada para el sistema y los propósitos propios del sidemount.
En puridad e independientemente de sus longitudes y de que se lleven o no con collarín alrededor del cuello, no puede llamarse a uno secundario o de emergencia así como tampoco el otro se puede llamar principal porque los dos que se llevan cumplen exactamente las mismas funciones ya que, al no estar las dos botellas conectadas, necesariamente el 50% del tiempo se está respirando de uno y el otro 50% del otro. La simetría se justifica, por tanto.
Por ello, si en el momento de donar coincide con el tiempo en que se está respirando del regulador del collarín, se deberá donar del otro latiguillo estibado con la botella (incómodo) o clipado en el arnés. Si está clipado, la donación repentina puede resultar muy mal a nada que se líe el donante con el mosquetón que tiene que desclipar. Existen unos artilugios que permiten liberar el regulador tirando de él. Una complicación más, pero muy útil en este caso.
También hay muchísima gente que cree que por llevar un latiguillo largo se lleva una configuración hogarthiana o DIR. Esto no es cierto ya que la configuración hogarthiana es un conjunto en el que el latiguillo largo es sólo un elemento para un propósito y el DIR va mucho más allá. Pero, al margen de denominaciones, existe un problema claro de incompatibilidad: en el DIR se dona siempre el regulador DEL QUE SE ESTÁ RESPIRANDO (el regulador con latiguillo largo). En sidemount, no.
Corolario
El buceo en lateral o sidemount tiene todo el sentido para el propósito que se creó: buceo en cuevas y pecios con importantes restricciones por las que el sistema backmount no cabe.
De hecho, todo buceador técnico de cuevas o pecios debiera aprenderlo y tenerlo en su repertorio porque tarde o temprano lo necesitará, so pena de renunciar a entrar en ciertos lugares. Y también merece la pena pensar sobre el sistema por su interés y como cultura de buceo.
Pero, a juicio del Autor, es un sistema específico únicamente para estas situaciones que no tiene demasiado sentido para ser utilizado en otras circunstancias, si bien cada uno es libre de bucear con la configuración que estime oportuna, submarinos nucleares incluidos.
Sin embargo, el antetítulo del artículo avanza la conclusión: el sidemount recreativo es una paradoja puesto que aúna dos términos que se contradicen entre sí y que se resume en utilizar una configuración redundante y generalmente más pesada para pasar por agujeros en un buceo en el que no es necesaria la redundancia y no debiera haber agujeros. Una configuración técnica para un ámbito recreativo es innecesaria.
Si el lector recreativo se siente más seguro llevando redundancia de gas, tiene que hacer inmersiones «de infantería» en los que el porteo es largo o roza los límites que debieran ser los del buceo recreativo, hay procedimientos más cómodos y ligeros, como el llevar un “pony” de una capacidad suficiente (5-7 litros) para poder realizar un ascenso en caso de fallo catastrófico y compañero desaparecido en combate, que no exigen cambiarse de regulador cada dos por tres durante la inmersión. Y que pesan menos y se transportan más fácilmente.
Aunque siempre puede haber algún caso basado en una razón no habitual (impedimento fisiológico de algún tipo o similar) lo cierto es que, en general, equívocos sobre el peso, la atracción por hacer «algo diferente», junto con los intereses comerciales de las agencias de enseñanza y fabricantes propenden a su generalización en ámbitos como el buceo recreativo en aguas abiertas en los que el sistema no tiene demasiado sentido.
El fervor que muchos buceadores recreativos le demuestran es notable y quizá sólo entendible desde el punto de vista de que se sienten más seguros, distintos o porque resuelven sus temores abrazados a un sistema redundante innecesario para lo que hacen, al margen de las innegables pero marginales ventajas señaladas. Tanto el fervor, como su pariente etimológico, la fiebre, se suelen pasar.
Pero si el lector recreativo practica esta modalidad de buceo y le gusta, nihil obstat. La vida está llena de de contradicciones, algunas de ellas muy satisfactorias por incoherentes que sean. ¡Que lo disfrute, que es de lo que se trata!
(1) – Botellas empleadas en la comparación resaltadas en rojo:
Interesante. Que piensas de la nueva moda del Air2, o de los reguladores que se adaptan al chaleco y se omite tener que llevar el octopus? He visto a varios buceadores con ellos y me intriga si vale la pena este artilugio.
Depende del buceo que se haga. No lo veo mal para buceos recreativos muy sencillos.
Y si se va a progresar, es totalmente incompatible con protocolos más elaborados.
Es un chisme interesante pero prefiero llevar el secundario independiente con un collarín.
Un saludo y gracias por el comentario.
G.
Al igual que todos los anteriores, Excelente artículo!.
Excelente y. completísimo repaso del tema, solo se me ocurre una apreciación basada en mi propia experiencia; yo vivo en el interior pero procuro acudir a bucear al menos un fin de semana todos los meses del año, y muchas de estas inmersiones no tienen más propósito real que practicar los procedimientos necesarios para cuando puedo hacer pecios y por tanto las hago en sidemount por ese motivo
Hola Julio.
Comparto totalmente esa actitud. Y añadiría que no siempre es comprendida.
Muchas veces se bucea con equipos que no son necesarios para la inmersión que se hace pero, al margen de que se pueda o quiera cambiar de configuración cada dos por tres dependiendo de la complejidad de la inmersión, lo que mucha gente no entiende es que cada inmersión puede suponer un entrenamiento. Y más si no se tiene el privilegio que poder acceder al mar cuando se quiera.
Un saludo cordial.
G.
Buen articulo y puntos de vista. De acuerdo en que Sidemount es una configuracion de buceo avanzada, incluso para buceadores tecnicos experimentados. No-Hogarthiana aunque tome algunos de sus principios. Excede absolutamente cualquier necesidad dentro de los limites del buceo recreativo (de hecho extiende algunos limites del buceo tecnico oeverhead). Quien se interese por el sidemount deberia primero hacer un curso de «intro to tech» o similar con una agencia tecnica donde se aprende el mindset necesario para usar este tipo de configuraciones. No estoy de acuerdo en que no este sistematizado, solo que no lo esta a nivel recreativo porque sencillamente no pertenece a este segmento. Tambien es cierto que puede ser el camino que lleve a buceadores recreativos muy dedicados a pasarse al lado oscuro, lo cual siempre es una buena noticia.
Creo que el sistema es muy amplio y versátil, en el artículo se refiere a SM como recreativo y se tocan puntos de fallos vitales en buceo técnico, como el mal funcionamiento de un regulador, algo para nada será un problema en buceo recreativo, un fallo de regulador no resulta ningún problema si se hace buceo recreativo o sin techo, referente a los pesos con botellas de aluminio o de acero hay mucha tela por cortar, uno es el peso espefico que debe llevar cada buceador y lo otro es el escenario donde nos encontramos, tengase en cuenta que el mar Mediterráneo tiene niveles mayores de salinidad que indopasifico o Caribe, e vistos buceadores de SM en estos lugares sin tener que llevar nada de pesos usando botellas S80
En artículos anteriores muy interesante se habló de lo formación en España de zero to Hero y me refiero a esto porque pasa lo mismo en el SM un instructor de algunas algunas agencias de buceo puede obtar por la especialidad de SM sin tomar un curso de instructor, algo que da continuidad a mala formación en buceadores, a mi entender creo que el autor de este artículo no se informó o se formó bien en la configuración SM
Y ¿por qué lo crees?
En este blog no se tiene miedo a la rectificación. Todo lo contrario: si alguien ofrece mejores argumentos, se reconoce y se le agradece, porque habrá sido una oportunidad para aprender.
Pero sin razones que apoyen la crítica, no.
Un saludo y gracias por el comentario.
G.
No se trata de criticar hay artículos muy buenos en este block, hace poco leí uno que describe como es la actividad del buceo en nuestro mar Mediterráneo y estoy totalmente de acuerdo cuando se hablaba del término Zero to Hero y esto lo menciono, porque en nuestro país es muy común decir que el SM está de moda y no ver realmente las ventajas que ofrece, pero para poder darnos cuenta de esto, lo más importante es quien nuestro instructor y quién fue su instructor y esto no quiere decir que un instructor sea autodidacta y a la vez ser muy bueno, pero para que esto sea realidad tendra que dedicar muchas horas al método prueba y error, entonces cuántas horas dedica tu instructor al año, para perfeccionar su técnica o acaso es uno de ellos que cree que ya lo conoce todo??
Bueno por solo dar un detalle y referente al buceo recreativo a un centro de buceo le fuera mucho más económico en tiempo y combustible si tuviera un grupo de todos buceadores SM recreativo estos pudieran realizar en vez de una inmersión sencilla pues una con el valor de dos o sea de 90′ o 100′ sin tener descompresión, esto reduciría notablemente el tiempo del barco fuera de Puerto y los buceadores mucho más contentos con su inmersión y menos agotados físicamente, solo por no tener que hacer un cambio de botella y por decir si alguno de estos buceadores fuera fotógrafo seguramente tendría cara más feliz en sus inmersiones
Interesante artículo, enhorabuena. Yo soy buceador deportivo, pero en su día hice un curso de sidemont, no me convenció,no por que los instructores no hicieren bien sj trabajo, lo hicieron y de maravilla, pero el aumento de material, el peso y las otras cuestiones que indicas…..pues no me decante por este sistema.
Sin embargo, creo que el Sidemont, adaptado si puede ser interesante para buceo recreativo, en el sentido de bucear con botellas más pequeñas, esto es con 2 de 5 en vez de una de 12. Para personas de una edad, o de algunas limitaciones físicas,puede ser un recurso interesante, pero habría que estudiarlo mucho para poder tener datos fiables.
De nuevo, felicitaciones por el artículo
Hola Pablo.
El problema a bucear con dos botellas más pequeñas como indicas se resume a mi juicio en dos preguntas: ¿merece la pena estar cambiando entre reguladores cada 30 bar durante toda la inmersión? y ¿qué ventaja tendría respecto de una botella convencional más un pony en el que se tiene redundancia, más gas y no hay que cambiar de regulador?
Insistiendo en que cada uno bucee como estime oportuno, yo no le veo demasiado sentido para buceo recreativo.
Un saludo cordial y gracias por el comentario.
G.
Que piensas del sidemount monobotella, es decir solo con una botella en un costado para buceo recreativo, aqui el problema de peso no existiria, y el de cambiar de regulador por la flotabilidad de botellas y se ganaria mucho al desplazarse por lo que supone de hidrodinamica.
Por lo demas, enhorabuena por los articulos que tienes en el blog
Hola José Manuel.
Coincides en tu pregunta con algunos otros lectores que también me han planteado lo mismo.
Esta posibilidad no se ha tratado puesto que el artículo estaba dirigido al sidemount -digamos- «convencional», que es el que se está extendiendo en el ámbito del buceo recreativo.
Personalmente me parece interesante esa posibilidad y de hecho hay un artículo en el blog sobre el «monkey diving», que no deja de ser una variante un tanto peculiar del sidemount con una sola botella.
Como digo, me parece perfectamente aceptable bucear con una sola botella en lateral. Y, como dices, se elimina el problema del peso manteniendo ventajas como la de tener la grifería delante de la vista.
Sin embargo, en el ámbito recreativo no estoy tan seguro de que la asimetría del sistema no produjera una cierta incomodidad a mucha gente pero también entiendo que sería superable.
Personalmente no contemplo la posibilidad puesto que yo práctico un sistema de buceo escalable que hace que sea incompatible con escalones superiores.
Pero, en resumen, me parece interesante y aceptable.
Muchas gracias por tu comentario.
Recibe un cordial saludo.
G.