El concepto de comunicación de una inmersión es mucho más extenso que la mímica debajo del agua. Por ello, no espere el lector encontrar aquí un catálogo de señas. No aportaríamos nada si ofreciéramos la consabida recopilación de fotos o dibujos de los cientos que se pueden encontrar sin ninguna dificultad en Internet, que parece ser lo único que parece importar cuando se trata de este tema. Los artículos al peso de «corta y pega» no son el propósito de este blog, sino propiciar otro tipo de reflexiones. Se utilizará algún ejemplo únicamente para ilustrar el contenido.
La comunicación subacuática por señas es sólo una fracción
Al Autor siempre le llamó la atención que prácticamente todo artículo que se encontrara en Internet sobre la comunicación en el buceo se centrara exclusivamente en las señas debajo del agua. Aquí se intentará profundizar algo más en el concepto general de comunicación entre buceadores.
Lo que se tratará a continuación no sólo tiene únicamente en común la palabra «comunicación» sino que como se verá, está todo relacionado, ofreciéndose un conjunto de posibilidades que trascienden a la seña, que a veces la hacen innecesaria, que condicionan nuestro buceo y que ofrecen posibilidades distintas según las circunstancias.
Primera parte: hablar antes de la inmersión
Se partirá desde el convencimiento de la validez y veracidad de las siguientes premisas:
- La comunicación debajo del agua es dificultosa y torpe. Mucho más limitada que en superficie, como es obvio. Esto, aun pareciendo una perogrullada, a menudo no se tiene en cuenta dado lo poco que se suele hablar en superficie.
- Frecuentemente la comunicación debajo del agua es INNECESARIA porque muchas veces se comunican cosas que se debieran haber hablado y convenido ANTES de la inmersión;
- La comunicación debajo del agua debiera limitarse a lo contingente, esto es, a lo que sucede en el momento y que no fuera previsible.
Desde que se inició en esta actividad, al Autor siempre le llamó la atención que en el barco cuando se conocía al «compañero adjudicado» se convinieran casi exclusivamente las principales señas subacuáticas que se iban utilizar, señas que por otra parte todo el mundo debía conocer.
Sin embargo, nadie hablaba de cómo había que ir durante la inmersión (si en paralelo, si uno detrás de otro) o a qué distancia, ni otros aspectos importantes como qué hacer si se perdía de vista a la pareja o se perdía al grupo. Nada sobre el control del consumo. Uno no sabía si se estaba echando al agua con alguien qué consumía como un trasatlántico o como un pajarito. Nada sobre cómo se iba a bajar hasta el fondo (si en paralelo, si uno detrás de otro, si agarrados al cabo, etc.), nada sobre la planificación de la inmersión, en definitiva.
Para todo eso ya estaba el guía, instructor, divemaster -o similar- que lo organizaba todo. Solamente existían las indicaciones sobre el sitio que éste último explicaba sobre un gráfico de la zona. Y, por supuesto, nada sobre revisar el equipo simultáneamente y en paralelo. Frecuentemente sólo se daba importancia a marcar la mitad de botella y los consabidos 50 bares (dando igual la capacidad de la botella que se portara) y alguna seña más.
Un equipo de buceo (pareja o trío), cuanto más habla en superficie, menos señas necesita hacerse dentro del agua.
Segunda parte: la comunicación debajo del agua. Procedimientos
Posibilidad de comunicación verbal bajo el agua
Hace muy poco se publicaron dos artículos en este blog sobre el uso de la máscara integral. Uno sobre las primeras impresiones acerca de su uso y otro con pruebas en inmersiones reales.
Este dispositivo permite hablar entre compañeros si se dispone de los consiguientes equipos de comunicación. Incluso se puede hablar con el barco.
Aunque ya en ambos artículos se advirtió sobre los inconvenientes de este sistema cuando el compañero es un pelmazo, en determinados casos puede ser necesario y hay que mencionar esta posibilidad, aunque no sea la común. Y conste que este procedimiento no pertenece solamente al buceo comercial, sino que se puede utilizar sin salir del ámbito del buceo recreativo.
¿Se puede escribir debajo del agua?
Perfectamente. Existen pizarras más o menos artificiosas que se acoplan al antebrazo o se llevan colgando de una anilla del chaleco directamente en las que se puede escribir un mensaje que luego se muestre al compañero. Sin embargo y aun muy utilizados por divemasters e instructores recreativos, no son los mejores procedimientos al ser un posible punto de enganche (no debiera ser crítico en el ámbito recreativo), algo más colgando o por lo que a continuación se dirá.
Existe el «cuaderno húmedo» (denominación con la que el Autor nombra las conocidas como «wet notes«) consistente en un cuadernillo con anillas y hojas plásticas en las que se puede escribir con un simple lápiz de grafito graso, disponible en cualquier papelería.
Este sistema tiene la ventaja de disponer de varias hojas para distintas notas en diferentes momentos. Pueden llevarse en él tablas y otras informaciones útiles. Incluso puede albergar las versátiles bridas plásticas. El Autor incluso lleva una boquilla de repuesto en su interior.
Además, se puede escribir una nota arrancándola del cuaderno para enviarla a la superficie mediante el bolsillito que alguna boyas deco tienen al efecto (y que son muy recomendables en determinados niveles de buceo con descompresión programada), cuyo destinatario es el barquero.
El cuaderno tiene recambios sustituibles en unas portadas de cordura que se sujetan con un elástico, guardándose el conjunto en un bolsillo. (La proliferación de pizarras rígidas de antebrazo y colgantes suele deberse a que no se suelen emplear bolsillos en los trajes de neopreno).
En buceo recreativo esto no es crítico, pero sí puede serlo en buceo técnico. Y entonces, si se quiere utilizar un procedimiento, ¿por qué no utilizar desde el principio el más adecuado de los disponibles si quizá se vaya a progresar hasta niveles superiores?
Comunicación con luz
Mucha gente no entiende por qué hay buceadores que emplean focos potentes de día, creyendo que estos sirven únicamente para iluminar.
La luz es un importante procedimiento de comunicación entre buceadores, si bien pierde eficacia en días soleados, aguas claras y escasa profundidad. En cambio, en ambientes cerrados (cavernas, cuevas o pecios) o de noche, es utilísima y a veces imprescindible. Así mismo es muy eficaz a gran distancia, incluso en aguas abiertas.
Además de la cuestión visual, en los ambientes citados muchas veces se ha de nadar forzadamente en fila en pasajes angostos o restricciones, haciéndose inútiles las señas por el simple hecho que el de delante no ve al de detrás. En cambio, este procedimiento permite ir uno detrás del otro puesto que el que ocupa la posición delantera puede ver la luz del de atrás y señalizar con el foco recibiendo respuesta. No hace falta darse la vuelta. En cualquier caso no hay que subestimar esta posibilidad en buceo recreativo.
Hay que saber que las señales luminosas son muy restringidas, siendo su principal función revelar la posición propia al compañero, comunicarle que se está bien, llamar su atención para cualquier propósito o en caso de emergencia.
«¿Estás bien?» (círculo descrito con el haz de luz concentrado delante del compañero) – «¡Estoy bien!» – (idem como respuesta encima del haz del que pregunta); «¡Atención!» (desplazamiento lento en vertical -u horizontal- del haz delante del compañero); «¡Emergencia!» (desplazamiento rápido en horizontal del haz delante del compañero); «¿Dónde está tu luz?» (tapado del foco propio provocando oscuridad para detectar la luz del compañero), y poco más.
No es cuestión aquí de incidir en un sistema que normalmente se utiliza en espacios cerrados en los que ningún buceador recreativo debiera estar, pero sí se mencionará que los focos buenos ofrecen dos haces de luz simultáneamente: uno concentrado para comunicar y señalar y otro alrededor más amplio y difuso para ver.
Dichos haces puede ser necesario que varíen en función del lugar, lo cual únicamente está al alcance de los enfocables. Hasta hace muy poco estos eran patrimonio de las luces HID, aunque recientemente han aparecido focos LED que sí son enfocables con lentes Fresnel. Muchos focos tiene doble haz, pero no son enfocables. No es lo mismo.
Por lo anteriormente dicho, las luces situadas en el casco o en la máscara, no sirven para comunicar.
Las linternas simples no son lo mejor para este propósito, aunque se pueden utilizar.
No está de más que los buceadores recreativos que se aventuran en aguas abiertas con fondos sin demasiada luz, en el interior de pecios, en cavernas o en túneles al menos estén mínimamente al tanto sobre esto para utilizar todas las posibilidades que ofrecen sus luces.
Comunicación por señas
La «legibilidad» de la seña
La principal condición de cualquier seña es que tiene que ser percibida y entendida por su destinatario.
Esto se dice porque muchas veces pareciera que la seña fuera un trámite, más que un medio para que el compañero se entere de algo. Al igual que hablando en superficie modulamos y adaptamos el volumen de voz en función de la distancia a nuestro interlocutor, al hacer la seña debiéramos considerar cómo éste va a percibir su imagen.
Si, por ejemplo, se realiza una seña desde lejos o en aguas turbias, no será recibida correctamente. Como principio general, toda seña se debiera hacer CERCA del compañero. Lo más cerca que sea posible.
La seña realizada en la distancia al compañero por un buceador vestido completamente de negro y con guantes negros, de tal forma que el guante quede por delante de su traje, será una mancha para el destinatario de la instrucción que no será capaz de distinguirla claramente, puesto que señal y fondo se confundirán.
Si se hacen señas consecutivas y no se da suficiente tiempo entre ellas probablemente la percepción también será errónea.
Hay quien incluso hace señas al compañero en ausencia casi total de luz, independientemente de que aquél las vea o no. Parece que lo importante fuera hacerla seña sin más. Y no es que el compañero no la entienda, sino que ni siquiera la ve. Esto es mucho más frecuente de lo que parece. El Autor ha observado reiteradamente que muchos novatos en situaciones incómodas realizan señas de cualquier manera, como descarga de responsabilidad o cumpliendo una obligación. «Yo te hecho la seña. Y si no las has entendido es problema tuyo«. No se tiene todavía el conocimiento suficiente para valorar la pareja como unidad de buceo. Esto, por absurdo que parezca, es muy habitual. Pregúntese el lector incluso si él mismo no lo ha hecho alguna vez. Más de una ¿verdad?
Así pues, cualquier seña tiene que ser clara, distinguible del fondo sobre el cuál el compañero la va a ver, con luz suficiente, nítida, lenta y diferenciada de cualquier otra seña posterior que se haga.
Todo esto pudiera parecer una obviedad, pero la práctica revela que no lo es.
Muchas veces el énfasis que el buceador técnico emplea en la seña es interpretada por el recreativo como enfado. (Como anécdota personal, la mártir que tiene la desgracia de estar casada y bucear ocasionalmente con el Autor se «mosquea» con él cada vez que éste le hace una seña, interpretando en el gesto una actitud imperativa, cuando lo único que se pretende es aportar definición, nitidez y claridad a la misma).
Señas recreativas y señas técnicas. Diferencias conceptuales
Muchos buceadores recreativos se sorprenden de las señas que ven en los buceadores técnicos. Y creen que simplemente son diferentes sin entender la razón de las diferencias. Hay varias y conviene conocerlas.
La diferencia principal estriba en que las recreativas se realizan con una o dos manos mientras que las técnicas se realizan con una única mano (la derecha, ya que se supone que lo normal es que la mano izquierda esté ocupada con el foco o con el torpedo mientras que la derecha siempre debe estar libre por la posibilidad de donar en cualquier momento).
Así por ejemplo, el número seis será representado por un buceador recreativo con los cinco dedos de una mano y uno de la otra, mientras que un buceador técnico lo hará con su índice en horizontal solamente. Un procedimiento menos intuitivo pero más lógico, sencillo y seguro que utilizar ambas manos.
Curiosamente, el tsunami de corrección mojigata que asola el mundo en los últimos tiempos ha llegado hasta aquí. De esta manera, la tradicional seña que significa que algo se ha roto o no funciona -señalamiento del objeto en cuestión seguido de mostrar el puño cerrado de la misma mano salvo el dedo medio estirado, ( lo que en España se llama «hacer una higa» (1) o «hacer una peineta») se considera un gesto obsceno y pretende ser sustituido por una seña equivalente a romper con las dos manos una rama.
O sea, al primer ataque de puritanismo que nos da, nos cargamos el principio fundamental de las señas técnicas que es utilizar una sola mano. ¡Bien!
También existe una diferencia en cuanto a que las señas técnicas implican a veces un determinado comportamiento asociado o, por decirlo de otra manera, son imperativas. «De comando» le llaman algunos, en una traducción aberrante del inglés command (orden, mandato).
Por ejemplo, si un buceador hace la señal de ascender con el dedo pulgar de la mano hacia arriba y el puño cerrado el compañero contestará repitiendo la señal y comenzará de inmediato el ascenso. No se pregunta. Es imperativo y no se discute. Esto no suele ocurrir con las señales recreativas.
Otra diferencia es el uso el «OK». En buceo recreativo se utiliza como respuesta afirmativa para todo. Y, como se utiliza para todo, uno no sabe si el compañero se ha enterado o no de lo que se le dice ya que contestará igual para todo. «¿Volvemos?» «¡OK!«. En cambio en técnico las respuestas afirmativas se realizan replicando la seña. «¿Volvemos?» «¡Volvemos!«. De esta manera el buceador comprueba que el compañero ha entendido lo mismo que se le ha comunicado.
Maracas, bocinas y artefactos varios
Pueden ser objetos metálicos que golpean la botella, maracas o dispositivos (bocinas o sirenas) conectados al inflador del chaleco que usan el aire del tanque para producir sonido al presionar un botón.
Estos sistemas de comunicación subacuáticos tienen el inconveniente de que no sirven para indicar una dirección -salvo que estén muy cercanos- ya que los sonidos dentro el agua parecen provenir de todas las direcciones.
Pudiéramos decir que las señales sonoras son un procedimiento muy efectivo para llamar la atención con buena visibilidad y cercanía del compañero. Y poco más porque, por lo dicho, en entornos con visibilidad limitada, solo sirven para comprobar que el compañero sigue en el mismo océano, pero no podemos encontrarlo siguiendo el origen del sonido.
Algunas bocinas submarinas conectadas al inflador del chaleco o ala tienen adicionalmente una versión para uso en superficie que emite un sonido potente que puede llegar a un par de kilómetros de distancia fuera del agua. En este caso sí tienen un valor direccional. Más adelante se mencionarán.
Cuando se trata de este tipo de artefactos lo común es manifestar lo desagradable y molesto que es para los que están en el derredor bucear escuchando este tipo de ruiditos permanentemente. Cabe pensar que esto no es un problema del artefacto en sí, sino de su uso.
Efectivamente, hacer sonar una sirena o una maraca cada vez que se ve un pulpo o una anémona puede resultar desquiciante para el resto de los buceadores de la zona. Probablemente sería distinto si la utilización de este tipo de procedimiento se restringiera únicamente a casos de emergencia. No estaría mal recriminar educadamente al que abusa de estas cosas a ver si poco a poco se lograra acabar con esta práctica, como sucede con el tabaco en los lugares públicos.
Sin embargo, cabe pensar en que si se emplea este procedimiento es porque algo hemos hecho mal antes. Decir que escuchamos un sonido de advertencia de nuestro compañero lejano quiere decir que no estamos manteniendo la distancia adecuada con él.
También este tipo de procedimientos es utilizado en el buceo en grupo, generalmente por el guía, para llamar la atención de la totalidad del conjunto de buceadores. Sin querer decir que no sea útil, es un procedimiento más comprensible aunque sigue sin parecer muy … estético.
¿El método de comunicación submarina más sólido? ¡el contacto físico, claro!
A veces, tirar al compañero de la aleta es la única manera de que éste repare en que existimos. Y también esto es comunicación.
Sin llegar a extremos, en entornos de oscuridad o si la visibilidad es muy reducida, la única forma de mantener la comunicación con el compañero es mediante el contacto físico.
Todo buceador debiera saber que existen procedimientos estandarizados para comunicarse en situaciones de visibilidad nula. Estos protocolos incluyen sujetar al compañero por el brazo y darle «toquecitos» convenidos para dar las instrucciones necesarias para salir con seguridad.
También se emplean procedimientos de contacto físico en caso de pérdida de máscara en los que, estando literalmente ciego a los instrumentos -y a casi todo, pruebe controladamente el lector-, el compañero coge con su mano el pulgar del que tiene el problema y, poniéndolo en vertical hacia arriba, en vertical hacia abajo o en horizontal, le indica si tiene que subir, bajar o permanecer a la cota en la que están.
Esto se enseña en cursos técnicos (con buceadores que deben llevar una máscara adicional de respeto) pero el Autor se pregunta si no se debiera instruir también a los buceadores recreativos o es que no hace falta porque estos no pierden nunca la única máscara que llevan. (No se engañe el lector: no se enseña porque, en la formación al uso, el buceador recreativo no suele tener suficiente control para hacer este tipo de ascensos sin ver, confiándose en que acudan en su auxilio Santo Escape Libre o la habilidad del compañero para pararle cuando se acelere como un misil hacia la superficie).
La comunicación condiciona la posición de nado de la pareja
En este blog se ha criticado reiteradamente la frecuentísima estampa de dos buceadores recreativos nadando a distancia uno detrás del otro, volviéndose el primero cada ¿5 minutos? para comprobar que el de detrás sigue donde debiera estar. Obviamente, ello es por la dificultad del segundo para comunicar al primero un problema del que éste quizá se daría cuenta sólo cuando ya no hubiera solución, si no le lograra alcanzar.
Sin embargo, el procedimiento de comunicación con luz sí permite nadar uno detrás del otro, especialmente en entornos en los que no hay más remedio que hacerlo así por la simple razón de que en ellos pueden no caber dos buceadores en paralelo. Cavernas, túneles, pecios o cuevas son un evidente ejemplo de ello.
Al margen de la discusión sobre si los buceadores recreativos debieran estar en estos entornos, o no (el Autor cree que no -por coherencia con el propio concepto de «buceo sin techo»-, pero la ley y las agencias de enseñanza parece que opinan otra cosa), lo que se pretende con esta reflexión es que el lector caiga en la cuenta de que la comunicación condiciona la posición de nado de la pareja. Que las dos cosas están relacionadas.
De esta manera, si se pretenden emplear señas, la posición de fila india no puede ser aceptable, mientras que sí puede serlo (incluso en grupos de más de dos buceadores) si existe la posibilidad de comunicación por luz y se sabe utilizar (porque no basta con llevar una linterna, claro).
Tercera parte: comunicación en superficie con el barco
En un anterior artículo titulado «Todo sobre la BOYA DECO. Primera parte: EL MATERIAL«, que se recomienda leer, se afirmaba lo siguiente:
– Si la visibilidad en superficie fuera mala (por ejemplo, si hubiera algo de neblina), no sólo sería deseable una boya grande, sino que incluso con ella, quizá no se nos pudiera localizar. Llevar un silbato potente, además de obligatorio en España desde la promulgación del RD 550/2020, se revela imprescindible en esas ocasiones.
Hay que tener en cuenta que la boya no es la panacea para ser localizado. Como se ha dicho, una superficie con gran oleaje o una gran distancia al barco pueden hacerla invisible desde el mismo.
Pero hay más circunstancias que pueden hacerla indetectable: al ocaso, si el buceador tiene el sol poniéndose en el horizonte a su espalda y en línea con el barco, desde éste no se le podrá ver. (El Autor lo sabe muy bien después de esperar en superficie -y en zona de tiburones- en una ocasión durante más de una hora a que el sol y su reflejo en el agua acabaran totalmente de desaparecer para hacer señales luminosas al lejano e inaccesible barco desde el que no podían verle, deslumbrados en la dirección en que estaba por esta circunstancia. Y no tenía silbato, cosa que no volvería a ocurrir porque, a partir de entonces, lleva uno muy potente junto con cada una de sus boyas deco).
Así pues, es imprescindible como medida de seguridad portar una boya deco, un silbato (ambos obligatorios en España), un espejo de señales o heliografo (que conviene haber aprendido a utilizar en superficie, antes de necesitarlo).
A esto se le podrían añadir que algunas bocinas subacuáticas conectadas al inflador del chaleco o ala tienen una versión para uso en superficie que emite un sonido potente que puede llegar a un par de km de distancia fuera del agua. En este caso sí tienen un valor direccional porque pueden atraer la atención de la tripulación del barco si se sale a la superficie con problemas o lejos de él y no se puede regresar nadando.
Por último, radiobalizas tipo «Nautilus» que son localizadores GPS AIS / DSC dentro de carcasas sumergibles específicas para buceo y que no requieren de registro o MMSI, pueden resultar un sistema de comunicación de posición con el barco vital si se bucea en medio de la nada o en lugares remotos de fuertes corrientes, típicos de «vida a bordo» en muchos destinos de buceo.
Todo esto también son procedimientos de comunicación del buceador, en este caso de posición con el barco.
Cuarta parte: comunicación después de la inmersión. «Debriefing«
Frecuentemente ignorado en el buceo recreativo y reservado a los que desean progresar y formar un verdadero equipo de buceo, una FEROZ puesta en común «post inmersión» de TODO lo acontecido durante la misma es un inestimable procedimiento para progresar, tal como se comentó en un pasado artículo titulado «EL CUADERNO DE BUCEO – Primera parte: EXIGENCIA Y PROPÓSITO» .
No se repetirá lo dicho en él, pero sí se insistirá en que, además del aprendizaje -sobre todo si es dirigido por algún compañero o instructor experto- este tipo de cosas evitan multitud de ineficientes comunicaciones en el futuro por innecesarias.
Se reitera lo dicho anteriormente: un equipo de buceo (pareja o trío), cuanto más habla en superficie, menos señas necesita hacerse dentro del agua.
Reglas de comunicaciones adicionales que no sobran
Aunque ciertas señales no pertenecen propiamente al ámbito del buceo, a juicio del Autor es necesario que todo buceador conozca algunas, al menos alguna señal de emergencia relativa a la seguridad marítima.
Mucha gente ajena al mundo naútico ante una emergencia intenta llamar la atención de otro barco elevando los brazos, como si saludara. No sería la primera vez que los navegantes del otro barco devuelven «el saludo» y siguen su marcha.
Y es que el Reglamento Internacional para la prevención de Abordajes (R.I.P.A.) en su Anejo IV establece otra señal algo distinta consistente en extender los brazos en horizontal y moverlos lentamente hacia arriba y hacia abajo.
Como quiera que el buceo está íntimamente relacionado con lo naútico, no sobra su conocimiento.
Corolario
Esta entrada ha pretendido que se reflexione sobre que la comunicación en el buceo no se limita a hacer señas al compañero debajo del agua sino que empieza al subirse al barco -sino antes- y acaba después de la cerveza. Muchas veces lo que se habla antes de la inmersión acaba resultando más importante que las dificultosas comunicaciones debajo del agua. Y muchas veces hablar sobre lo que se va a hacer y cómo se va a hacer las hace casi innecesarias.
Por otro lado el debriefing permite evidenciar lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal que, en un procedimiento y aprendizaje popperiano de prueba y error, puede servir de apoyo para la mejora y el aprendizaje.
Para muchos esto quizá pueda resultar una obviedad pero la realidad es que a juicio del Autor no se le da la suficiente importancia a la comunicación fuera del agua ni a la luz durante la inmersión.
Año tras año se puede observar como los buceadores reciben información pasivamente del guía pero no hablan entre ellos apenas. Y esta actitud se consolida y prolonga hasta el momento en que se prescinde de la tutela de tal forma y que la pareja de buceo sigue sin convenir casi nada antes de la inmersión.
¿Realmente todo está tan claro siempre para no necesitar hablar antes sobre lo que se va a hacer y cómo se va a hacer?
(1) – No confundir con la «higa mediterránea» que se hace con el pulgar entre los otros dedos.
(Por si al lector le gustan estas cosas, «la higa» no es un invento moderno, sino un gesto obsceno que proviene de la antigua Grecia -se describe ya en las obras dramáticas de Aristófanes-).
Aplaudiría, pero tengo las manos ocupadas tocándome mientras lo releo XD