La distribución del lastre
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La distribución del lastre
La distribución del lastre

No es posible hablar de la distribución del lastre sin hacerlo también del propósito que se persigue, de la influencia de la morfología del buceador, de la configuración del equipamiento que lleva y de la técnica que emplea.

Estas cuatro variables forman un conjunto indisoluble sobre el que se deberá aplicar el concepto de distribución de lastre, es decir, de la determinación de los lugares correctos en que los que se debiera llevar el lastre que se porte y sus cuantificaciones. El lector debe entender que todo está relacionado entre sí y que ello supone que no existan soluciones parciales mágicas.

Como se ha tratado en los artículos anteriores de esta serie, existen dos tipos fuerzas que determinan la posición dentro del agua, de sentido contrario y aplicables a cada unidad de masa, sea el buceador, su equipo o el gas que porta: el peso y la fuerza ascensional (equivalente al peso del agua que desaloja dicha masa, según el Principio de Arquímedes).

Sometidas a la gravedad terrestre, cada unidad de masa del cuerpo del buceador tendrá su correspondiente peso y fuerza ascensional. Los físicos integrarían todas para obtener una única resultante de peso y otra de fuerza ascensional, dando entre las dos una resultante que determinará si dicho cuerpo tiene flotabilidad positiva, negativa o si es neutra.

Pero esto que se ha aplicado a la totalidad del cuerpo, se puede hacer también a la manera de Jack el Destripador, esto es, troceando al buceador en brazos, piernas, torso y cabeza, de tal manera que cada una de estas partes tendría un peso y una componente ascensional. Como bucear desmembrado y sin cabeza es algo incómodo, esto sólo servirá para entender otro concepto referido en este artículo: el equilibrio.

Dicho esto, vayamos brevemente a los fundamentos.

El Centro de Gravedad de un cuerpo (sistema de partículas) es el punto geométrico respecto al cual las fuerzas que ejerce la fuerza gravitatoria sobre las diferentes partículas que constituyen al mismo, producen un momento de fuerza resultante nulo. Es donde se supone concentrado el peso del sistema, es decir, en este punto estará el origen del vector del peso total del cuerpo.

Así, el peso total del buceador se puede concentrar en un punto llamado Centro de Gravedad (dado que el campo gravitatorio es uniforme, será el mismo que el Centro de Masas).

Centro de gravedad
Centro de gravedad

De igual manera, las fuerzas ascensionales se pueden concentrar en un punto que llamaremos Centro de Flotación o de Empuje (equivalente al Centro de Carena de una embarcación), que no es otro que el centro de gravedad del volumen de agua desplazado, con sentido inverso pues se trata de una fuerza ascensional.

Centro de empuje

Un pequeño problema es que el Centro de Gravedad del buceador lo es en una postura determinada y, si modifica ésta, su centro cambiará. Adicionalmente, sabemos que hay un peso en el conjunto de buceador-equipamiento que varía durante la inmersión, que no es otro que el peso del gas del interior de la botella que disminuye según el buceador lo va consumiendo y expulsando. Y este peso, como sabemos, es relevante (el aire de una botella de 15 l cargada a 200 bar pesa unos 3,6 kg).

Así si, por ejemplo, el buceador estira las piernas, su centro de Gravedad se desplazará un poco hacia los pies, con las consecuencias que veremos a continuación.

De manera similar, el Centro de Empuje varía tanto con la postura como con las diferencias de volumen que se producen en los pulmones y en el dispositivo de flotabilidad.

Por ello, tendremos que referirnos tanto al Centro de Gravedad como al de Empuje en un instante dado, es decir, en unas condiciones dadas.

Si el buceador tuviera una densidad uniforme, ambos centros (de Gravedad y de Empuje) coincidirían en una misma posición, pero no es el caso ya que hay partes del cuerpo con densidades muy distintas unas de otras por lo que lo general serán que no coincidan. Esto es importante como luego se verá.

Lo mismo haremos con el equipamiento del buceador, en el que cada componente (aletas, regulador, chaleco, linterna, etc.) tendrá un peso y una flotabilidad aplicados a sus correspondientes centros de Gravedad y de Empuje.

Los Centros de Gravedad y Empuje del conjunto buceador-equipamiento, en un momento dado (puesto que varían con el tiempo) y en una postura dada, tenderán a estabilizarlo si están alineados o, por el contrario, a producir un momento de rotación debido al par de fuerzas no alineadas.

Este momento de rotación hará girar al buceador, que deberá contrarrestar dicho giro con su aleteo. Pero, si se parara totalmente, el momento tendería a cero, llevando a nuestro buceador poco a poco a la posición en que ambas fuerzas estuvieran alineadas en la vertical.

Efecto combinado entre peso y empuje ascensional
Efecto combinado entre peso y empuje ascensional

Es por ello que muchas veces se ve a buceadores «avanzados» (instructores incluidos) nadar en una perfecta posición horizontal. Sin embargo, si se pararan completamente, sin aletear lo más mínimo y sin mover ni una ceja, se vería cómo van girando lentamente hacia la vertical sin poder mantener la horizontalidad. ¿Por qué? Porque consiguen ésta con su propulsión y en cuanto cesa el aleteo, se acaba el truco.

El objetivo a perseguir es que los puntos de aplicación de ambos centros de Gravedad y de Empuje coincidan lo más posible o, deseablemente, sean el mismo. Ello hará que ambas fuerzas se anulen y que no exista momento de rotación, siendo el buceador totalmente estable. No es fácil, pero tampoco imposible, in mucho menos. Y, aunque no se consiga totalmente, aproximarse cada vez más a este objetivo es un importante avance.

¿Es lo anterior tan importante? Depende para qué.

En el artículo escrito «SOBRE LA FLOTABILIDAD EN EL BUCEO«, entre otras muchas cosas se afirmaba que hay dos maneras de entender la flotabilidad del buceador:

  • la «recreativa», que sólo tiene en cuenta la posición general del buceador en el agua, independientemente de su postura. Aquí lo único que parece importar es si nuestro buceador sube, baja o está neutro. Aunque esté en la absurda postura del loto, cuan Budha.
  • La «técnica», en la que, además de la interior, importa también la flotabilidad y posición de cada parte del cuerpo a efectos del control de su posición o postura. Ello introduce un concepto adicional, como es el de EQUILIBRIO.
PARADIGMAS DE FLOTABILIDAD DISTINTOS
PARADIGMAS DE FLOTABILIDAD DISTINTOS

En la primera versión «recreativa», sólo importarán las posiciones del Centro de Gravedad y del Centro de Empuje y las magnitudes del Peso y del Empuje Ascensional (Arquímedes) del total del buceador y su equipamiento. Nada más.

Por el contrario, en la «versión técnica» (por llamarla de alguna manera porque para el Autor es la única), importarán tanto lo anterior referido al total del conjunto buceador-equipamiento, como las posiciones del Centro de Gravedad y del Centro de Empuje y las magnitudes del Peso y del Empuje Ascensional tanto de las partes básicas que componen el cuerpo del buceador (piernas, torso, brazos y cabeza), como de cada componente de su equipamiento.

Tampoco hay que dramatizar en demasía con la horizontalidad estática. Se tarda en conseguir y fuera de determinados tipos de buceo tampoco es tan fundamental (aunque nunca está de más practicarla a cualquier nivel para mejorar la técnica).

Lo que sí es importante a cualquier nivel es la horizontalidad dinámica, esto es, el nado horizontal.

No son de recibo las habituales imágenes de buceadores nadando «a lo hippocampus». Sin olvidar que esto no es blanco o negro y que una cada vez mayor aproximación a la horizontal es siempre una mejora.

Mal equilibrio

Véase en este vídeo la ineficiencia de los tres buceadores (incluido el primero dirige y aletea con patada de rana) y el sedimento que levantan del fondo sin tocarlo.

Es posible que el lector haya escuchado la expresión «este buceador tiene un buen trim«. O, españolizando el horrible anglicismo, un buen «trimado«. Esta aberrante importación lingüística se refiere a un concepto expresable fácilmente en castellano: el equilibrio.

Trim significa equilibrio, en inglés. Tradúzcase pues por equilibrio. O mejor, porque en buceo es lo que se quiere expresar, por equilibrio en horizontal u horizontalidad.

Nadar en una posición totalmente horizontal debiera ser un objetivo prioritario en cualquier sistema de enseñanza de buceo que se precie. Sin embargo, el sistema de enseñanza básica al uso no le da la importancia que tiene, ni de lejos.

Aunque no deseable, esto es explicable tanto porque los cursos básicos están planteados para ser impartidos en el menor tiempo posible, como porque su propósito es dotar al cliente … y, supuestamente, al futuro buceador, de unas herramientas muy básicas para que no se mate mucho yendo en grupo tutelado. Luego él ya se apañará por mor de la omnipotente «experiencia» que todo lo consigue, al parecer. Y de las consabidas «especialidades», «pruebas de aventura» o lo que sea de unas pocas inmersiones. (De todo esto ya se ha hablado extensamente en este blog, particularmente en este artículo).

La verdad es que para desplazarse poco y en grupo no suele hacer falta tener una técnica muy depurada. Pero quien esto escribe opina que de lo que se debiera tratar también es de sentar las bases técnicas de un verdadero buceador, no sólo de fabricar turistas dependientes de los centros de buceo que hagan media docena de inmersiones al año en vacaciones (el cliente tipo de las certificadoras actuales). Pero ésa es otra historia, como diría Kipling (aunque en realidad sea una frase de Laurence Sterne).

El caso es que la posición de nado horizontal es FUNDAMENTAL. La eficiencia, el menor gasto de energía, el menor consumo de gas, la menor producción de CO2, etc. hacen que sea un requisito básico e imprescindible en cuanto se saca un pie (o una aleta) del extenso y lucrativo pero en realidad muy limitado mundo del buceo turístico-recreativo tutelado.

La mayor parte de los buceadores no tiene consciencia plena de la importancia de la horizontalidad, a la que próximamente se dedicará en este blog un artículo entero. Sea como fuere y hasta la próxima publicación de dicho artículo, por el momento se requiere del lector que, durante sólo un ratito, haga un pequeño acto de fe provisional, quedándose con la idea de que

el objetivo de una correcta distribución de pesos y lastre es lograr un equilibrio lo más horizontal posible, tanto dinámico (nadando), como estático (parado).

El lugar donde se localiza el centro de gravedad del cuerpo varía en cada persona. Pero hay alguna generalidad, como la de que en bipedestación (de pie), en el hombre se encuentra de media a una distancia de la planta de los pies igual al 58% de la estatura total del individuo, y en la mujer el centro de gravedad se encuentra a una distancia del 55% de su estatura.

Estos no son más que medias porque, en la realidad, cada quien es cada cual, como dice la canción de Serrat. No es lo mismo un boxeador con la mayor parte de su masa muscular concentrada en la parte superior de su torso y brazos que un ciclista de pista, con unas piernas descomunales en relación a su tronco. Pero da una idea.

La variabilidad es tal que no quedará más remedio que aplicar el método popperiano puro: prueba y error.

Distinguiremos entre tres configuraciones recreativas diferentes: la configuración con chaleco o jacket, la de chaleco o «semi-ala» y la configuración con placa y ala.

La diferenciación entre las tres configuraciones es muy pertinente puesto que la distribución de pesos que implica cada una de ellas es distinta.

Lo que se dirá ahora es con carácter general, para dar una idea de la importancia de la configuración en el equilibrio del buceador, aunque, como dicen que dijo George Irvine una vez «el que sabe bucear puede hacerlo con un frigorífico en la espalda«. Pero esto es «a pesar de», obviamente, así que volvamos a las tres configuraciones básicas recreativas.

Por un lado, la configuración de chaleco hace que, dado que la vejiga que contiene el aire está alrededor de la parte baja del torso del buceador, la posición del Centro de Empuje esté más baja que en las otras dos configuraciones.

Asimismo y como se ha dicho en el artículo anterior de esta serie dedicada al lastre, la concentración de éste en el cinturón o incluso en los bolsillos que muchos chalecos disponen al efecto condiciona así mismo la posición del centro de gravedad del buceador en una posición también baja.

Otra característica habitual en esta configuración es que la posición baja o muy baja de la botella respecto de la cabeza del buceador. No considerándose relevante que éste pueda llegar a la grifería sin quitarse el equipo -lo cual es un error a juicio de quien esto escribe-, se prefiere que la grifería esté lo más lejos posible de la cabeza para evitar posibles golpeos al tirarse al agua (o esto argumentan los defensores de esta posición).

El hecho es que la botella en posición baja desplaza hacia los pies el Centro de Gravedad del buceador todavía más, lo que sumado al efecto del cinturón de lastre o del de los bolsillos al efecto del chaleco, induce un momento de rotación general del cuerpo muy acusado que el buceador tendrá que compensar empleando parte de la energía de su aleteo. Ineficiencia pura y dura.

En este caso, la vejiga del «semi-ala» se encuentra más alta que en su primo hermano que es el chaleco. Generalmente a la altura de la botella, que se suele disponer en una posición algo más alta o cercana a la cabeza que el caso anterior, aunque no siempre pues el «semi-ala» es percibido como un chaleco y no hay nada que condicione la posición.

Esto eleva el Centro de Empuje respecto del cuerpo del buceador dotado con un chaleco convencional, pero no modifica en gran medida el Centro de Gravedad puesto que el lastrado suele ir en la misma posición que en el anterior caso.

Por último, en este caso tanto el Centro de Empuje como el Centro de gravedad se encuentran más elevados (más cerca de la cabeza) tanto porque, al igual que en el «semi-alas» la vejiga rodea a la botella como porque en este caso existe una placa metálica (que puede ser de aluminio y de poco peso pero que generalmente es de acero) que confiere al buceador un lastre fijo relevante a esa misma altura.

La posición de la botella viene condicionada por la placa y es mucho más alta que en los casos anteriores. Adicionalmente y como veremos al final del artículo, el lastre puede ser repartido de otra manera.

Resumiendo lo anterior:

  • Configuración de chaleco o «jacket«: Centro de Gravedad y de Empuje bajos:
  • Configuración de chaleco o «semi-alas»: Centro de Gravedad bajo y de Empuje más alto:
  • Configuración de ala con placa: Centro de Gravedad y de Empuje más altos.

¿Cuál es mejor? Para quien esto escribe no hay la más mínima duda si se atiende exclusivamente al objetivo de la horizontalidad: la configuración de ala con placa.

Esto es porque la horizontalidad requiere una distribución a lo largo del torso de buceador, en posición ALTA en su mayor parte.

Pero no todo es blanco o negro. El chaleco, el semi-alas y el ala con placa tienen todos ventajas e inconvenientes como se trató extensamente en el artículo «LA ELECCIÓN DEL DISPOSITIVO DE FLOTABILIDAD«, que se recomienda revisar antes de salir corriendo a comprarse algo distinto.

Como se ha dicho, el Centro de Gravedad varía según la postura que se adopte. De esta forma, no estará en el mismo punto si un mismo buceador aletea con la técnica de patada de tijera recreativa con las piernas totalmente extendidas que si lo hiciera con la patada de tijera técnica o con la patada de rana.

Retraso del Centro de Gravedad por efecto de la patada
Retraso del Centro de Gravedad por efecto del tipo de aleteo

Tampoco es lo mismo ir con los brazos contraídos que estirados. Mención especial tiene el papel de la cabeza, que tiene una influencia sorprendente. Cuando se está perfectamente balanceado, mirar al frente o hacia abajo gira literalmente al buceador. Esto se tratará más extensamente en el mencionado y próximo artículo dedicado al equilibrio.

Por ello, el equilibrio y, por tanto, la disposición del lastre dependen de la técnica que se emplee.

Pareciera que nos habíamos olvidado del objeto del artículo, que no es otro que la distribución del lastre. Pero es que éste está condicionado a todo lo anterior.

Pero, si no es en el cinturón o en los bolsillos del chaleco al efecto, ¿dónde y cómo se puede ubicar el lastre? Hay varias posibilidades dependiendo de la configuración que se elija. Normalmente el equilibrado exigirá una posición de lastre adicional alta.

El chaleco y los «semi-alas» son menos flexibles puesto que no suelen disponer de lugares en los que ubicar lastre adicional. En estos casos el rodear la botella con un cinturón y algunos plomos a la altura adecuada es casi la única opción. Directamente o con bolsitas al efecto.

Botella con lastre
Botella con lastre

Por el contrario, las configuración de ala y placa permite adosar bolsillos adicionales en la cincha y sobre todo incluir suplementos de peso de varias maneras y formas en la placa.

Para ello, existen innumerables inventos de todo tipo, desde plomos atornillables hasta bolsillos para ambas caras de la placa metálica. A continuación se mostrarán algunos ejemplos.

Lastres atornillables a la placa
Lastres atornillables a la placa
Bolsillos porta lastre atornillables a la placa
Bolsillos porta lastre atornillables a la placa

Incluso el sistema de ala y placa permite modificar el material de ésta cambiando de aluminio a acero inoxidable en distintos espesores. Aunque hay placas de todas las formas, sabores y olores, para hacernos una idea de los órdenes de magnitud, una placa completa (no de viaje) de aluminio pesará unos 750 gramos, una placa de acero de 3 mm unos 2,5 kg y una de 7 mm de espesor unos 5,5 kg.

En buceo recreativo se suele hablar sólo del lastre total requerido. Normalmente éste se concentra en un cinturón o en bolsillos del chaleco dispuestos al efecto. Ello es por la concepción de flotabilidad recreativa, en la que importa fundamentalmente la posición global del buceador.

Sin embargo, cuando se introduce el concepto de EQUILIBRIO (trim) -y más aun si éste es estático-, la distribución del lastre en distintas zonas se vuelve imprescindible. Ello, además, hace más importante la diferenciación entre lastre zafable y fijo, toda vez que los sistemas para implementarlo fuera del habitual cinturón y bolsillos, suelen ser fijos casi siempre.

Por ello, hablar de distribución de lastre necesariamente implica hacerlo de configuración y de técnica de buceo. Una vez establecidos esto, se distribuirá el lastre en los lugares que permitan al buceador propender a una postura horizontal, generalmente a lo largo de su torso y no concentrado en la cadera.

La decisión sobre la cuantificación del lastre zafable y la posición del lastre restante fijo, requiere un ajuste empírico. Prueba y error durante el tiempo que haga falta. Y, lógicamente, con la misma configuración y equipamiento porque si se cambian cada dos por tres no hay manera de concluir nada.

Es premioso. Pero no se amilane el lector. Verá que todo esto se simplifica mucho si los objetivos están claros. Y esto nos devuelve a la pregunta: ¿para qué? ¿qué se pretende conseguir con todo esto?

La respuesta es clara: EFICIENCIA. Y evitación de todo lo que se deriva de no conseguirla. Crítica en determinados niveles de buceo, fundamental en otros y muy deseable en todos.

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El lastre es para subir, no para bajar

Cuarta parte:

LA DISTRIBUCIÓN DEL LASTRE

  1. Me ha gustado mucho el artículo.
    En particular, esa idea de la coincidencia o no entre los centros de gravedad y de empuje.
    Y sí, desde luego: cada configuración lo cambia todo, y hay que probar en el agua qué pasa con ella. Y en particular cuando se lleva traje seco, y según la ropa que se lleve debajo, que retiene más aire o menos.
    Ser consciente de esos principios es clave.
    En términos generales parece difícil hacer grandes modificaciones durante la inmersión (dejando aparte cuando se abandona o se recupera una etapa, por ejemplo, o se deja el carrete), pero hay cambios con un efecto enorme en el trimado (perdón, perdón 🙂 ): los de la ubicación del gas dentro del traje, por ejemplo, la posición de brazos y piernas…
    Haré un par de inmersiones con la atención muy puesta en eso.
    Muchas gracias.

  2. Buenas tardes.
    He hecho la prueba de ir muy atento a estos asuntos del trimado (con perdón por el término, 🙂 ). Con dos configuraciones, bibo de 12 solo, y bibo de 12 + etapa (S80). Traje seco en los dos casos, y ropa ligera. El resultado ha sido más o menos el mismo: si uno está pendiente de lo que hace se da cuenta de la cantidad de veces que mueve las aletas para corregir una posición baja de los pies.
    La solución es sencilla: recogerlos, o recoger los brazos, o llevar aire del traje a esa zona, o simplemente pivotar un poco.
    Habrá que convertir ese ejercicio en un hábito, desde luego: porque el movimiento descoloca si se está trabajando en un punto, porque siempre consume algo (y la tensión que le antecede, cuando empieza uno a tener la sensación vaga de que no está bien colocado), porque la técnica buena es la que es y tiene que ser un objetivo del buceador, y porque en determinados entornos podría acabar por levantar sedimiento si está cerca del fondo, o en determinadas situaciones (ascenso en formación con otros miembros del equipo) si aletea perderá la situación relativa.
    Muchas gracias otra vez.
    Santiago.

  3. Hola. He leído con mucho interés este artículo de título tan provocador: el lastre es para subir, no para bajar. Muy bueno. Luego se aclara que sirve tanto para descender como para controlasr el ascenso.
    Creo que a todos los instructores nos gustaría que nuestros alumnos terminaran el curso básico de buceo estando perfectamente formados, más allá de lo que indican los estándares de las diferentes agencias, costara lo que costara, y durara lo que durase. Por desgracia no es posible alargar los cursos todo lo deseable (días, semanas, meses, ¿años?) ni los dueños de los centros de buceo lo verían con buenos ojos. Además, cada vez más frecuentemente, son los propios alumnos los que piden, e incluso exigen, que el curso dure equis días pues, a los equis días más uno, se van a Tailandia, Filipinas o Malvidas. Y se van, con su recién estrenado open, a lugares donde, los que tenemos unos años, tardamos muchos lustros y muchas inmersiones en conseguir. Cosas de la vida.
    Finalmente, felicitarte por el artículo. En cuando disponga de tiempo leeré los restantes de esta serie-
    Un saludo.

  4. El problema de llevar el lastre en las en las botellas o en la placa es que convierte prácticamente en no zafable por lo que no conviene abusar de él en buceo recreativo, no es fácilmente alcanzable incluso imposible con las placas.

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