Pérdida de gas
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Aunque no se trata de asustar a nadie, lo cierto es que el quedarse sin aire buceando es la peor pesadilla de cualquier buceador.

Éste es un tema que muchos buceadores eluden de varias formas: unos no quieren plantearse siquiera la posibilidad, otros dicen alguna de las consabidas frases «Eso no tiene por qué pasar» o «Eso no pasa» o «Eso yo no lo he visto nunca«. Puede ser cierto y quizá el lector no haya visto nunca un caso así pero, salvo que tenga mucha suerte, quizá nunca lo vea únicamente si bucea ocasionalmente. Porque, si practica esta maravillosa actividad con frecuencia, lo normal es que sea sólo cuestión de tiempo. En cualquier caso, el lector de este blog es un adulto que no elude tratar sobre este tipo de cosas, y no una avestruz.

Esta serie de dos artículos estará dedicado a los fallos o circunstancias que pueden suponer que el buceador se quede sin gas (aire o nitrox) en una inmersión.

Se dividirán los posibles fallos entre aquellos que provocan el escape incontrolable del gas de la botella -pero dejando al buceador segundos o minutos de respiración hasta su total vaciado- y aquellos otros que provocan el corte súbito del gas, sin tiempo de reacción.

Este primer artículo tratará de los fallos que provocan la pérdida total del gas de la botella. En el artículo se mostrará algún ejemplo real.

Los fallos analizados

Los fallos que se van a analizar en esta primera parte son los siguientes:

  • fallo en el latiguillo de alta presión que alimenta el manómetro;
  • fallos en cualquiera de los latiguillos o mangueras que alimentan las segundas etapas;
  • entrada en flujo continuo irresoluble de éstas;
  • y, finalmente, fallo en la válvula de sobrepresión de la botella.
  • También nos referiremos brevemente al fallo de la tórica situada entre la valvulería de la botella y la primera etapa del regulador.

Estos fallos son los que pueden provocar la pérdida del gas de la botella. Existen otros que pueden producir el corte súbito del suministro de gas pero, como se dice, serán objeto del segundo artículo de esta serie.

Siendo una duda muy común y asunto crucial el tiempo del que el buceador dispondrá antes de agotarse el aire en caso de fallo, se pueden encontrar sin dificultad en Internet distintas pruebas experimentales que pretenden responder a esta pregunta. De las muchas que existen nos basaremos en resultados presentados en la revista Advanced Diver Magazine, sin dejar de considerar otras posibilidades.

Sin embargo, estas pruebas -y todas las que el Autor conoce- ofrecen resultados algo desiguales y, además, no se aplican a supuestos que permitan obtener consecuencias prácticas para nuestro buceo.

En cualquier caso, la precisión de los resultados no será lo más relevante, sino las consecuencias que se derivan de todo ello, que es lo que analizaremos en esta entrada desde un punto de vista práctico con conclusiones para la seguridad del buceador.

Antes de empezar, ¿a qué presión deja de salir el gas de la botella?

Curiosamente esta es una pregunta de la que no se suelen obtener respuestas acertadas y que, sin embargo, es muy útil para comprender cómo se producen los balances de presiones e, incluso, algunos aspectos importantes del funcionamiento de un regulador de los que dudan hasta buceadores con muchas inmersiones a sus espaldas.

La respuesta sería: depende, según qué casos.

– Si en superficie abriéramos la válvula de una botella totalmente cargada hasta que cesara de salir el gas que contiene y preguntáramos a qué presión habrá quedado su interior, mucha gente diría que a 0 bar. Habría quien correría a buscar un manómetro, reafirmándose en el resultado al leer 0 en su escala.

Obviamente esto no es así, puesto que 0 bar es el vacío y abrir una botella hasta que acabe de salir su gas interior significa hacerlo que hasta que se equilibre la presión interior con la exterior. En el caso de que lleváramos la botella cargada a 201 bar a una profundidad de 2.000 m, no saldría nada puesto que la presión exterior también sería de 201 bar.

En el caso de abrirla en superficie a nivel del mar, el gas que permanezca en la botella «vaciada» estará a 1 atm de presión (≃1 bar). No falta nunca alguien que luego pregunta: «Entonces, si la botella una vez vacía sigue teniendo presión en su interior, se podrá respirar de ella, ¿no?». La respuesta más sencilla es tapar la nariz del que inquiere e invitarle a respirar de cualquier botella vacía de vidrio. El aprendizaje será directamente proporcional a la intensidad del azul de su cara.

Consecuentemente, si se abriera la botella a 30 m de profundidad, el gas remanente quedaría a la presión del ese ambiente concreto, es decir, a 4 bar. A esa profundidad habría salido menos gas que si se hubiera hecho en superficie, pero lo más interesante es que una vez que dejara de salir totalmente el gas, si se ascendiera con ella, volvería a salir más gas al irse compensando las presiones interna y externa, según se asciende y la presión ambiente va disminuyendo. De ahí la recomendación de no quitarse el regulador de la boca al ascender, si se da el caso.

Si, en vez de dejar salir el gas al exterior abriendo la válvula o grifería de la botella directamente, instalásemos en ella un regulador, tendríamos varias posibilidades:

– Si cortáramos el latiguillo que conecta la primera etapa con el manómetro, el gas saldría directamente desde la cámara de alta presión del regulador al exterior a través de dicha manguera. Obviamente, el vaciado final sería el mismo que abrir el grifo de la botella y la presión interior de la misma a la que quedaría sería la del ambiente.

– Si cortáramos cualquiera de los latiguillos o mangueras de baja presión que conectan primera y segundas etapas, el gas saldría al ambiente exterior desde la cámara de presión intermedia del regulador (recuerde el lector que éste tiene la función de disminuir la presión interior de la botella hasta la presión de trabajo de la segunda etapa que, según los modelos, suele variar entre 8,5 y 12 bar de presión intermedia por encima de la del ambiente, siendo aquella típicamente de 9,5-10 bar).

Por debajo de esta presión, el regulador deja de funcionar. En estas condiciones, la presión interior de la botella que se equilibraría con la de la cámara de presión intermedia del regulador, que sería de unos 10 bar más la presión ambiente (11 bar si se está en superficie, 14 bar si se está a 30 m de profundidad, por ejemplo).

– Si dejáramos cualesquiera de las segundas etapas del regulador en flujo continuo estaríamos en el mismo caso que en el del párrafo anterior.

El tiempo que tarda la botella en vaciarse

Las dos pruebas experimentales que se presentarán a continuación fueron ambas publicadas en Advanced Diver Magazine. En ambas se utilizan botellas de aluminio S80 (de 11,1 l de capacidad) cargadas a 3000 psi (207 bar).

La primera originalmente publicada con el impactante título de «Segundos para que la vida se acabe. De 207 a 0 bar en 72 segundos«. En el enlace puede accederse al original (en inglés), que todavía puede encontrarse en su web. La traducción al español se ofrece a pie de página (1).

«Life Endings Seconds (3000 to ZERO in 72 Seconds)» – Curt Bowen
(reproducido y traducido con el permiso del autor).
Cuadro perdida gas 1
Resultados Prueba 1

Como se podrá observar en los cuadros de resultados de este primer artículo, tanto los fallos debidos a la rotura de la válvula de sobrepresión de la botella (equivalente a abrir la grifería sin regulador) como los debidos al corte limpio de los latiguillos de alta (manómetro) y baja presión (segundas etapas), son prácticamente iguales entre sí a cualquier profundidad. En cambio, los flujos continuos en la segunda etapa son diferentes a distintas profundidades. La explicación de estas diferencia es compleja y trasciende al propósito de este artículo, por lo que se pospondrá para quizá una futura entrega.

El segundo artículo ya no se puede encontrar en la citada revista, pero sí en un vídeo que se ofrece a continuación:

Prueba de vaciado de botella

Los resultados de esta segunda prueba son los del siguiente cuadro:

Resultados vaciado botella
Segundo artículo: resultados vaciado botella

En este segundo artículo se observa que no se dan resultados para la rotura de la válvula de sobrepresión de la botella (o apertura de la válvula); que los correspondientes tanto al fallo del latiguillo de baja, como del flujo libre de la segunda etapa son dependientes de la profundidad: y que, finalmente, el fallo en el latiguillo de alta presión (manómetro) es prácticamente independiente de la profundidad a la que se produzca.

Diferencias entre éstas y otras pruebas similares sobre la pérdida total del gas

Como se verá, aunque las botellas y presiones iniciales son las mismas, entre los resultados de las dos pruebas anteriores hay diferencias en los supuestos en los que intervienen los reguladores y prácticamente idénticos en los que no intervienen.

Hay que concluir que, además de las distintas referencias de profundidad tomadas, dichas diferencias se deben a que los reguladores -y, probablemente los latiguillos- de las dos pruebas son diferentes y a que los cortes o fallos que se producen en dichos latiguillos son completamente distintos (seccionamientos totales en un caso y cortes parciales en otro).

Porque no se trata de un fenómeno tan simple, ya que intervienen distintas geometrías y dimensiones en reguladores y latiguillos, etc. Sin embargo, en esta entrada no se tratará sobre presiones intermedias, flujos volumétricos o másicos, pérdidas de carga, geometrías, caudales … etc., porque sería muy prolijo y no añadiría nada a las conclusiones que se van a obtener. (Si un buceador algo perverso tuviera la curiosidad de conocer los valores exactos de vaciado que se producirían con su equipo concreto, él mismo debería hacer la prueba).

Pero lo significativo y sorprendente es que estas premisas de partida que influyen en los resultados no se consideren en NINGUNO de los ensayos sobre este asunto que el Autor conozca. Ni se mencionan.

Otra omisión generalizada es la de obtención de conclusiones más allá de recomendaciones vagas y genéricas respecto del compañero o la necesidad de llevar una segunda fuente de gas. Las pruebas y los resultados de todos estos artículos deberían haber dado para bastante más, a juicio del Autor de este blog. Intentaremos paliarlo en este artículo.

Sea como fuere, las pruebas elegidas son las que ofrecen más claridad en sus condiciones de partida y, curiosamente, resultados más desfavorables de las que el Autor conoce.

Dado que las premisas entre ambas son diferentes y no es cuestión de comparar peras con manzanas, a continuación se utilizará sólo la primera, haciendo notar que los resultados en los que no intervienen mangueras ni reguladores sino, por el contrario sólo botellas y presiones iniciales, son casi idénticos entre las dos pruebas.

Extrapolación de resultados a distintas botellas

En el siguiente cuadro se presentan los resultados de la primera prueba convertidos a unidades del Sistema Métrico. Así mismo, se hará una extrapolación con botellas de capacidades distintas a la S80 de aluminio puesto que el resultado es distinto si se bucea con una botella S80 de aluminio o con una de acero de 18 litros. También se considerará el llenado a 200 bar, como es lo habitual.

Pérdida de gas
Extrapolación a distintas botellas cargadas a 200 bar de la pérdida total del gas

¿Pero, hace falta mojarse para esto?

Dicen que Bill Gates dijo que él siempre contrataba a vagos para trabajos difíciles porque ellos encontrarían más fácilmente soluciones sencillas. En esta línea, lo primero que llamó la atención del Autor es que la prueba del artículo se realizara a distintas profundidades, llegando incluso a bajar sus autores a más de 70 metros con sus botellas a cuestas, dispuestos a vaciarlas. ¿Para qué tanta molestia?

Porque, antes de todo ¿no es más fácil pensar que las diferencias de presiones entre el interior de la botella llena y del ambiente a distintas profundidades son irrelevantes a efectos prácticos? Y es que, salvo que se baje a la fosa de las Marianas, esa diferencia va a ser muy pequeña respecto a la que se produce en superficie, de tal manera que se pueden extrapolar los resultados obtenidos desde el sillón de casa perfectamente.

Por ejemplo, el diferencial de presiones absoluto en seco sería de 207 bar – 1 bar = 206 bar; a -30 m sería de 207 bar – 4 bar = 203 bar (un 1,5% de diferencia respecto a superficie); a -50 m sería de 207 bar – 6 bar = 201 bar (un 2,5% de diferencia respecto a superficie) y a -100 m de 207 bar – 11 bar = 196 bar (un 5% de diferencia respecto a superficie). Cantidades irrelevantes hasta en cotas profundísimas para un buceador, en cuya exactitud influye probablemente más la medición certera del tiempo o cualquier otra variable que se quiera imaginar.

Esto era perfectamente previsible y se puede comprobar en el cuadro de resultados del artículo, en el que no hay diferencia apreciable de resultados a distintas profundidades. No hacía falta meterse en el agua y menos bajarse a 70 m para obtener los resultados derivados del vaciado directo de la botella o de ésta a través de la cámara de alta presión de un regulador.

Más dudas suscitarían los derivados del vaciado a través de los mecanismos del regulador (cámara de baja presión de la primera etapa y segundas etapas). En este caso sí parecería justificado el trabajo.

Y estos resultados ¿para qué sirven?

¿Para qué sirve realmente saber en cuánto tiempo se vacía una botella totalmente cargada? Sirve para conocer un ratio de vaciado pero el tiempo en que se vacía no permite llegar a conclusiones. Esto es lo que se va a intentar a continuación.

Como en cualquier análisis serio, siempre que se anticipan este tipo de fallos hay que suponerlos en el caso más desfavorable (pensar que van a ocurrir en circunstancias convenientes es hacerse trampas «al solitario», cosa muy común en el mundo del buceo recreativo). En el caso de una inmersión recreativa tipo, sería en un momento en que se concitasen las peores circunstancias que se puedan dar en toda la inmersión, es decir, que el buceador esté simultáneamente con la menor cantidad de gas en la botella y a la mayor profundidad.

En el caso de una inmersión «cuadrada» (descenso vertical-fondo-ascenso vertical), este momento sería el inmediatamente anterior a comenzar el ascenso, esto es, cuando se está todavía a la profundidad máxima y se ha llegado al «Gas Mínimo» («Rock Bottom«, según la expresión inglesa, cuestión a la que se han dedicado varios artículos en este blog).

Así pues, aplicando los ratios medios de la prueba, el tiempo de vaciado que sí importa a efectos del buceo recreativo -que es el que se produce suponiendo un Gas Mínimo habitual de 60 bar-, quedarían de la siguiente manera:

Perdida con Gas Mínimo
Tiempo de vaciado teniendo un Gas Mínimo de 60 bar

Análisis de los fallos y conclusiones

Se advierte que todos los valores que se darán son ilustrativas aproximaciones, a las que habría que incorporar -o no- los consumos propios del buceador en cada circunstancia. No importa ello demasiado para lo que se concluirá.

Fallos en el latiguillo o manguera de alta presión

Al encontrarse con el término «alta presión», el primer pensamiento es que se producirá un escape de máxima magnitud. Al fin y al cabo, a mayor presión, mayor caudal de gas cabe esperar en un latiguillo cuya apariencia es similar a cualquier otro. Y, sin embargo, se olvida que todo el gas tiene que pasar por un agujero finísimo -casi capilar-, lo que reduce enormemente el caudal que sale hacia el manómetro.

HP latiguillo
Latiguillo o manguera de Alta Presión (HP)

Es por ello que, en nuestros ejemplos, el tiempo que tarda en vaciarse una botella si se rompe completamente un latiguillo de alta presión contraintuitivamente es más de dieciséis veces mayor que si se rompe uno de baja presión.

Y, entonces, ¿qué consecuencias prácticas se pueden obtener? La primera es que un fallo en una manguera de alta presión no es catastrófico.

Ello no quiere decir que se deba proseguir la inmersión como si no pasara nada, pero tampoco que se reaccione como si el quedarse sin gas sin poder respirar fuera inminente, ascendiendo en estado de pánico si no se es asistido por el compañero de inmediato.

Dado que la del gas en las pruebas de referencia es de 1320 segundos en una y de 1480 s en la otra para una botella S80 -de 11,1 l cargada a 207 bar- y que son independientes de la profundidad, se puede esperar una tasa media de escape de 11,1 * 207 / 1400 = 1,65 l/s ≃ 100 l/min.

Esto quiere decir que se debe reaccionar sabiendo que se puede seguir buceando perfectamente durante un cierto tiempo, si bien en vez de consumir los habituales 15 ó 20 l/min x presión ambiente de la profundidad a la que se esté (ver los artículos dedicados al consumo del buceador), se estará consumiendo dicha cantidad, más unos 100 l/min adicionales -sea cual sea la profundidad-, en el peor de los casos (ya que el problema en la manguera puede no ser su seccionamiento total).

Poniendo un ejemplo, si a 30 m de profundidad (4 ata) un buceador tipo con un SAC (Consumo Equivalente en Superficie) de entre 15 a 20 l/min, consume entre 60 y 80 litros por minuto, con el latiguillo de alta presión totalmente seccionado estará consumiendo entre 160 y 180 litros por minuto, como mucho.

Dependiendo de la botella que porte, estos litros se pueden convertir fácilmente a la lectura de presión en el manómetro (bar), simplemente dividiéndolos por su capacidad nominal. Por ejemplo, en el caso de una S80 de Al o una de botella de acero de 12 l, ello representaría unos 15 bar por minuto.

En el caso de una botella de acero de 15 l, unos 12 bar/min; y de unos 10 bar/min en el caso de una de 18 litros. El buceador así puede calcular fácilmente los minutos de que dispone a la profundidad a la que esté para localizar al compañero antes de llegar a su Gas Mínimo, e incluso, ascender tranquilamente en el peor de los casos, se reitera.

swivel
«Swivel» o pieza cuyo deterioro produce el habitual hilo de burbujitas entre el manómetro y su latiguillo.

Pero ello estará lejos de ser una emergencia crítica de cara a un ascenso sin techo (físico, desde un profundidad excesiva o con obligaciones descompresivas), que es lo que da carta de naturaleza al buceo recreativo.

Dicho esto, el habitual fallo que produce un hilo de finas burbujitas que salen del final del latiguillo en donde se encuentra la pieza que permite girar sobre éste al manómetro –swivel, en inglés-, no es de lo que se está hablando. Esto es muy distinto puesto que es producido por el deterioro de las tóricas de dicha pieza y, en general, permitirá continuar y terminar la inmersión normalmente.

Será algo a resolver en cuanto se vuelva a a tierra, pero nada más (no procrastine el lector con estas cosas sin demasiada importancia porque los hilillos pueden quedar sin resolver durante años).

Fallos en un latiguillo o manguera de baja presión

Éste quizá sea el fallo más frecuente de todos los analizados. Y de los más peligrosos.

De manera similar al caso anterior, sería natural pensar que tratándose de BAJA presión, el caudal de gas que se perderá será menor que si fuera en una de alta presión. Pues es exactamente al contrario, dado que la sección del latiguillo por la que fluye el gas es muchísimo mayor que en un latiguillo de alta presión.

Diferencia entradas alta y baja presión
Diferencia entradas alta y baja presión

A quien le haya estallado un latiguillo de baja presión buceando conoce el sobresalto del ruido y la nube de burbujas que se suelen producir alrededor del buceador, impidiendo su visión y desorientándolo, no siendo infrecuente que se asuste y ascienda a superficie descontrolado.

El vídeo que se mostrará más adelante es un pequeño ejemplo de ello, aunque en Internet se pueden encontrar sin dificultad ejemplos reales de buceadores que bajan incluso a más de 50 m con una sola botella a los que les estalla un latiguillo en el fondo. Y, para colmo, alguno sin compañero. (Este tipo de cosas sólo puede dejar indiferentes a los que pensamos que es inevitable que la selección natural siga su curso, dando contumazmente la razón a Darwin).

Admitiendo todos los resultados de las pruebas anteriores se concluye que si -por ejemplo- un buceador estuviera a 25 m con una botella de 12 litros y en el peor momento (al llegar a los 60 bar de Gas Mínimo) le estallara un latiguillo de baja presión seccionándolo totalmente, dado que la tasa de vaciado estaría en torno a (11,1 l * 207 bar / 82 s ≃ 28 litros/s = 1.681 l/min, que en una botella de 12 l significa una pérdida de unos 135 bar/min), o tiene muy cerca al compañero, o tiene menos de treinta segundos para llegar a superficie, por supuesto sin parada ni respeto a la velocidad máxima.

No pareciendo demasiado halagüeño lo anterior, habría que añadir que el ascenso no comenzaría de inmediato, sino que ése sería el tiempo máximo que tendría para reponerse del susto, enterarse de lo que está pasando en medio de un jacuzzi de burbujas, intentar la consabida solución que no puede funcionar pero que siempre se intenta, buscar a su compañero -invisible en ese momento pero supuestamente en el mismo océano-, encontrarlo y llegar a él para poder seguir respirando compartiendo gas. Eso … o subir a superficie directamente intentando controlar (?) la velocidad de ascenso.

Como no hay redundancia completa en el equipo en el caso del buceo recreativo habitual, la solución no puede depender de una sola cosa – el compañero- porque, si ésta también falla, no hay solución. Tiene que haber siempre una segunda alternativa. Y ésta es, en el caso del buceo recreativo, el acceso directo a superficie, con todos los riesgos que pueda conllevar.

Por ello y como el pelmazo del Autor de este blog no cesa de repetir, buceando con una única botella es imprescindible respetar límites de profundidad que sean verosímiles (no más de 30 m), los Tiempos de No Descompresión (NDL), ni meterse en agujeros ni bucear en entornos cerrados -aunque esté permitido parcialmente por muchas legislaciones-.

Entrada en flujo continuo del regulador

No nos referiremos aquí a entradas en flujo que típicamente se producen al saltar al agua, o cuando la boquilla apunta a la superficie, etc. que se resuelven inmediatamente, sino a las incontrolables e imposibles de cortar, que suelen suceder por incorrecto mantenimiento de la segunda etapa o por congelación de la primera. No entraremos aquí en las razones de que se puedan dar ambas circunstancias, sino únicamente en sus consecuencias.

Lo primero a destacar es que se puede respirar de un regulador en flujo continuo. Malamente, pero se puede. No es difícil encontrar vídeos en Internet sobre cómo hacerlo e, incluso, algunas certificadoras lo enseñan. Pero hay que haberlo practicado en alguna ocasión, cosa que se anima al lector a probar (controladamente, no se nos vaya a ahogar en la prueba).

Lo que interesa aquí es que, admitiendo los resultados presentados inicialmente, cerca de la superficie la botella S80 se vaciaría en un tiempo de unos 255 segundos -pongamos 4,3 minutos- y a 30 m de profundidad en 155 s (unos 2,6 minutos), con un ratio de vaciado de unos 9 litros/s en superficie y de 15 l/s a 30 m.

Tomemos pues en inmersión una tasa media de unos 15 l/s, cuya transposición a unidades de presión (bar), legibles por el buceador en el manómetro, dependerá de la capacidad de la botella utilizada, de tal forma que tendremos una pérdida aproximada de 77 bar/min en el caso de la botella S80; de 72 bar/min en el caso de una de 12 litros; de 57 bar/min en el caso de una de 15 litros y de 48 bar/minuto en el caso de una botella de 18 litros.

Si éste fuera el caso, en nuestro ejemplo del buceador que tiene el problema a 30 m de profundidad con sólo su Gas Mínimo de 60 bar en su botella de 12 l, tendría menos de un minuto de tiempo antes de quedarse sin gas, esto es, para encontrar al compañero o para llegar a superficie. Tampoco parece lo ideal.

Se reitera que son valores aproximados toda vez que ello depende no sólo de la profundidad a la que se esté (variable en el ascenso), sino del regulador e, incluso, el latiguillo que se utilicen. (A estos valores no habría que sumar el consumo del buceador puesto que éste respiraría -con dificultad- del gas ya en el exterior del sistema).

Respecto del vaciado directo de la botella

Es extremadamente difícil que buceando estalle un disco de sobrepresión en una botella, o que haya lugar a un vaciamiento directo de la misma. Normalmente se asimilan estos fallos violentos a los que se producen por defectos o deterioro en la tórica que sella la unión entre grifería y regulador. Y estos son muy difíciles de cuantificar puesto que dependen mucho de cómo y porqué se produzcan.

El Autor ha visto desde una tórica totalmente seccionada y separados sus extremos que no ocasionaba fuga alguna, hasta fugas masivas repentinas sin deterioro aparente. De darse este tipo de fugas, nunca serían mayores del caso del fallo en el disco de sobrepresión. Este tipo de incidentes se suelen producir, bien en superficie, bien al comienzo de la inmersión.

También ha visto en una sola ocasión una pérdida de gas a través de una primera etapa por estar flojo el tornillo interior que cierra el mecanismo. Esto es muy inusual.

En estos casos, se puede ver que el tiempo máximo de vaciado de una S80 es algo superior a un minuto (72-74 s) y prácticamente independiente de la profundidad.

En caso de ocurrir al principio de la inmersión, es tiempo suficiente para ascender sin parada si no se ha llegado a los 20 m. El lector avezado objetará que esta profundidad no permite subir a superficie respetando la velocidad máxima de 9-10 m/min. Y tiene razón, pero en los primeros momentos de la inmersión, la carga de nitrógeno es casi inexistente y, además, hay agencias como la DSAT que consideran totalmente seguros los ascensos a 18 m/min. Combine las dos circunstancias y entenderá la afirmación. Este supuestos se debiera dar sólo si el compañero no fuera accesible.

Pero también habrá que asumir la posibilidad de una pérdida de gas en el momento más desfavorable de la inmersión, esto es, a la mayor profundidad y justo antes de iniciar el ascenso, una vez que se ha llegado al Gas Mínimo. En tal caso, asumiendo un vaciado total de una S80 de 11,1 litros de capacidad cargada a 207 bar en 72 segundos, tendríamos una tasa media de vaciado de 11,1 l * 207 bar / 72 s = 31 litros/s.

Esto representaría un vaciado máximo de unos 150 bar/min en el caso de una de 12 litros; de unos 2 bar/s; o de 120 bar/min en el caso de una de 15 litros y unos 100 bar/min en una de 18 litros.

Suponiendo que se estuviera a 25 m con una botella de 12 litros y un Gas Mínimo calculado según la regla inventada y descrita en este blog de

Profundidad (m) * 30 / Capacidad botella (l),

debiéramos tener unos 63 bar al menos, lo que representaría que tendríamos unos 25 segundos antes de quedarnos totalmente sin gas. Esto, por muy improbable que fuere, de nuevo quiere decir que es importante estar cerca del compañero, tanto más cuanto a más profundidad se esté y cuanto más se acerque el momento de iniciar el ascenso.

¿Se puede cortar la fuga de alguna manera?

Las fugas derivadas de un problema en la junta tórica entre botella y regulador a veces se deben a una falta de apriete de éste último en la rosca de la grifería. En este caso, lo suyo es que el compañero, una vez haya donado el regulador y todo el mundo respire sin agobios, intente roscarlo con fuerza. A veces cesa la pérdida, a veces no.

Las fugas derivadas de un problema con los latiguillos o mangueras de baja presión no son controlables. Aunque no se rompan por el extremo más cercano a la grifería -lo cual es lo usual y anula cualquier potencial arreglo-.

En este caso y a diferencia de un estallido de un latiguillo de alta presión, al haber alternativa con el octopus, hay quien instala una válvula de corte que cuesta unos pocos dólares o euros insertada entre la segunda etapa y su latiguillo.

valvula-on-off-corta-regulador
Válvula de corte (anti flow valve)

Esto puede ser útil a veces, si el problema no es la congelación de la primera etapa, en cuyo caso el octopus también entraría en flujo continuo, pero tiene el inconveniente que, dependiendo de los modelos, puede ser accionada por roce inadvertidamente, con el consiguiente corte de gas involuntario.

Las fugas derivadas del latiguillo de alta presión tampoco son resolubles si bien, como se ha dicho, no suponen un fallo catastrófico.

Es frecuente que alguien pregunte si se puede cortar el gas doblando el latiguillo, bien sea de alta o de baja presión. La respuesta normal sería que no se puede. Esto puede verse en el siguiente vídeo en el que el bueno de Alec Pierce lo intenta tanto con uno de baja presión, como uno de alta.

Intentos de cortar el flujo doblando el latiguillo

Esto es lógico habida cuenta de lo peligroso que sería que un buceador se quedara sin gas por un enganche o doblado accidental de un latiguillo. Sin embargo, durante un curso, el Autor se quedó tres veces sin gas por el doblado accidental del latiguillo largo (2,1 m) del que respiraba -perteneciente al equipamiento ofrecido en el propio curso-. Nadie de los experimentados presentes lo había visto nunca ni lo podía creer, pero sucedió y se comprobó en superficie que así era. Esto no debiera haber ocurrido y por ello se insiste en comprar latiguillos de calidad. Pero, visto lo visto, pruebe el lector con los suyos, a ver qué pasa.

De nuevo se concluye de todo esto la importancia de la proximidad al compañero si se bucea con una única fuente de gas, tanto más cuanto más profundo se esté y menos gas se tenga. Una vez más.

Pero todo esto … ¿puede pasar?

Es difícil, pero sí puede pasar. Por algo son distintas las palabras improbable e imposible.

En este momento quizá sea ilustrativo decir que al Autor buceando le ha estallado un latiguillo de baja presión en dos ocasiones y que lo ha visto en otros buceadores y en directo un par de veces más, así como algunas fugas masivas en las tóricas entre regulador y botella. Y que en superficie también ha visto estallidos de tóricas o latiguillos varias veces (en especial durante una temporada en un centro de buceo en el que se había comprado para sus equipos una partida defectuosa de tóricas). Aunque quizá lo que haya que colegir es que los gafes también bucean.

Pero no vamos a detenernos en este asunto que ya ha sido tratado extensamente en el artículo titulado «Todas las setas se comen, pero algunas sólo una vez : EL FALLO CATASTRÓFICO Y EL ACCIDENTE DE BUCEO«. El lector podrá resolver sus dudas sobre esta cuestión mediante su lectura. Y quizá librarse de algún autoengaño que le asalte.

En cualquier caso, Internet está repleto de vídeos en los cuales aparecen buceadores a los que les estalla un latiguillo o manguera de baja presión. A continuación, vaya uno de ellos a modo de ejemplo que no es demasiado dramático y que, incluso, hasta cierto punto llega incluso a resultar divertido:

Estallido de latiguillo y ascenso incontrolado

Como se podrá comprobar, a no mucha profundidad quizá -unos 20-25 metros a lo sumo- estalla un latiguillo del regulador del buceador que está grabando la escena. Inmediata y diligentemente dos compañeros se acercan y uno de ellos -que se presume experimentado por sus ademanes-, parece que intenta donarle gas. El afectado se asusta y asciende a superficie cuan misil intercontinental. Y no solamente nadie le para, sino que los dos compañeros se van con él.

Observe el lector el temporizador del vídeo y verá que presunto donante, presunto donado y el otro que se suma a la fiesta ascienden hasta la superficie en menos de 30 segundos. Es decir, a 40 m/minuto (cuatro veces más rápido que la velocidad máxima de 9-10 m/min y más del doble de la máxima establecida por DSAT, la agencia más permisiva con 18 m/min). No se sabe cuánto tiempo llevaban de inmersión. De parada recomendada, ni hablamos.

Pareciera que tanto el donante como el que acompaña -que no compañero- no vienen a resolver un problema donando gas para propiciar un ascenso en condiciones de velocidad máxima aceptable e, incluso, con parada recomendada, sino que ambos desearan simplemente solidarizarse con la víctima del incidente y compartir su destino. Es este tipo de «ayuda» un ejemplo de la que ofrecen buceadores que realmente no están formados, por mucha inmersiones que tengan apuntadas en sus cuadernos de buceo.

Corolario

Se reitera que no se trata de asustar a nadie. En este artículos se pretenden fundamentalmente varios objetivos:

– Que el lector entienda que este tipo de cosas -y muchas otras- llevan una y otra vez a la conclusión de que, con una única botella, no se debe bucear metiéndose en agujeros, ni con paradas descompresivas obligatorias, ni a demasiada profundidad. En definitiva, que no se debe hacer «buceo con techo». Y que entienda el porqué de la importancia de la proximidad al compañero y también de la «calidad» de éste, en cuanto a su capacidad de ayuda.

– Que el lector tome conciencia de que estos fallos se producen y que, aunque improbables, son posibles, así como de la importancia del estado del material que se utiliza. Respecto a esto, conciéncese también el lector de que los latiguillos son CONSUMIBLES y no una parte eterna del material. Que son componentes muy vulnerables, que deben ser de buena calidad y que hay que cuidar su «enrutado», evitando dobleces y curvas de poco radio tanto en su uso, como en su almacenamiento.

– Que el lector no reaccione nunca con pánico, pero especialmente cuando se producen fallos como el de un latiguillo de alta presión, que ni siquiera son catastróficos en realidad.

Y, sobre todo, que el lector evalúe cuantitativamente el tiempo que tendría en caso de ser él el que se encontrara en todos los escenarios referidos y que imagine tanto su reacción como la que sería deseable. Éste es un entrenamiento mental que le quizá le prepare para cuando el fallo tenga lugar y que todo buceador debería hacer, porque muchas veces una reacción de pánico infundamentada produce un problema de una gravedad mucho mayor a la que hubiera tenido lugar si se hubiera reaccionado adecuadamente.

(1) –

Traducción:

«Los segundos finales de vida» (Autor: Curt Bowen)

Nos formamos para detectar fallos en los equipos en nuestros cursos de certificación, practicamos simulacros de emergencia y realizamos comprobaciones de seguridad antes de la inmersión. Hacemos todo esto con la esperanza de detectar un problema antes de que suceda o para saber cómo remediar la situación a profundidad en caso de que ocurra. En toda la preparación y los simulacros, siempre parece que se produce un fallo en el equipo en el peor momento.

Advanced Diver Magazine examinó fallos de equipo un paso más allá y realizó una serie de pruebas a múltiples profundidades en un intento de calcular si el aumento de la profundidad puede escalar un fallo del equipo potencialmente mortal. Posteriormente, publicamos los resultados en el foro de buceo técnico, The Decostop (www.thedecostop.com), para ver cuáles serían las respuestas y sugerencias de otros buceadores técnicos.

La prueba 

Se simularon cuatro diferentes fallos de equipos a cuatro profundidades preestablecidas y se cronometraron sus resultados. Todas las pruebas se realizaron con una botella de aluminio de 80 pies cúbicos (S80 de 11,1 litros de capacidad) lleno a 207 bar (3000 psi).  Las pruebas midieron el tiempo que se tardaría en vaciar cada botella de aluminio S80 desde 207 bar (3000 psi) a 0 psi

1. Fallo del latiguillo de alta presión. Simulación colocando un latiguillo de alta presión precortado en la primera etapa de un regulador. La válvula de la botella se abrió completamente a las distintas profundidades predeterminadas y se registró el tiempo que tardó la botella de 80 pies cúbicos en vaciarse.

2. Fallo del latiguillo de baja presión. Simulación colocando un latiguillo de baja presión precortado e en la primera etapa de un regulador.  La válvula de la botella se abrió completamente a las distintas profundidades predeterminadas y se registró el tiempo que tardó la botella de 80 pies cúbicos en vaciarse.

3. Fallo del disco de sobrepresión. Simulación retirando un disco de sobrepresión de la válvula del cilindro a profundidad. Se registró el tiempo que tardó en vaciarse la botella de 80 pies cúbicos.

4. Segunda etapa del regulador en flujo libre. Simulación purgando manualmente una segunda etapa de alto rendimiento a las profundidades predeterminadas hasta vaciar la botella. Se registró el tiempo.

Resultados de los fallos de equipo

Esta prueba (véanse los resultados anteriores) produjo resultados claros y precisos que indicaban que cualquier fallo importante en el equipo, con la excepción de la ruptura de un latiguillo de alta presión, resultaría en una pérdida catastrófica del volumen de gas en solo unos segundos.

Aplicación de este conocimiento a situaciones de la vida real.

La columna de la derecha en el cuadro anterior indica la cantidad de gas perdido en pies cúbicos en 15 segundos. (El tiempo estimado que le toma a un buzo insospechado analizar completamente y apagar el regulador fallado o la válvula de aislamiento.) Por supuesto, en algunas situaciones, como una ruptura de disco o una falla en la junta tórica del cuello del tanque, todo el volumen en el el cilindro se perderá.

La mejor reacción y solución para ahorrar la máxima cantidad de gas variará según el tipo de sistema que cada buceador esté usando, desde bibotellas con válvula de aislamiento, dos botellas independientes y botellas de montaje lateral. El consenso final indicó que un buen equipo de compañeros, -especialmente para el buceo técnico extremo- y el mantenimiento adecuado del equipo, eran de máxima prioridad.

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7 comentarios sobre “

Quedarse sin aire, la pesadilla del buceador:

1ª Parte – LA PÉRDIDA TOTAL DEL GAS

  1. Gracias por tu, como siempre, interesantísimo artículo. Solo una pequeña apreciación, y asumiendo la sorna de la «sugerencia», pero, por si acaso… Yo no probaría, ni siquiera en seco, si mis latiguillos se doblarían para detener una fuga o no; por un lado, si se rompe me quedaría sin el y, por el otro, aunque no se rompa seguro que se quedaría debilitado/dañado y resultaría conveniente cambiarlo por uno que no hubiera sufrido tal estrés. Creo que lo mejor es asumir que no es una alternativa y no «jugar con las cosas de respirar»

  2. Como siempre un placer leer tus artículos. Para alguien con poca experiencia como yo, su lectura me enriquece. Además agradecerte que he aprendido una palabra que no conocía, lo que considero otro regalo: procrastinar

    1. La verdad es que recibo propuestas de varios tipos: hacer un podcast, editar los artículos como libro, construir un curso, …
      Lo único que descarto es hacer vídeos en YouTube por lo feo que soy. El resto … ya veremos.
      Un saludo y gracias por la sugerencia.
      G.

      1. Muy buen artículo, para los que somos ingenieros se demuestra con lujo de detalles la física del buceo aplicada al sistema de respiración. Como instructor me gusta ese poco de humor negro que pones para los que pueden creer que las cosas malas no pueden pasarle a ellos y que basado en tu experiencia cuentas los accidentes que te han pasado o has visto a lo largo de tantas inmersiones. Saludos desde Colombia.

  3. A los que piensan que «eso nunca pasa, o no me va a pasar a mi». yo en las miles de inmersiones que llevo, sólo vi una vez petar la tórica que une el latiguillo con la segunda etapa principal. La putada es que esa única vez fue a mi y llegando a la burbuja del pozo azul. Por suerte, la inmersion estaba bien planificada, tocó un v-drill, llevaba 2×12 y una s80 con ean 50 y la única incomodidad fue hacerme la vuelta con el scooter y sin ala, controlando la flotabilidad con el seco.
    Shit happens….

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