Cuando un buceador considera adquirir su propio equipo de buceo, la última cosa que piensa en comprar es la botella, tanque o cilindro. Y, salvo casos muy particulares, es ciertamente lógico habida cuenta de la dificultad de cargar gas y de los requerimientos de inspección periódicos a los que debe someterse toda botella de buceo, con las consiguientes complicaciones y costos añadidos.
Al principio únicamente las alquilará en los centros de buceo en que desarrolle su actividad. Y quizá nunca llegue a comprarse ninguna. Sin embargo, por diversas razones muchos buceadores sí deciden adquirir sus propias botellas, según van avanzando en la actividad. Independencia, inmersiones fuera del ámbito de los centros, … múltiples motivos.
Pero, debido al coste, es muy frecuente adquirirlas de segunda mano. Y también hacerlo de manera separada entre el cuerpo de la botella y la grifería.
También es frecuente que se rompan o deterioren las griferías. O que se aproveche una de ellas para acoplarla a una nueva botella.
Y es entonces cuando pueden aparecer problemas MUY graves si no se saben algunas cosas sobre una posible incompatibilidad entre grifería y botella de buceo.
Este artículo es un poco «técnico», pero es muy importante que TODO buceador esté al corriente del problema que se describe. Se basa en la legislación española, pero el problema es el mismo en todas partes del mundo, por lo que el lector de otra nacionalidad debe ser igualmente consciente de este asunto, independientemente de cómo lo aborde la legislación de su país.
Si el lector no desea bucear en los pormenores del artículo, se le sugiere que por lo menos acuda al «Corolario» final y lea atentamente sus conclusiones.
Empezando por el principio
Una grifería o válvula y una botella de buceo están formada por componentes de los que nos quedaremos -por ahora y para el presente artículo- únicamente con los relativos a la zona en que válvula y botella se acoplan (resaltada dentro del círculo rojo en la imagen).
Muy sucintamente, en dicha zona se puede observar los siguiente:
– Válvula o grifería: acaba en un cuerpo con una ROSCA que se inserta en la botella. Dicho cuerpo acaba en un ASIENTO que hace de tope.
– Botella: el recipiente tiene en un extremo un CUELLO abierto por el que se conectará la válvula y entrará y saldrá el gas. El extremo exterior de dicho cuello acaba en un asiento y dispone así mismo de una ROSCA en la que se acoplará la de la válvula mediante los correspondientes giros hasta hacer tope ambos asientos.
– Junta: entre los asientos de válvula y botella se dispone una junta tórica.
El sello está hecho con una junta tórica, por lo que las roscas están protegidas contra la entrada de agua desde el medio externo en la inmersión y corrosión (cuestión distinta es el agua que pueda entrar vía compresor y su corrosión asociada, amplificada por la presión y temperatura internas).
Incompatibilidad entre grifería y botella de buceo: una anomalía de seguridad
El problema es el siguiente: a lo largo de muchos años se han ido estableciendo distintos estándares para las roscas y bocas de las conexiones entre botellas de buceo y sus griferías. Pero dichas conexiones estándar han resultado no ser compatibles … pero tampoco totalmente incompatibles entre sí.
Ello ha producido lo que, a juicio de quien esto escribe, sea una anomalía de seguridad industrial muy grave ya que es posible el intercambio entre botellas y griferías de ciertos estándares distintos, sin estar pensados para ello.
Recordemos que una botella de buceo bien mantenida es casi eterna y que no existen fechas de vida límite desde un punto de vista legal a día de hoy. Es decir, mientras las botellas pasen sus correspondientes controles visuales, de comprobación de roscas y pruebas hidrostáticas en los períodos establecidos por los reglamentos sectoriales, pueden seguir utilizándose sin límite temporal alguno.
Algo parecido pasa con las griferías. Dado que se pueden mantener sustituyendo sus componentes interiores, los cuerpos macizos de las mismas (roscas y asientos incluidos) pueden durar muchísimo tiempo sin limitación.
Así, en la actualidad no es difícil encontrarse con botellas y griferías en servicio de 25, 30, 40 e, incluso, más años, pertenecientes a los distintos estándares surgidos a lo largo de todo este tiempo.
Y, aunque dichos distintos estándares y botellas han surgido, se han fabricado y se han comercializado en distintos países del mundo, el mercado global ha hecho que acaben mezclándose y utilizándose en todas partes.
¿Qué puede pasar?
Una botella con una grifería forzada o incompatible ha sido causa de varios accidentes muy graves en estaciones de carga de todo el mundo, con amputaciones, discapacidades permanentes y, a veces, con resultados mortales. Esto no es una broma.
Para que el lector se haga una idea de la magnitud de lo que se está hablando, a continuación podrá ver un vídeo en el que se comprueba lo que ocurre cuando falla la conexión.
El lector habrá podido observar en las imágenes anteriores cómo una botella de entre 14 y 17 kg sale disparada e imaginar lo que ello puede hacer a una persona en el interior de una estación de carga de un centro de buceo. Pero lo que no se ve es lo que puede hacer la grifería, expulsada como una bala de más de un kilo de peso, hacia una persona si la botella está de pie en el suelo. El Autor conoce un caso indirectamente y prefiere no comentar el resultado.
También hay que decir que los accidentes no tienen porqué producirse durante el primer llenado, sino en posteriores. Poco a poco se va minando la resistencia de las roscas hasta que en uno de los llenados, colapsan.
Los estándares a lo largo del tiempo
Las roscas
En general, se utilizan diferentes clases de roscas, que pueden agruparse en dos grandes categorías: cónicas y cilíndricas (también llamadas paralelas).
Las roscas utilizadas en las botellas de buceo causan todo tipo de confusión. Se dividen en tres clases: cónica (Whitworth), cilíndrica métrica y cilíndrica imperial.
Las roscas cónicas, como su propio nombre indica, tienen forma de cono, es decir, el diámetro se estrecha hacia el final, de modo que las roscas exterior e interior se sellan sólo al ser atornilladas completamente. Una cinta de teflón envuelta alrededor de las roscas proporciona un sello adicional. La más común es la rosca Whitworth de cono pequeño (diám. 19,8 x 1/14″) y de cono grande (diám. 28,8 x 1/14″). Todavía se pueden encontrar en botellas de buceo antiguas y de aire comprimido para bomberos, así como en tanques de almacenamiento para compresores.
Esta rosca ya no se utiliza ni está aprobada para botellas nuevas aunque sigan siendo el estándar en las botellas que no son de respiración autónoma, como el oxígeno, nitrógeno …. o cualquier otro gas industrial, medicinal o alimentario. Son roscas muy seguras siempre que se las instale con el par de apriete recomendado por el fabricante.
Por tanto, salvo botellas muy antiguas, las válvulas de rosca paralela son las únicas utilizadas en las botellas de buceo. Esto es importante porque hay quien piensa al ver los asientos cónicos de algunas botellas que su rosca es también cónica.
Como veremos a continuación, las roscas 3/4″ NPSM o BS no son roscas cónicas, sino que, al igual que M25 x 2, son todas roscas cilíndricas.
Atendiendo a las unidades de medida con las que están fabricadas, las botellas y válvulas de rosca cilíndrica pueden clasificarse a su vez como métricas o imperiales:
– Las roscas métricas se utilizan ya internacionalmente, siendo las normalizadas en Europa y numerosas partes del mundo para las botellas de buceo. Las roscas habituales para las botellas de buceo típicas son las M25 x 2,0 y las M18 x 1,5 para las botellas más pequeñas.
– Las roscas de medida imperial se han utilizado en el pasado con distintos estándares con sólo pequeñas diferencias entre algunas de ellos, no sólo en el Reino Unido sino incluso en el resto de Europa, por lo que no es difícil encontrárselas. Además, antes de la implantación de las roscas métricas, en casi toda Europa se utilizaban las ISO G3/4.
En Estados Unidos y áreas de influencia, las botellas y válvulas de buceo se fabricaban -y se siguen fabricando- según las normas del Departamento de Transporte estadounidense (DOT) utilizando la rosca National Pipe Straight Mechanical (NPSM) de 3/4″.
Para colmo, existen otras roscas distintas a todas las anteriores.
Aunque a veces hay diferencias apreciables entre las formas y dimensiones de rosca, muchas veces no los son y producen confusiones, siendo las roscas la principal causa de las eyecciones de las válvulas y sus consiguientes accidentes en los que la válvula ha salido despedida. En ellos se ha comprobado sistemáticamente que se había utilizado una válvula con una rosca de menor diámetro que la rosca del cuello del cilindro, por ejemplo, una válvula con una rosca de vástago M25 x 2 insertada en un cuello de botella con rosca de 3/4 NPSM.
En la imagen se puede ver una etiqueta procedente de una entidad de inspección homologada que añade a la botella en el cuello de las botellas con rosca de 3/4″ que le llegan para su inspección.
Por lo tanto, ES IMPERATIVO QUE LAS ROSCAS DE LA VÁLVULA Y DEL CUELLO DE LA BOTELLA SEAN, NO PARECIDAS, SINO COMPLETAMENTE IDÉNTICAS.
El conjunto rosca-asiento
A lo largo del tiempo, dentro de los estándares principales que se han producido con dos medidas de rosca, hay diversas formas en los asientos. Es decir, estándares que combinan distintas roscas y asientos. Los principales son los siguientes:
1 – Estándares con rosca de 3/4 de pulgada:
Conexión con rosca BSP de 3/4 de pulgada (británica). Generalizada en el Reino Unido y muy común en Europa hasta los años 90 del pasado siglo.
Conexión con rosca NSPM de 3/4 de pulgada (norteamericana). Se utiliza generalmente en las botellas de aluminio norteamericanas y zona de influencia. Está muy extendida y, si bien no se suele comercializar en Europa, no falta quien importa alguna botella y grifería desde allí.
2 – Estándares con rosca métrica M 25×2:
Las botellas pequeñas tienen una rosca M18x1,5, las más grandes una rosca M25x2,0. Esta última está disponible en tres estándares compatibles, que difieren en la forma del hueco para la junta tórica. A saber:
– Conexión con rosca M 25×2 DIN 477.
Comercializadas en Europa desde 1990 hasta 2005. Se caracteriza porque tiene ASIENTOS CÓNICOS.
– Conexión con rosca M 25×2 EN-144 .
Comercializadas en Europa y gran parte del mundo desde el año 2005 hasta la actualidad. La EN-144-1 reemplazó parcialmente a la norma alemana DIN 477-6, siendo la norma vigente actualmente y la que se encontrará quien compre un conjunto de botella con grifería NUEVO en Europa. Se caracteriza porque tiene ASIENTOS PLANOS.
Las incompatibilidades
Hay que saber que no sólo pueden existir incompatibilidades debidas a las diferentes dimensiones y geometrías entre las roscas de 3/4″ y las M 25×2, sino también debidas a las distintas formas entre sus asientos, como veremos a continuación, de tal forma que hay dos tipos de incompatibilidades cruzadas: de roscas y de asientos. Quédese el lector con esta idea.
Incompatibilidad entre roscas
Incompatibilidad entre roscas cónicas y cilíndricas
Anteriormente se ha dicho que las roscas cónicas ya no se utilizan para botellas de buceo aunque todavía se pueden encontrar en botellas antiguas. Sin embargo, si se encuentra alguna, no se debe en ningún caso intentar introducirla en una rosca cilíndrica o paralela, aunque aparentemente encajen.
El la foto se puede observar una sección en la que se atornilló un adaptador con una rosca externa cilíndrica en una rosca de botella cónica de una botella. Durante el llenado, existe un riesgo muy alto de que la conexión roscada no resista la tensión y se suelte saliendo la primera disparada como una bala.
Incompatibilidad entre diversas roscas de 3/4″
Las roscas de 3/4″ BSP británicas y las NSPM norteamericanas son incompatibles entre sí debido a su distinta geometría, si bien es muy fácil confundirlas ya que tienen la misma dimensión y nº de hilos, lo cual puede ser peligroso.
Incompatibilidad entre las roscas de 3/4″ con las M 25×2
Las roscas de 3/4 de pulgada son de dimensiones parecidas pero algo mayores a las bocas con roscas M 25X2, como se puede ver en la figura siguiente. El diámetro exterior de la 3/4″ es de 26,45 mm, apenas un poco más grande que la métrica 25. Y esto es un problema muy serio porque, si bien no se puede introducir una grifería 3/4″ en una botella con rosca M 25×2 , las griferías M 25×2 sí caben aparentemente en las bocas de 3/4″.
Y lo que ocurre en este último caso a mucha gente que no están al tanto de estas cosas es que, después de dar algunas vueltas -mas o menos hasta la mitad-, se encuentran con que la válvula empieza a oponer resistencia porque no encaja correctamente (los pasos de rosca son ligeramente distintos) y se atasca. Muchos la fuerzan para insertarla y quedan convencidos de que queda bien porque la unión aparenta ser muy robusta. Esto no se debe hacer nunca porque UNA GRIFERÍA M 25X2 INTRODUCIDA FORZADAMENTE EN UNA BOTELLA DE ROSCA DE 3/4″ ES UNA BOMBA DE RELOJERÍA.
Se reitera que ES IMPERATIVO QUE LAS ROSCAS DE LA VÁLVULA Y DEL CUELLO DE LA BOTELLA SEAN, NO PARECIDAS, SINO COMPLETAMENTE IDÉNTICAS.
¿Cómo se comprueban las roscas?
LA DIFERENCIA ENTRE ALGUNAS ROSCAS SE PUEDEN DISTINGUIR A SIMPLE VISTA PERO OTRAS NO.
Y esto es muy importante porque nos puede hacer incurrir en errores graves. Por tanto, hay que colegir que una simple inspección visual de las roscas macho y hembra no es adecuada para identificarlas y no debe utilizarse en la práctica.
Se deben utilizar calibres de rosca especializados para comprobar que las roscas de las válvulas y los cuellos de las botellas sean compatibles.
También es importante que las válvulas se aprieten al par especificado en las normas aplicables o en las instrucciones del fabricante. Un par demasiado bajo puede hacer que la válvula se afloje, mientras que un par excesivo daña las roscas y debilita la integridad de la conexión. Las válvulas deben instalarse utilizando las herramientas adecuadas con el valor de torsión correcto.
Las válvulas no deben instalarse o reajustarse en botellas de buceo sin la confirmación por parte de una persona competente de que las roscas de la válvula y del cuello de la botella no están dañadas, están dentro de sus tolerancias y son compatibles.
Incompatibilidad de los asientos
Si bien los asientos de los estándares británico y norteamericano son similares, ya hemos visto la incompatibilidad entre sus roscas, aun siendo ambas de 3/4″.
Por el contrario, si bien las roscas de los estándares métricos M 25×2 (comunes tanto al estándar N-144 y como al DIN 477) son iguales, sus asientos son muy diferentes: el asiento N-144 es plano y el DIN 477 es cónico.
Una grifería EN-144 (asiento plano) se puede montar en una botella DIN 477 -aunque su embocadura tiene un parte plana y otra cónica-, pero un error común es instalar una tórica de 25 x 2.65, (en vez de una de 25 x 3.65), porque que se crea un ligero hueco que puede provocar fugas y un riesgo. También puede ser la causa de la entrada de agua desde el medio externo en la inmersión y la posible corrosión en la embocadura de la botella. Si se encuentra con una combinación de este tipo, se debe retirar la junta tórica y no proceder al llenado.
Sin embargo, una grifería DIN 477 BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA se debe montar en una botella EN-144 puesto que su embocadura es totalmente plana, de tal manera que aunque no salga volando la grifería (las roscas son iguales), puede haber una pérdida importante de gas en cualquier momento ya que no se puede garantizar el sello o cierre, provocándose además la entrada de agua y la corrosión en la parte superior de las ranuras.
La norma española y sus problemas
La actual norma española que regula este asunto es el Real Decreto 809/2021, de 21 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de equipos a presión y sus instrucciones técnicas complementarias. Y en su articulado -que se reproduce al final por cuestiones de legibilidad del artículo- (1), se puede encontrar que cuando se envía a revisar y realizar las comprobaciones anuales o quinquenales obligatorias, la botella debe ir acompañada de SU grifería para ser revisadas ambas combinadamente.
Aquí empiezan los problemas porque ¿qué quiere decir «su grifería«?
No todas las griferías tienen número de serie, al contrario que las botellas. Por tanto, en principio no es posible siempre correlacionar una determinada botella con una grifería concreta. En el caso de que se pudiera, los números de serie de las dos partes del conjunto constarían en el certificado de revisión de tal suerte que, si un usuario quisiera cambiar uno de los dos componentes botella-grifería, debiera pasar por una nueva revisión que volviera a correlacionar el conjunto. De esta manera, la persona que va a cargar la botella podría comprobar que ésta es segura.
Es necesario indicar -porque parece que muchos centros que cargan botellas no son conscientes de ello- que la empresa que carga adquiere con el reciente Reglamento nuevas responsabilidades, siendo la primera asegurarse y responsabilizarse de la corrección y compatibilidad entre botella y grifería (además de las homologaciones, que es otro tema).
El Reglamento español tiene poco tiempo de vigencia y su aplicación es ambigua y muy desigual. Algunas empresas de inspección serias, conscientes del problema, están estampando en las griferías sin número de serie de fábrica un código propio que permite ser identificadas y, por tanto, correlacionar cada botella con su grifería. Pero muchas otras empresas no lo hacen.
Por ello, en la práctica lo único certificado muchas veces es que una botella identificada tiene una grifería con un determinado estándar compatible. Nada más. Y esto puede ser causa de problemas ya que ello no impediría ser cambiada por otra del mismo estándar pero deficiente. O por otra de distinto estándar.
En resumen, salvo que existan numeraciones identificativas inequívocas tanto en botella como en grifería y un certificado que las correlacione, nunca se puede estar seguro de que no se haya cambiado una grifería en una determinada botella. Esto es un riesgo y los centros de carga deberían exigir todo ello por su propia seguridad y salvaguarda de su responsabilidad.
¿Cómo se puede saber el estándar de las botellas y griferías?
Aunque tanto griferías como botellas idealmente debieran estar marcadas (además de su número de serie) con el código del estándar que cumplen, la realidad es que muchas no lo incorporan o lo hacen de manera incompleta.
Si el lector se encuentra con una grifería y una botella en las que en ambas está marcado un mismo código (por ejemplo en Europa, el EN-144 o el DIN 477), deberá estar razonablemente tranquilo, aunque no conozca su estado (dato que sí podría constar en el certificado si todas tuvieran sus nº de serie).
Si pretende insertar una grifería EN-144 (la más usual) y la botella sólo presenta en el marcado de la dimensión de la rosca, asegúrese las dimensiones y de que el asiento (cónico o plano) y la junta tórica son los adecuados.
Corolario y ruego
Si el lector ha leído el anterior contenido, sin duda estará mareado con tanta rosca y tanta norma contradictoria. ¿No hay manera de unificar todo esto y eliminar los riesgos? Pues sí, pero ello significaría quitar de la circulación decenas de miles de botellas y griferías en uso, pareciendo que el riesgo y los daños personales no justifican la medida para quienes pueden tomar la decisión.
El Autor lo tiene muy claro si dependiera de él: obligación de que toda grifería y botella tengan sus estándares y sus números de serie grabados o troquelados. Emisión de certificado en el que consten ambos números correlacionándolos en cada inspección obligatoria (lo que no tenga número y estándar se troquela o se rechaza en la inspección y se inutiliza). Y en los centros de carga no se llena una botella si no se presenta su certificado que permita comprobar fácilmente, sin desmontar nada, que todo se corresponde y que el conjunto botella-grifería es seguro. Con la seguridad no se juega, sobre todo si es la de los demás.
Pero, tal y como están las cosas, quédese el lector con unas cuantas ideas muy sencillas:
– HAY QUE SABER QUE EXISTEN INCOMPATIBILIDADES ENTRE GRIFERÍAS Y BOTELLAS. Y QUE UN MONTAJE ERRÓNEO PUEDE OCASIONAR UN ACCIDENTE MORTAL. Si no se sabe y se manipulan esos elementos, la posibilidad de montar algo incompatible y peligroso es alta.
– NUNCA HAY QUE INSTALAR O CAMBIAR UNA GRIFERÍA EN UNA BOTELLA SI NO SE ESTÁ TOTALMENTE SEGURO DE QUE AMBAS SON COMPATIBLES. Ante la más mínima duda, no montarlas. Si se desconfía del propio conocimiento o no se está seguro, mejor llevarla a una empresa de revisión de botellas y que sean ellos los que comprueben y realicen la instalación.
– SI SE COMPRA UNA BOTELLA CON GRIFERÍA DE SEGUNDA MANO, HAY QUE DESMONTARLA PARA COMPROBAR LA COMPATIBILIDAD ENTRE AMBAS, SIN DARLA POR SOBRENTENDIDA. No sería la primera vez que alguien monta una botella con una grifería que resulta incompatible para venderla.
– NUNCA HAY QUE FORZAR NADA.
Por ello, el Autor sugiere -y suplica- a los lectores que posean botellas y griferías de fabricación anterior al 2005 que no las vendan a otros y que las destruyan. Económicamente podrá ser gravoso, pero sería una muestra de responsabilidad retirarlas de la circulación.
Esto se dirige especialmente a los centros de buceo. Válvulas y botellas desmontadas de diferentes clases rodando por el taller del local suponen un riesgo puesto que la probabilidad de equivocarse es grande ya que la realidad ha mostrado que los errores no sólo vienen de los profanos.
Al buceador de a pie -o de aleta- se le sugiere que sea extremadamente precavido con este asunto y que no se complique la vida ni ponga en riesgo las de los demás:
– Compre botellas con sus griferías correspondientes de primera mano, no separadas y con el sello EN-144 tanto en la botella como en la grifería. Y asegúrese de que todo tiene su nº de serie identificativo.
– Si compra una botella y válvula de segunda mano, antes de utilizarla envíe ambas cosas a una empresa homologada para su revisión pasando la inspección visual, la hidrostática o ambas. No se fíe de lo que diga el vendedor y no sea rácano con esto.
Tenga el lector mucho cuidado con todo esto, no vaya a ser que ponga a cargar una bomba en vez de una botella de buceo.
Agradecimientos: a Arturo Cuevas, de A24 Seguridad S.L. por su revisión del artículo y la cesión de la imagen de la etiqueta de advertencia.
(1) –
CAPÍTULO I – Disposiciones generales
Artículo 2. Definiciones.
6. «Inspección visual de botellas», conjunto de verificaciones para comprobar el estado de conservación de la botella y su válvula, evaluando la corrosión interna y el aspecto externo del recipiente.
Artículo 7. Inspección periódica de las botellas.
1. Las botellas y sus válvulas deberán someterse, cada cinco años, a las pruebas y verificaciones de inspección periódica que se indican a continuación:
(…)
Las pruebas y verificaciones a realizar, salvo que la o el fabricante de la botella haya establecido unos criterios de rechazo más estrictos para un modelo específico, incluirán:
a) Identificación de la botella y control de marcas grabadas, teniendo en cuenta lo indicado en el anexo I de esta ITC. Para las botellas con rosca ¾ Gas, en el caso de no disponer de la identificación indicada en el anexo I.4 de esta ITC, deberá colocarse la misma.
b) Inspección visual exterior.
c) Inspección visual interior.
d) Inspección del cuello de la botella y de la rosca interior.
e) Prueba hidráulica por expansión volumétrica (la dilatación volumétrica permanente estará de acuerdo con los valores facilitados por la o el fabricante y, en su defecto, no será superior al 5 %) o prueba de presión hidráulica de acuerdo a la norma UNE-EN ISO 18119.
f) Inspección de la válvula, comprobándose la coincidencia de la rosca de acoplamiento con la de la botella, mediante un sistema de galgas u otros sistemas de precisión equivalente.
(…)
4. Una vez realizadas las pruebas y verificaciones de inspección periódica, el centro de inspección emitirá la correspondiente certificación, identificando la botella y la válvula y dejando constancia de haber superado cada una de las pruebas y controles a que ha sido sometida.
Artículo 9. Inspección visual.
1. A partir del año siguiente a la realización de la primera prueba de presión estampada por la o el fabricante, las botellas deberán someterse anualmente a una inspección visual, debiendo realizarse las comprobaciones que se indican a continuación.
Para botellas de acero sin soldadura y para las botellas de aleación de aluminio se utilizarán los criterios de la norma UNE-EN ISO 18119 y para botellas fabricadas con materiales compuestos los de norma UNE-EN ISO 11623.Las verificaciones a realizar incluirán:
a) Identificación de la botella y control de marcas grabadas, teniendo en cuenta lo indicado en el anexo I.
Para las botellas con rosca ¾ Gas, en el caso de no disponer de la identificación indicada en el anexo I.4 de esta ITC, deberá colocarse la misma.
b) Inspección visual exterior.
c) Inspección visual interior.
d) Inspección del cuello de la botella y de la rosca interior.
e) Inspección de la válvula, comprobándose la coincidencia de la rosca de acoplamiento con la de la botella, mediante un sistema de galgas u otros sistemas de precisión equivalente. Asimismo, se comprobará que la válvula coincide con la identificada en el último certificado de inspección periódica, o, en caso de no haber realizado ninguna inspección periódica, en la documentación de fabricación de la botella.
Disposición adicional novena. Sustitución de válvulas de botellas de respiración autónoma.
Para poder recargar una botella de respiración autónoma, incluida en el ámbito de aplicación de la ITC-EP 05, que haya sufrido la sustitución de la válvula, se requerirá la realización de una inspección visual previa. Además de la información indicada en el apartado 4 del artículo 9 de la ITC-EP 05, la entidad que realice estas inspecciones deberá añadir un anexo al certificado de inspección periódica con la identificación de la botella y de la nueva válvula.
En caso de que, por la antigüedad de la botella, no se hubiera realizado ninguna inspección periódica, la entidad que realice estas inspecciones emitirá un certificado donde quede identificada la botella y la nueva válvula.
No obstante lo anterior, podrá realizarse una inspección periódica en lugar de una inspección visual, quedando la nueva válvula identificada en el certificado de inspección.
Gracias por la info, muy enriquecedor artículo.
muy interesante y de mucha instruccion gracias por aclarar dudas
Una maravilla de reportaje sobre botellas y griferías y muy bien explicado, gracias de un amante del buceo.
Que buen artículo, y cuan necesario para aclarar la presente situación al respecto, Muchas gracias, y enhorabuena por la brillante exposición.