Después de varios artículos sobre reguladores, se han recibido varias consultas con una pregunta común: «Entonces, ¿qué regulador debo comprar?».
En este blog sin ánimo de lucro raramente se mencionan marcas o fabricantes y nunca se hace publicidad. Sólo y excepcionalmente se alude alguno para ilustrar algo en concreto ─ y no necesariamente de manera favorable ─. La finalidad es preservar una libertad total para decir lo que se considere oportuno. Éste será el sentido de las menciones en el presente artículo.
Por ello, no se recomendarán marcas ni modelos concretos, sino que se darán pautas para que, una vez más, el lector pueda conformar sus propios criterios para comprar un regulador de manera fundamentada, único propósito de este blog.
Las bases de partida
Tres ideas iniciales … y contradictorias
Primero: cualquier regulador que cumpla la norma europea EN 250 (marcado CE, del que luego se tratará) sirve para el buceo recreativo. (A fin de hacer clara la estructura del artículo, al final del mismo el lector encontrará algunos comentarios sobre estas normas y marcados, imprescindibles y que sin duda le sorprenderán).
Segundo: aunque hay diferencias en los diseños y prestaciones, todos los reguladores que funcionan con un mismo sistema son muy parecidos sin que haya entre ellos diferencias cualitativas sustanciales. No ocurre lo mismo con sus precios.
Tercero: hay reguladores mejores que otros para determinados propósitos y configuraciones … pero generalmente ajenas al ámbito del buceo recreativo sin techo.
Las inevitables preferencias personales
Seamos sinceros: casi todo el mundo compra lo que «entra por los ojos». Eso lo saben muy bien los departamentos de mercadotecnia.
Primero nos gusta algo y luego construimos cualquier «razonamiento» que haga falta para justificar que eso es precisamente lo que necesitábamos y debemos comprar. (Y hay que temerse que este mecanismo humano es el que utilizamos para casi todo: la emoción decide y luego se reviste de razón para justificarla).
Sabiendo esto, lo que se propone en este artículo es lograr que el lector pueda determinar, en abstracto y según su mejor entender, los requerimientos objetivos que debiera tener su nuevo regulador, reduciendo las posibilidades de compra estrictamente al grupo de reguladores que las cumpla y antes de ver ninguno, dejando para el final las preferencias «personales» y sólo dentro de este grupo.
¿Para qué se quiere el regulador?
El que se diga que cualquier regulador sirve para un uso recreativo ─ sin techo ─ para a continuación decir que los hay mejores y peores para que según qué propósito, nos lleva al habitual punto de partida del que parte cualquiera que se quiere comprar su primer regulador: el buceador normalmente no sabe hasta dónde llegará en su evolución y por tanto, qué prestaciones requerirá el regulador que ahora compra y que desea no tener que cambiar. Tendrá que vivir con ello pero sin dramatizar porque sustituir un regulador tampoco es el Fin del Mundo.
Y es que hay reguladores orientados a propósitos específicos, otros que son mejores en determinados desempeños … hay de todo. Por ello, determinar para qué se quiere el regulador o admitir que no se sabe, es lo primero.
Los condicionantes
El abanico de precios
El lector podrá hacer su propio muestreo, pero encontrará que el abanico de precios para un conjunto de primera etapa y dos segundas etapas es amplísimo.
Por dar una idea y sin buscar mucho, en una solvente tienda española se pueden encontrar conjuntos desde 349 € hasta 2.764 €. Ocho veces de diferencia.
Pero también para ilustrar lo que se puede encontrar por ahí, existen segundas etapas en plataformas de venta chinas por 10 €.
Cada uno tiene sus circunstancias y sus prioridades, pero parece razonable que haya un cierto ajuste o acuerdo entre ellas y lo que realmente se necesita, que es lo difícil de determinar.
¿Es lo más caro lo mejor? Como en casi todo, no. Suele ser siempre un punto intermedio de equilibrio. Pero no hay nada más caro que lo que no funciona o no nos sirve para el propósito para el que se compró. Por ejemplo, hay reguladores carísimos hechos de titanio, que no son aptos para mezclas con una fracción de oxígeno superior al 40%.
De todas maneras, como se ha dicho en otros artículos, lo realmente caro no es el equipo que se debiera haber comprado si se conocieran realmente las necesidades, sino todo lo que se ha gastado inútilmente en la larga travesía recorrida hasta averiguarlo. Esperemos que este artículo suponga un atajo para acortar ese camino.
¿Sofisticación o sencillez?
Esto es una premisa muy personal puesto que hay quienes priorizan la simplicidad por encima de la sofisticación, aunque ello signifique renunciar a determinadas prestaciones. Y hay quien hace exactamente lo contrario.
La sofisticación puede ser aparente u oculta. La aparente es más fácil de detectar obviamente, mientras que para saber si un regulador es complicado internamente hay que tener los correspondientes conocimientos o conocer a alguien que los tenga ─ pero de verdad ─.
Respecto de la primera, es notable la proliferación en algunas marcas y modelos con tal número de piezas, plásticos, escudos y todo tipo de embellecedores, que pareciera tener que ser de la N.A.S.A. para desmontar y volver a montar algunos reguladores, mientras que hacer la misma operación en otros requiere manipular un único tornillo. Aunque el usuario no sea el que tenga que sufrir para hacerlo, ello da pistas sobre la mentalidad con la que se han diseñado.
Quien esto escribe es firme partidario de la sencillez, pero teniendo en cuenta que todo debe ser lo más simple posible pero no más simple de lo que requieran tanto su funcionamiento como la seguridad.
Un regulador no es un mineral
Por duro, sencillo y fiable que sea, un regulador no es un mineral inmutable en el tiempo, como alguna gente parece creer, sino que requiere un mantenimiento periódico. Y, para ello, deben reemplazarse piezas de tanto en cuanto por lo que hay que tener muy en cuenta la facilidad para adquirir repuestos y «kits de mantenimiento» o, en su caso, el acceso a los talleres de servicio que puedan prestarlo, sean «oficiales» o no, por lo que se recomienda preguntar por ello antes de adquirir una determinada marca.
Los experimentos, con gaseosa
En los últimos tiempos han proliferado docenas de nuevas marcas, muchas de ellas en tiendas virtuales chinas o de otras procedencias.
Sin querer restar méritos a los nuevos empresarios (o, como se dice ahora de manera un tanto cursi, «emprendedores»), parece razonable para este tipo de asuntos que atañen a la seguridad fiarse más de marcas acreditadas.
Y, no sólo de marcas, sino también de modelos que lleven tiempo en el mercado y estén suficientemente probados. Sobre todo porque recordemos que no hay diferencias demasiado sustanciales entre modelos nuevos y más antiguos, ciñéndose la presunta evolución generalmente a aspectos cosméticos. Por ejemplo, las segundas etapas de un acreditado fabricante inglés cuyo nombre no se dirá pero que empieza por «A» y termina por «peks», son exactamente las mismas desde hace muchos años, variando únicamente los diseños de la carcasa … y el precio, naturalmente.
Las alertas de seguridad o avisos por defectos detectados llamados «recall» ─ que no dejan de ser un signo de seriedad industrial ─, no son infrecuentes en los nuevos productos, incluso en marcas con solera, siendo mucho más difícil que se produzcan en modelos más antiguos y probados.
El ejemplo de los «tekkies» y las modas
Cuando se lleva suficientemente tiempo en el ámbito del buceo técnico, a nada que se tenga un poco de sentido crítico se entiende que no está exento de modas y falacias de autoridad, a pesar de estar todo más fundamentado que en el mundo recreativo.
Esto se comenta porque muchas veces los buceadores recreativos se dejan llevar por el ejemplo de los buceadores técnicos con los que se cruzan. Así, se compran los mismos reguladores que ven que ellos utilizan. Y no está tan mal, ya que no parece un mal principio imitar al que se cree que sabe. Pero muchas veces compran algo con características innecesarias.
Por ello merece la pena tener criterio propio y no dejarse seducir por lo que lleva el primer compañero vestido de alienígena que uno se cruza.
Los criterios para comprar un regulador
Los datos que el comprador no encontrará
Cada regulador ofrece unos determinados flujos de gas a cada profundidad (en litros/minuto) y requiere un esfuerzo de inhalación y exhalación por parte del buceador para su funcionamiento. Y hay diferencias apreciables.
Estos datos se expresan en unas gráficas de presión – volumen llamadas “pv-loop«, distintas para cada modelo que indican el verdadero rendimiento del regulador.
Obviamente, sería interesante poder conocer estos datos antes de comprar nada, pero no se moleste mucho el lector, porque es complicado obtenerlas e interpretarlas. Pruebe a pedírselas a cualquier vendedor, a ver qué cara pone.
En cualquier caso, la norma EN 250 define el rendimiento mínimo requerido de los reguladores. El trabajo de respiración total no debe exceder los 3,0 J/l en cada respiración y las presiones de inhalación y exhalación no deben exceder de 2,5 kPa como máximo.
Los materiales
¿Reguladores de latón cromado? ¿de plástico? ¿de acero inoxidable? ¿de titanio?
Independientemente de consideraciones como las que se hacían respecto de este asunto en el artículo «EL REGULADOR Y EL HIELO«, la elección de un regulador u otro en función de los materiales con los que esté construido se dirige habitualmente a que sea ligero a la hora de viajar.
Por ello, hay reguladores especialmente pesados que debieran ser evitados, si esto importa. Y el peso a veces tiene que ver con el material del que están fabricados, pero no necesariamente (el Autor todavía tiene unas primeras etapas de la marca HOG de las que ya sólo espera que nunca se le caigan en un pie accidentalmente).
Así mismo, hay reguladores de titanio, carísimos y ligerísimos que sin embargo son incompatibles (o, digamos, no se llevan demasiado bien) con el oxígeno, por lo que tampoco son deseables para ciertos usos.
En general, primeras etapas de latón cromado de peso contenido y segundas etapas de plástico (generalmente poliamidas con plásticos reforzados con fibra de vidrio de distintas composiciones), cumplen cualquier requerimiento suficientemente.
¿Conexión INT o DIN?
Ya que se puede convertir cualquier regulador INT en DIN y viceversa, nos remitiremos al artículo donde se trata profusamente esta cuestión: «¿INT o DIN? … ¿DIN 200 ó DIN 300?«.
¿Conexión M-25 ó M-26?
Resumidamente, en Europa se ha cometido la torpeza de anular la compatibilidad de los equipos «normales» con el Nitrox hasta el probado límite del 40% de contenido de oxígeno, QUE SIGUE SIENDO VÁLIDO EN EL RESTO DEL MUNDO, haciendo que todo Nitrox superior al 22% (es decir, TODOS los Nitrox o EAN) sea considerado como de riesgo, exigiéndose una conexión DIFERENTE E INCOMPATIBLE con las habituales para aire M 25 que se utilizan en todo el planeta, en válvulas de botellas y reguladores.
Las pocas ventajas y notables contradicciones de este auténtico disparate, de alcance inicialmente europeo pero que cuan CoViD se va extendiendo por el mundo y que ha suscitado un auténtico escándalo en el mundo del buceo, ha sido tratado extensamente en el artículo titulado «¿CONEXIONES DISTINTAS PARA AIRE Y PARA NITROX?«. El lector europeo puede consultarlo pero se le aconseja hacerlo después de haberse tomado algún tranquilizante.
El caso es que el buceador que bucee o vaya a bucear con Nitrox se ve en la tesitura de tener que elegir comprar su regulador con conexión DIN M 25 (para aire), o bien con la nueva DIN M 26 (para Nitrox), ésta última incompatible con todas las conexiones INT o de estribo (que parecen no existir para la norma europea que pretende imponer este sindios) y con el resto de conexiones DIN M 25 para todo tipo de gases con una fracción de O2 < 40%, que se emplean en todo el mundo. Un disparate.
Quien esto escribe no utilizará las nuevas conexiones M 26 sino hasta que le amenacen a punta de pistola y recomienda al lector resistirse a este dislate, comprándose reguladores INT o DIN M 25.
¿Cuántas salidas para latiguillos?
Esta pregunta suelen hacérsela quienes se compran un regulador por primera vez cuando se encuentran con que hay reguladores con primeras etapas con 4 salidas de Baja presión (LP) y 1 de Alta presión (HP) (1), mientras que existen otros con 8 salidas LP y 2 salidas HP, o incluso más.
Para uso recreativo, son suficientes 4 salidas LP (2ª etapa principal + octopus + hinchador del jacket o ala + traje seco) y 1 salida HP (manómetro), aunque hay quien «necesita» 2 salidas HP para un trasmisor inalámbrico y un manómetro analógico (aunque esta «necesidad» sería muy discutible). Para no quedarnos cortos, establezcamos que lo mínimo sean estas 4 salidas LP + 2 salidas HP.
¿Por qué entonces hay reguladores equipados con tantas salidas? Porque hay veces en que su posición no es compatible con el enrutamiento correcto de lo que se quiere conectar a la segunda etapa. Con más salidas se aumentan las posibilidades de conexión, aunque muchas sobren.
Pero en las primeras etapas que tienen sólo 4 salidas LP + 2 HP, éstas están dispuestas de manera totalmente compatible con cualquier configuración recreativa, así que se puede afirmar rotundamente que más salidas sobran para este propósito. Y, además, tampoco un excesivo número hace mejor un regulador para determinadas configuraciones, como a continuación se verá.
¿Qué sistema de regulador?
Primera etapa
Pistón No Compensado
Es el sistema más sencillo de todos, el que menos piezas tiene y el que menos mantenimiento requiere. Y el más barato, en general.
Por ello es el que se utiliza para alquiler en los centros de buceo de todo el mundo. Tiene el inconveniente que varía la Presión Intermedia (y, por ello, el esfuerzo inspiratorio) con la profundidad, pero en el rango recreativo ello no es crítico.
Es utilizado también habitualmente por buceadores técnicos por su sencillez y fiabilidad, pero sólo para etapas de descompresión (ya a poca profundidad, generalmente).
Pistón Compensado
Sistema perfectamente fiable como tal, tiene la característica de que el agua tiene que penetrar en el interior del regulador para trasmitir su presión al mecanismo interior.
Sistema utilizado muy frecuentemente en el buceo técnico, siendo la reina de las primeras etapas de este sistema la MK25 de Scubaproⓒ (las cosas como son, sin desmerecer a otras de gran calidad), aunque comparativamente de cierta complejidad interior.
Membrana No Compensada
En la actualidad, no se fabrican este tipo de primeras etapas (o, al menos, el Autor no conoce ninguna). Hay fabricantes que se acercan a este sistema con etapas «sobrecompensadas», pero esta es otra historia, como diría Kipling.
No se moleste en buscarlas el lector.
Membrana Compensada
Sistema también perfectamente funcional, seguro y probado pero ligeramente más complejo y a veces algo más caro que las de Pistón Compensado ─ no siempre ─, podríamos dividirlas en dos tipos: con cámara de muelle abierta (en la que el agua penetra) y totalmente selladas.
Del segundo tipo y también sin desmerecer a otras de gran calidad, las reinas son las Apeksⓒ DS4 y DST ─ y modelos equivalentes ─, diferenciadas entre sí en que la segunda tiene torreta giratoria y posibilidad de 5º puerto y la primera no (pudiendo ser esto un ventaja o un inconveniente, según los casos). Ambas tienen la particularidad técnica de que el «volcán» del asiento interior es fijo y forma parte del cuerpo, de tal manera que, en caso muy raro de que se deteriorara, habría que tirar la etapa a la basura.
La elección entre un modelo con cámara de muelle abierta o totalmente sellada dependería eventualmente de si se bucea en aguas muy frías o no, siendo en el primer caso necesario un «kit de aguas frías», tal como se explicó en el artículo anterior de este blog «EL REGULADOR Y EL HIELO«.
Segunda etapa
No Compensada
Al igual que las primeras etapas de Pistón No Compensado, son las más sencillas, baratas y que requieren menos mantenimiento. Y, por las mismas razones, las preferidas para alquiler en los centros de buceo.
Suficientes el ámbito recreativo, son menos ajustables que las que se verá a continuación.
Compensada
Son más sofisticadas que las anteriores, más complejas (aun siendo muy fiables) y más caras. Pero ofrecen también más confort al buceador y son más ajustables.
Más características a tener en cuenta
¿Con torreta giratoria o sin ella?
Depende. Sólo tienen sentido si se va a bucear en el ámbito recreativo y aguas abiertas con configuración en lateral o sidemount, (aunque esta más que dudosa posibilidad ya fue objeto de un artículo anterior titulado » ¿SIDEMOUNT PARA BUCEO RECREATIVO? «).
También son útiles para su utilización como regulador de etapa, en el ámbito del buceo técnico.
En el ámbito recreativo con una única botella ─ sin techo ─, que es al que está dirigido este blog, parece ser sólo una complejidad innecesaria y, aunque muy raro, un potencial punto de fallo más, a pesar de la maravillosa flexibilidad en el enrutamiento que prometen los departamentos de mercadotecnia de los fabricantes y que quien escribe no logra ver por ningún lado para este caso.
¿Con 5º puerto o sin él?
Como se dijo en el pasado artículo » COMENTARIOS ÚTILES SOBRE REGULADORES «, el 5º puerto es el que se sitúa en la base del cuerpo cilíndrico del regulador.
Tanto en primeras etapas de Pistón Compensado, como de Membrana Compensada, sólo algunas pocas lo tienen de serie. Alguna otra no lo tiene, pero se le puede incorporar a posteriori (2).
Si bien esta característica es totalmente superflua para una configuración recreativa normal, para determinadas configuraciones técnicas con bi-botella, es importante. Si el lector no contempla tal posibilidad futura, ni la considere.
¿Segunda etapa reversible?
Hay segundas etapas que son reversibles y otras que no lo son.
La reversibilidad consiste en que la misma etapa puede ser montada recibiendo el latiguillo por la derecha o por la izquierda, indistintamente.
Ello puede ser interesante si se piensa en la posibilidad del buceo en lateral o sidemount y dependiendo de qué estándar de configuración (suponiendo que en sidemount hubiera estándares, que es mucho suponer).
En otro tipo de configuraciones parece irrelevante habida cuenta de que tanto en los estándares recreativos como en la configuración hogarthiana recreativa (y también en la técnica) ambos reguladores (principal y octopus) siempre están configurados recibiendo el latiguillo por la derecha del buceador.
También existe un modelo de segunda etapa que es el colmo de la reversibilidad porque está pensada como octopus que se pueda donar en cualquier posición. El receptor puede morderla (si no lleva boquilla palatal, claro) se la dé como se la dé el buceador donante puesto que es simétrica respecto de su eje horizontal, teniendo incluso su bigotera dispuesta lateralmente.
Quizá sea más un invento u ocurrencia para paliar defectos en la enseñanza de la donación de regulador, pero hay a quien le gustan estas cosas.
¡Ojo! No confundir con los reguladores de la marca Poseidon, que tradicionalmente adoptó este diseño, pero que es otro propósito y otro nivel.
El miedo a los reguladores «upstream»
Hablando de reguladores del fabricante Poseidon, esta empresa comercializa uno de los pocos modelos «upstream» del mercado.
En un anterior artículo titulado « EL CORTE SÚBITO DEL GAS» se comentó que hay dos tipos de reguladores: los llamados «upstream» y los «downstream» – términos que pudiéranse traducir como «corriente arriba» y «corriente abajo».
El principal inconveniente de los «upstream» es que, en caso de que le llegase por el latiguillo un exceso de presión por un fallo en la primera etapa, estas válvulas no actúan como válvula de seguridad abriéndose y liberando el aire ocasionando un flujo continuo como en los «downstream«, sino que se cierran dejando al buceador sin gas.
Hay gente que ha oído esto y tiene miedo a adquirir un regulador «upstream«. Pero dado que el 99,99 % de los reguladores que se puedan encontrar en la actualidad son «downstream», salvo que alguien se empeñe en adquirir un regulador del fabricante aludido (muy buenos, por cierto), olvídese de este asunto.
¿Con tapa desmontable?
Algunas segundas etapas tienen tapas frontales que simplemente están roscadas sin que sean necesarias herramientas para desmontarlas. Incluso se venden tapas con una superficie de agarre más grande para ser manipuladas con guantes dentro del agua.
Estas etapas son preferidas por algunos buceadores técnicos argumentando que tiene la opción de poder ser desmontadas y reparadas dentro del agua si la membrana interior tuviera algún problema. Otros afirman que esto nunca hace falta. (Quien escribe lo ha tenido que hacer dos veces a lo largo de su miserable trayectoria en el buceo).
En el ámbito recreativo, esta característica carece totalmente de importancia puesto que, para ser sinceros, ni se va a bucear en entornos que exijan este tipo de cosas, ni al buceador tipo se le dota ni de lejos de habilidad para poder resolver este problema dentro del agua. Pero es algo a tener en la cabeza, si se aspira en el futuro a bucear en espacios confinados llenos de cieno.
Sistemas adicionales
El Autor no es muy amigo de estas cosas, pero hay un sistema patentado por el fabricante MARESⓒ llamado VADⓒ para algunas de sus segundas etapas que, si bien no es imprescindible ni mucho menos, sí es interesante a considerar a la hora de comprar una segunda etapa. Demasiados plásticos y piezas en algunos de los modelos que lo implementan, eso sí.
¿Se pueden comprar y combinar primeras y segundas etapas de distintos fabricantes?
Como poder, se puede, siempre que las Presiones Intermedias características o determinadas para cada regulador sean compatibles. Pero hay que entender porqué.
La primera etapa reducirá la presión interior del gas de la botella a otra presión que será la suma entre una presión característica de CADA modelo (generalmente entre 8 y 12 bar) y la presión ambiente (del agua). El gas a esta presión diferencial llegará a través del latiguillo a la segunda etapa, cuyo muelle interior deberá estar diseñado para contrarrestar la fuerza de dicha presión dividida por la superficie del asiento que tenga. Si la presión que le llega es distinta, no funcionará bien.
Sin embargo, hay que saber que, aunque funcionase la mezcla de etapas, esto anularía automáticamente la garantía del fabricante.
Salvo por razones y casos muy particulares, no parece una buena práctica ni se puede aconsejar a priori.
Las aburridas normas
Al comienzo de este artículo se afirmaba que cualquier regulador con marcado CE ─ europeo ─, cumplía con los mínimos exigibles en el buceo recreativo sin techo. Sin embargo, conviene saber algo sobre estas normativas y pruebas que teóricamente garantizan la seguridad, adelantándose que, si el lector piensa que se somete a sus equipos a exigencias extremas que garantizan cualquier situación posterior, se llevará una sorpresa.
La norma EN 250 y sus sorprendentes límites
Los reguladores (y otros componentes del equipo de buceo) están considerados en Europa como Equipos de Protección Individual (EPI), es decir, artilugios de los que depende la seguridad del que los porta. Las condiciones generales de los EPI y su comercialización en la Unión Europea están regulados por el Reglamento Europeo 2016/425. Dichos equipos se dividen en tres categorías, según el riesgo del que protegen: categorías I, II y III, de menos a más críticos. Concretamente, los reguladores de buceo son EPI de categoría III (riesgo máximo) y son sometidos a pruebas determinadas por la norma europea EN 250:2014, norma que se debe cumplir para la certificación CE.
Si bien todo buceador debe saber que el equipo con marcado CE que adquiere en Europa cumple unos mínimos, también conocer los límites de lo que la norma le garantiza:
- Esta norma europea EN 250:2014 especifica requisitos mínimos para garantizar un nivel mínimo de seguridad del aparato hasta una profundidad máxima de 50 m utilizando aire comprimido en virtud de la EN12021. Ello durante 5 minutos en cámara de presión. Más profundidad y mezclas distintas del aire parecen territorio desconocido para la norma.
- La norma EN250:2014 se centra en equipos destinados a un solo buceador. En caso de emergencia y si hay un octopus conectado al sistema, la norma sólo especifica requisitos mínimos para garantizar un nivel mínimo de seguridad hasta una profundidad máxima de 30 m y una temperatura del agua de 10°C.
- La norma advierte que utilizar un único equipo a una temperatura inferior a 10 °C no es lo idóneo y conlleva un riesgo significativo de accidentes, recomendando el uso de sistemas alternativos completamente independientes (es decir, llevar otra fuente primaria de gas auxiliar compuesta por botella+regulador).
- Así mismo, advierte que el uso de un sistema respiratorio auxiliar de emergencia (octopus) a profundidades superiores a los 30 m conlleva también un riesgo significativo de accidentes y que un regulador, configurado para que respiren de él dos buceadores simultáneamente, no debe utilizarse a profundidades superiores a los 30 m ni en aguas a temperaturas inferiores a 4 °C.
Sorprendente e inesperado, ¿verdad? Esto es todo lo que garantiza la norma europea que tienen que pasar los reguladores de buceo para obtener el sello CE, del que hablaremos a continuación. Fuera de estos límites no hay garantía teórica de funcionamiento, si sólo se cumplieran esta norma. Afortunadamente, no es así.
Pero no es oro todo el marcado CE que reluce.
El marcado CE y los cuentos chinos
Como se ha dicho, en el caso de la Unión Europea, el marcado CE (CONFORMITÉ EUROPÉENE) es la certificación que indica que el fabricante que lo incorpora en sus productos cumple con las normativas industriales y de seguridad aplicables en la UE, lo que supuestamente garantiza la seguridad.
De hecho, hay países (como Francia, por ejemplo) en el que si uno quiere bucear con un equipo que no tenga el marcado CE, no le dejan ni pisar el barco, por muchas acreditaciones externas a la Unión Europea que tenga. Eso lo saben bien los buceadores de rebreather europeos, sobre todo.
El problema es que existe otro marcado CE cuyo significado es muy diferente y nada tiene que ver con el oficial europeo. Y es que muchos productos fabricados en China traen un sello «CE» cuyo significado real es “China Export”, que no sólo no es ninguna certificación, sino que simplemente indica la procedencia china del artículo, sin más.
Pero, ¡si son el mismo símbolo!, pensará el lector. Pues no.
Es normal que se produzca la confusión, ya que ambos símbolos son casi idénticos. Mismas letras, colores y tipografía. Para diferenciarlos, hay que fijarse en la separación de las letras. El marcado CE europeo tiene las letras más separadas, así que será conveniente prestar atención a este pequeño detalle si no se quiere ser engañado como a un chino … o por un chino, en este caso.
Nadie que no sepa esto a priori podrá ver la diferencia. Y, aunque lo sepa, muchas veces hay que tener la vista del águila culebrera para notarla.
Esta auténtica tropelía (3) planea sobre todos los productos, no sólo los de buceo. En cualquier caso, también existen marcados CE europeos falsos emitidos desde China, por lo que es recomendable comprar reguladores de marcas reconocidas como garantía adicional.
La ISO 9001
Existe una certificación al que casi nadie da importancia por parecer una cuestión administrativa interna de las empresas, pero que la tiene.
La norma internacional, DIN ISO 9001, (ISO = International Standardizing Organization), establece los requisitos organizativos cuyo propósito es garantizar la calidad en los procedimientos de producción, ensayo y comprobación que garanticen la calidad y seguridad de cualquier producto. Y, lo que es más importante, dirigidos a prevenir y detectar cualquier deficiencia durante la producción.
Las normas norteamericanas
La Marina de EEUU tiene sus normas, que rigen en su área de influencia.
En el caso de las Normas US Navy, los requerimientos para los reguladores de buceo son más exigentes que las normas EN 250 europeas. Así, las certificaciones se obtienen a mayor profundidad (60 m en vez de los 50 m europeos), durante mayor tiempo (60 minutos, en vez de los 5 min. europeos) y a menor temperatura (0ºC en agua salada en vez de 4ºC en agua dulce de las normas europeas).
Los requerimientos de esfuerzo pulmonar máximos para su funcionamiento, también son más exigentes, siendo el trabajo de respiración total máximo de 1,4 J/l en cada respiración (en vez de los 3,0 J/l europeos) y las presiones de inhalación y exhalación no deben exceder de 1,5 KPa (en vez de los 2,5 kPa europeos).
En principio ello sería ajeno al comprador de material de buceo europeo o de otro lugar pero, dado que los fabricantes importantes de material de buceo fabrican y venden en el mundo entero y que no parece tener gran sentido hacer unos reguladores para Europa y otros distintos para EE UU (u otros lugares), las firmas importantes fabrican cumpliendo los requisitos más exigentes de ambos mundos, por lo que tienen en cuenta todos los estándares.
Una razón más para comprar reguladores de marcas conocidas, extendidas y acreditadas.
Corolario
Como se ha dicho al principio del artículo, cualquier regulador con marcado CE (del bueno) que, por tanto, cumpla con la norma EN 250, sirve para buceo recreativo.
Sin embargo, en el artículo se han enunciado criterios suficientes como para, al menos, dirigir la compra en la buena dirección, si se conocen los requisitos que debe cumplir.
Sin embargo y dicho esto, quien escribe va a responder a la pregunta inicial de «¿qué regulador comprar?» en el entendimiento de que la respuesta se hace desde Europa y contiene sus preferencias personales, que el lector siempre puede ahorrarse si lo desea, dejando de leer.
Para un buceo recreativo normal sin techo, el Autor compraría una primera etapa con marcado CE europeo de un modelo ─ no de los últimos (que será además más barato) ─, con 4 puertos LP y dos HP.
Sería un regulador de un fabricante de reconocida solvencia, con repuestos garantizados y con un servicio técnico de fácil acceso en el lugar en el que se resida, lo que requerirá una pequeña investigación previa.
La primera etapa sería de latón cromado, de pistón o de membrana pero en todo caso, COMPENSADA. En el caso de bucear o vivir en latitudes de aguas frías, se optaría por una de membrana compensada totalmente sellada.
Sin torretas giratorias ni quintos puertos.
Con conexión M-25 – DIN 300 (pero sólo porque no se encontrará la preferible DIN 200).
Respecto de la segunda etapa, sería así mismo COMPENSADA y con regulación de esfuerzo y Venturi (dive -predive), con cuerpo plástico (poliamidas con plásticos reforzados con fibra de vidrio) y ligera pero no tanto como para que sucumba al primer manazas con botella del barco. Lo más sencilla posible y desprovista de plásticos, escudos y demás adornos superfluos.
Octopus en consonancia con la anterior, pues ésta debe ser la segunda etapa más fiable, mejor mantenida y la que no puede fallar nunca, ya que es la de emergencia (no nos cansaremos de repetirlo).
Adicionalmente:
Si el lector contemplara la posibilidad de la configuración en lateral o sidemount recreativa en un futuro, se añadiría la característica de que tuviera torreta giratoria y que la segunda etapa fuera reversible.
Ya tenemos nuestro regulador para buceo recreativo. A partir de este punto, si se pensara que en el futuro se llegará a practicar el buceo técnico, se le añadirían las correspondientes características descritas en el artículo para cada caso.
En todo caso y como en los juicios, cuanto antecede es el resultado del leal saber y entender del que suscribe, quien somete su opinión a cualquier otra mejor fundada.
(1) – Realmente existe reguladores con menos salidas aún (1 LP + 1 HP) pero suelen utilizarse para propósitos como las botellas auxiliares para traje seco.
(2) – Como, por ejemplo, en la segunda etapa Apeksⓒ DST.
(3) – A quien esto escribe le parece una auténtica tropelía que en el ámbito privado sería duramente sancionada y que las autoridades europeas toleran por cuestiones meramente políticas. Pero no acaba ahí la cosa, porque la República Popular de China de puertas adentro tiene su propia certificación, la CCC, que son las siglas de «China Compulsory Certification«, que obliga a lo que se exporta a China (2). Es decir, China exporta imitando los símbolos de garantía ajenos amparándose en la confusión y exige el propio para importar.
Muy buen artículo amigo Don José. Cómo se nota que hemos aprendido mucho sobre los reguladores, si mantenimiento, si verdadero uso y sobre el marketing endemoniado de los fabricantes.
Creo que todo buceador debería leer este artículo nada más acabar el OWD y antes de adquirir un regulador.
Corrijo lo anterior, todo buceador que le tenga aprecio a este deporte recreativo y a su vida, debería leer no sólo este artículo, sino todo los tuyos.
Amigo Don José, gracias por todos tus aportes, seguiré aprendiendo de todos los buceadores de buena voluntad.
Gracias por el comentario, aunque el «Don» me suena rarísimo.
Abrazos.
G.
Buenas noches.
Ya sé que el terreno (teórico) de tu blog es el recre, pero seguro que eres consciente de que te leemos gente que también nos metemos en, por ejemplo, agujeros.
¿Serías tan amable de darnos tu opinión sobre los reguladores más adecuados (y las razones) para, digamos, cueva de agua calentita, configuración hogarthiana, inmersiones sencillas (sin etapas, profundidad media limitada…). La cueva del Agua, por ejemplo, y ese tipo de buceo tan común ahí que es la de ida y vuelta hasta los 300 o los 400, sin saltos… En particular en relación con el dichoso quinto puerto: porque (al corto entender de uno, claro) si se colocan con cuidado las primeras y se enruta también con un poco de cuidado, tampoco parece que la torsión de los latiguillos sea una cosa dramática y peligrosa.
¡Y muchas gracias!
Santiago.
Hola.
La última vez que buceé en la Cueva del Agua, acabamos en una galería secundaria y tuvimos qie salir a ciegas.
El cieno finísimo impregnó hasta el último poro de mi equipo. Y tardó mucho tiempo en desaparecer totalmente a pesar de sucesivos lavados y endulzados.
A mí no me haría gracia que ese sedimento acabara en el interior de mi regulador, por lo que yo optaría por uno de membrana compensada totalmente sellado.
Respecto del enrutado, hay tantos modelos con tantas variantes posibles que cada caso hay que analizarlo por separado. Pero, por ejemplo, yo he acabado teniendo problemas con las Apeks DS4, concretamente con el latiguillo del regulador secundario que sale del poste izquierdo (conf. Hogartiana). Desde entonces procuro no forzar las curvas de los latiguillos lo más mínimo.
El enrutado parece no ser relevante … hasta que un latiguillo «peta».
Espero haberte ayudado.
Un saludo cordial
G.
De Luis para Gualdrapa, compañero de curso TIDES. Fantástico artículo que debería leer todo buceador y más los que acaban de sacar el OWD. Aclara muchas dudas y cuestiones que un buceador recreativo desconoce y como bien dices, se guía por lo que ve de su instructor y se fija en lo que lleva, y claro quiero lo mismo, aunque desconozca que tipo de buceo va a realizar más adelante y donde…..
Un abrazo y sigue ilustrándonos con tu dedicación, la cual es impagable y tu sabiduría.
Tus opiniones ayudan, claro que sí. La cueva del Agua no avisa, no señor. Respecto del DS4 (el que yo uso casi siempre, y en los dos postes), ese latiguillo del poste izquierdo parece que queda sin grandes torsiones (y la segunda va a su sitio) pasándolo entre la tráquea y el arnés. Si además se le trata como a un consumible y se reemplaza con cierta frecuencia…
Lo dicho: gracias.
Santi.