Este es un artículo cuyo propósito es poner en guardia sobre algo raro, como es un fallo en el ordenador en plena inmersión. Raro, pero que ocurre. Y más de lo que el buceador común cree.
En este artículo de tratará sobre el peor fallo de un ordenador o computadora de buceo. O, al menos, uno de los perores, por ser cautos. Y lo haremos mediante un ejemplo real.
(Se emplean los términos ordenador y computadora habida cuenta de la afortunadamente cada vez mayor número de lectores hispanoamericanos).
El detonante
Hace sólo unos pocos días, quien esto escribe estaba realizando una inmersión veraniega no recreativa, pero relativamente sencilla, con un fondo máximo de cincuenta metros.
Se recorrería una zona de cascajo aparentemente muerta pero en realidad llena de interesantísima vida para quien la sabe reconocer (no es el caso de quien escribe puesto que nunca se ha interesado demasiado por los bichos y sólo se ve lo que se sabe).
Pasaríamos por encima de unas «manos de muerto» (Alcyonium palmatum) espectaculares, llegando a una pared a lo largo de la cual iniciaríamos el ascenso con su correspondientes paradas de descompresión, por una zona de enormes meros y bancos de incontables barracudas. Temperatura más que aceptable, excelente visibilidad, ausencia de corriente … todo muy favorable y sencillo.
Sin embargo, llegados al fondo sobre la marcha decidimos modificar un poco la trayectoria prevista de tal forma que permanecimos algo más de tiempo a la profundidad máxima. Por esta razón, cuando empezamos a abandonar el fondo, miré mi ordenador para contrastar el tiempo de descompresión que suponía debiera marcar en ese momento. Uno tiene la costumbre de estimar presiones y tiempos sin mirar los aparatos para sólo refrendarlos o refutarlos después con ellos.
Así, en ese momento pensaba que me encontraría ya con una primera parada de dos o tres minutos a 9 m o quizá con algún minuto a 12 m.
Sin embargo, lo que mi Shearwater Perdix marcaba eran cuatro minutos a tres metros. ¡Era imposible!
Como quiera que suelo llevar un profundímetro adicional Uwatec situado en el dorso de la mano derecha ─ que no impide utilizarla y es más cómodo por mor de la malvada presbicia que ya lleva años atacando ─, reparé en que la causa de mi desconcierto era una sustancial discrepancia entre la profundidad que marcaban ambos aparatos.
El ordenador o computadora, que al llegar al fondo funcionaba bien, llegó a marcar casi quince metros menos que el profundímetro, lo cual obviamente influiría en el cálculo de la descompresión que esperaba. Dicha diferencia se fue reduciendo a medida que se ascendía, hasta igualarse sólo en torno a los 15 m de profundidad.
En la imagen adjunta se puede observar las diferencias entre ambos aparatos mediante fotografía realizada durante el ascenso por uno de los compañeros a mi solicitud.
Estaba fallando el sensor de presión-profundidad en uno de los aparatos con mejor reputación en la actualidad, bien mantenido y no demasiado usado (350 inmersiones exactamente). El perfil final que ofreció mi defectuoso cacharro fue el siguiente:
Como se verá, nada sospechoso en principio.
Mi compañero portaba un Perdix idéntico al mío configurado con los factores de gradiente ligeramente distintos (45/85) a los míos (30/85). Su perfil resultó distinto:
Aunque ya sabía más o menos el perfil de descompresión que debía hacer no siendo necesario auxiliarme de nadie, durante el ascenso fui contrastando los resultados que ofrecía mi computadora con los de mi compañero, lo cual resultó muy interesante aunque, a base de importunarle, éste acabó hasta las narices de mí, cruz que deben llevar pesadamente los amigos de los curiosos (gracias por aguantarme, Julio).
Finalmente mi otrora flamante ordenador devenido en inútil cachivache restó casi dieciséis minutos de deco respecto al de mi compañero. En términos absolutos, redujo el tiempo de deco correcto a la mitad.
En la siguiente imagen se pueden apreciar las diferencias de perfiles entre uno y otro habiendo hecho en realidad casi exactamente la misma inmersión.
La zona grafiada en rojo representa la diferencia de profundidades debidas al malfuncionamiento de mi Perdix. En la parte superior también se puede observar la sustancial diferencia de paradas y tiempos de deco ofrecidos por ambos ordenadores.
Pero además, hay que observar otra circunstancia: alguien que hubiera echado un vistazo al ordenador sólo en el fondo y luego al llegar a la zona de las paradas previsibles, como suele ser habitual, no hubiera podido apreciar desajuste alguno y quizá hubiera pensado estar haciendo lo correcto. Pareciera haber una mente malvada detrás del error para enmascararlo lo más posible.
Al volver a tierra busqué en Internet en foros extranjeros este fallo que consideraba excepcional encontrándome con que es más habitual de lo que pudiera parecer.
¿Oportunidad? … ¡ninguna!
Organizado el envío al servicio técnico de Shearwater pero mediando un fin de semana inhábil, decidí hacer un par de inmersiones más con el cacharro estropeado junto con otro de la misma marca y modelo que mi sufrido colega me prestó.
Resultado: en todas las inmersiones posteriores, mismos errores y paradas deco reducidas inadecuadamente sin que nada pareciera raro si no se sabía lo que ocurría.
Ello fue sólo por curiosidad y por intentar descubrir algún patrón en el error, porque la tan escuchada expresión, «hoy me ha fallado el ordenador pero voy a ver qué pasa estos días» debiera estar proscrita. ¿Cuántas veces tiene que fallar algo que es crítico para llevarlo a revisar? Si no nos matamos a la primera, ¿repetimos a ver si nos matamos a la segunda?
El problema de los problemas
Se suele pensar que el fallo más grave que puede sufrir un ordenador o computadora es quedarse sin batería o incidente similar de tal forma que los números se vuelvan ilegibles o incluso la pantalla se apague. Quien escribe lo ha visto algunas veces.
Evidentemente ése es un problema. Sin embargo, hay algo que asusta más y es que el aparato ofrezca INADVERTIDAMENTE resultados incorrectos.
Porque si se apaga la pantalla o hay un mal funcionamiento evidente y fácilmente detectable, el buceador adopta inmediatamente las medidas que estén a su alcance. Pero si el ordenador ofrece resultados erróneos y aquél no se da cuenta, puede tener un gran problema.
¿Qué hubiera ocurrido en el caso mencionado si no se hubiera tenido criterio para saber el tiempo de descompresión en esas circunstancias? Probablemente un buceador sin un criterio previo y totalmente dependiente de su máquina hubiera seguido la secuencia de paradas de descompresión que incorrectamente le marcaba el ordenador con el riesgo cierto de acabar en la cámara hiperbárica.
La inmersión relatada era muy sencilla pero ¿qué hubiera pasado si hubiera ocurrido en una inmersión con separación accidental del compañero? Y sobre todo ¿qué hubiera pasado si hubiera sido una inmersión en solitario con un único ordenador?
Traducido al ámbito recreativo, si el ordenador de un guía ofreciera Límites de No Descompresión (NDL) erróneos y entrara en una obligación descompresiva sustancial sin darse cuenta ¿qué pasaría si el grupo le siguiera ciegamente -como es habitual- y todos la omitieran?
El criterio como defensa
En este blog se recalca recurrentemente la importancia de tener un criterio sobre lo que se está haciendo sin depender ciegamente de los cacharros que se llevan, por muy útiles que sean.
Incluso se ofrecen herramientas muy sencillas para tener una idea del Límite de No Descompresión y del Gas Mínimo correspondientes a la profundidad a la que se descenderá, sin depender de aparato alguno.
Ello, entre otras cosas, permite desarrollar una cierta habilidad en detectar anomalías. Los «esto no cuadra» son utilísimos y constituyen la primera línea de defensa ante estos problemas.
La redundancia en inmersiones «comprometidas»
Este tipo de incidentes debiera convencer a quien todavía no lo estuviera de la necesidad de llevar dos ordenadores si se bucea en circunstancias complicadas en las que una lectura errónea o un resultado incorrecto pueden provocar un accidente grave. Y mucho más si se bucea en solitario ( asunto que ya se trató en un anterior artículo que se recomienda leer a quien se escandalice de ello).
Afortunadamente el reglamento español de seguridad (Real Decreto 550/2020) vigente establece como obligatoria la redundancia de ordenadores en el llamado buceo con techo o buceo técnico.
Sirva esta anécdota como verificación de su necesidad y para disuadir a los que consideran tal exigencia un exceso o una incomodidad.
Corolario
Casi nadie considera real ni veraz los apartados de advertencia de los manuales del ordenador o computadora que adquiere. Se interpretan como «descargos de responsabilidad» (disclaimers) en el marco del derecho anglosajón a modo de «secar a su gato en el microondas puede producirle daño severo e, incluso la muerte«.
Éste corresponde al manual en Español del Shearwater Perdix:
Al margen de una muy mejorable traducción, quedémonos como corolario con la cita textual de sus últimos párrafos:
Nunca arriesgue su vida dependiendo de una única fuente de información. Utilice una computadora adicional o tablas.
Su computadora fallará. Por eso, no debe preguntarse si fallará o no, sino cuándo fallará.
No dependa de ella. Siempre debe tener un plan sobre cómo actuar ante fallas. Los sistemas automáticos no deben reemplazar el conocimiento y la capacitación.
¿A que ya no parece tan exagerado?
en el mundo del buceo,cada día se aprende mucho, leyendo las experiencias compartidas por diferentes buceadores, muchas gracias por compartir tus experiencias…
En mi caso, el Shearwater falló también por el sensor de presión, pero lo que hacía era consumir baterías como un loco (una cada inmersión). Me lo arregló el fabricante sin cargo a pesar de que estaba fuera de garantía, espero que sea su caso también.
Y sí, muy de acuerdo en que hay que llevar dos ordenadores si se bucea solo, o fuera de límites. Hasta llevando dos ordenadores, es necesario hacer una planificación para tener una idea de la deco en la que se va a incurrir.
E incluso en buceos recreativos, conviene cotejar de vez en cuando que las lecturas del ordenador propio y del compañero sean coincidentes o por lo menos similares en profundidad, tiempo transcurrido, tiempo de no-deco (aunque el grado de coincidencia dependerá de si llevan ordenadores de la misma marca y modelo o no).
Por cierto, como mis ordenadores recreativos son muy viejos, he comprado una consola Cressi Digi2, que aparte de ser manómetro digital ofrece la profundidad actual y máxima, tiempo transcurrido, temperatura y tiempo restante para llegar a los 50 bares. Me gusta mucho como va, es muy legible aunque no tiene retroiluminación, y me permite cotejar sus datos con los de mis viejos ordenadores recres.
Existe la falsa idea de que el ordenador de buceo «conoce» nuestro particular proceso de absorción y liberación de gas inerte.
ERROR.
De los aproximadamente 30 parámetros (conocidos) que influyen en el proceso, la máquina sólo conoce unos pocos.
La mayoría ignoran sexo, edad, entrenamiento, esfuerzo, carga de trabajo, estado de salud, enfermedades sufridas, actuales, medicación, cirugías, peso, porcentaje de grasa, % de grasa de cada órgano, frío, calor, ansia, estress, situación mental, metabolismo, etc etc etc
Así pues, ¿cómo lo hacen?
Pues… ESTIMAN.
Y en su algoritmo tienen una función que le dice: ¿se trata de un único buceo, dentro de curva y normalidad? Si la respuesta es «SÍ», entonces te derivan a una función Random que genera ALEATORIAMENTE un número entre 6 y 12 horas. Y te dice :» Tiempo para desaturarte o No Fly», tanto
Si se trata de una inmersión continuada o has buceado en las últimas 24h, entonces te genera ALEATORIAMENTE un n⁰ entre 12 y 24h.
¿No me crees? Consíguete un par de ordenadores, mismo fabricante y modelo; ponlos juntos en la muñeca y si al salir marcan idéntico, te pago la birra
(Espero que el lector, cuando sepa que soy catalán, valore el generoso ofrecimiento en lo que vale).
En serio: sabemos aún muy poca fisiología del buceo, así que empleamos el 20% de fisio y el 80% son matemáticas. Y debería ser al revés.
Y ahora puedes comprarte el nuevo modelo Codornix que lleva también jueguecitos y bluetooth para chatear con los buddies…
Fallan, desde luego, fallan. Me ha pasado con años de diferencia y dos Suunto de modelos distintos: VYTEC y HEL02. El perfil de las inmersiones no planteaba mayores problemas (mis inmersiones en aguas abiertas no plantean grandes dificultades de profundidad, y el bajo techo que yo hago tampoco es profundo, aunque ahí las complicaciones ya sabémos que pueden venir de cualquier lado) y la cosa acabó en nada más que un buen rebote (uno cada vez); gracias también al inefable servicio técnico SUUNTO. Lecciones aprendidas: a) nunca más SUUNTO, y b) un segundo ordenador en el bolsillo del traje. Por lo dicho (perfil de las inmersiones ) el del brazo es un MARES QUAD que va siempre en modo «gauge»: números grandes antipresbicia, crono, si se quiere la retroiluminación va en modo permanente, al quitar la correa se puede instalar (está pensado para que sea así) un bungee, y el usuario puede cambiar por sí mismo la batería y su correspondiente tórica.
excelente artículo. evidentemente la planificación es sumamente necesaria, luego la tecnología te ayudará mucho. hace muchos muchos años, tenía compañeros que buceaban con reloj y profundimetro y por supuesto sus tablas, y donde nos metíamos a bucear,no se metía nadie más. así que planifica y apóyate con la tecnología, en ése orden
Estimado José
Bucea con 2 máquinas en inmersiones técnicas, no hay opción y lo acabas de vivir, he estado en esa situación y la segunda máquina sacando el pecho por mi, además de llevar un plan por escrito revisado en tierra .Con el plan por escrito ya sabes que va a pasar y hay mejor criterio para saber cual es la computadora mala.
Un abrazo
Alvaro Silva
Estimado Álvaro:
En este caso, la cabeza y el criterio junto con el profundímetro adicional hicieron el papel de segundo ordenador.
Pero sí, para determinadas inmersiones hay que llevar dos.
Un saludo muy cordial.
G.