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«Buceo con bombona»

Quien esto escribe confiesa una sádica y un tanto infantil satisfacción al llegar a un nuevo centro de buceo con su equipo y exclamar con toda seriedad: «Buenos días. Vengo a bucear con bombona«.

El disfrute comienza con las habituales e incontrolables muecas de desprecio, miradas torvas y al soslayo del personal, prolongándose con la displicente y casi inevitable frase «No se dice bombona. Se dice botella«, cansinamente entonada por el más experimentado de los presentes. O quizá un «¿Es que vas a bucear con butano?«, dicho por el más ocurrente y contestado con un rotundo «No. Con oxígeno«. Para ahondar en la futura herida, más que nada.

Pero el clímax llega cuando las anteriores miradas se tornan en expresiones de extrañeza al salir vestido con una tasadísima configuración hogarthiana con seco, sencillita en realidad, pero para muchos inhabitual y sofisticada, que no corresponde al palurdo que dice «bombona con oxígeno«.

Porque ¿qué problema hay en decir bombona? ¿o cilindro? ¿o tanque? ¿De dónde viene esa suerte de desprecio al «novato» que, al parecer, ha de ser corregido para no utilizar la palabra bombona? ¿Nos sentimos más «expertos», más «iniciados»?

La realidad

Según el Diccionario Etimológico Crítico de Corominas (obra que animo al lector a adquirir para vivir en el futuro abrazado a ella), la palabra bombona procede del occitano boumbouno, pasando al francés bonbonne y al catalán bombona.

Según el DRAE, su significado es:


bombona

Del fr. bonbonne.

1. f. Vasija resistente, de boca estrecha, muy barriguda y de bastante capacidad, que se usa para el transporte de ciertos fluidos.

2. f. Vasija metálica muy resistente, de forma cilíndrica o acampanada y cierre hermético. Sirve para contener gases a presión y líquidos que, por ser muy volátiles, originan grandes presiones si se impide la salida del vapor.

3. f. Recipiente de metal cilíndrico y de poca altura, en el que se guardan gasas y algodones, por lo común esterilizados.

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Es decir, que su segunda acepción encaja perfectamente con cualquier botella de buceo, aunque con matices, como veremos a continuación.

Pero más interesante resulta observar la referencia a su forma y proporciones recogida en la primera acepción: «… de boca estrecha y muy barriguda».

Aún no siendo el término «barrigudo» un prodigio de concrección geométrica, hace referencia a que el uso generalizado de bombona viene asociado a la designación de envases en los que existe una determinada proporción visual entre su longitud y su diámetro, reservándose así este término generalmente a aquellos en que su anchura es significativa respecto de su altura.

BOM-BO-NA. Es opinión de este Autor que su pronunciación reproduce en cierta medida su imagen. Digamos que es una propiedad de la palabra de pronunciarse de forma evocativa de lo que representa. Parece que los que se dedican a estas cosas tan interesantes lo denominan fonosimbolismo.

Pero, ya que nos ponemos exquisitos en la reivindicación del uso de la palabra, deberíamos admitir también que, por todo lo anteriormente dicho, deberíamos emplear la palabra bombona principalmente al referirnos a una botella cuyo diámetro es relevante visualmente respecto de su altura. Es decir, el caso de una botella de acero de 12 litros convencional por ejemplo, no siendo su uso incorrecto -al acogernos a la segunda acepción de su significado- pero no tan preciso en los casos de botellas más largas. No es un uso lingüístico tan redondo -nunca mejor dicho-.

¿De una pieza o soldadas?

Hay quien afirma con rotundidad que la diferencia entre bombona y botella es que ésta última está realizada de una sola pieza, mientras que la primera está formada por partes soldadas, siendo contemplada esta diferencia en las normativas técnicas de los envases a presión. Quien esto escribe no ha podido encontrar nada semejante.

Que se sepa, el establecimiento de los significados de las palabras y las reglas lingüísticas no corresponden al Ministerio de Industria. Pero, aunque así fuera, ni la ITC MIE-APQ-5: «Almacenamiento y utilización de botellas y botellones de gases comprimidos, licuados y disueltos a presión» ni la NTP 198:«Gases comprimidos, identificación de botellas», ni sobre todo el Real Decreto 809/2021, de 21 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de equipos a presión y sus instrucciones técnicas complementarias dicen nada de que a una botella producida con soldadura haya que llamarla «bombona». Es más, se nombra como «botella soldada».

¿Clasismo o defensa de la corrección lingüística?

¿No sentimos superiores al corregir al que dice bombona? ¿Clasismo de «iniciados» hacia «no iniciados»? ¿signo inequívoco de veteranía? ¿o buscamos una inexistente corrección lingüística?

Clasismo, sin ninguna duda. Puesto que casi con total seguridad, si prestamos atención al discurso del corrector con afán educativo que recrimina a quien utiliza la palabra bombona, tarde o temprano a parecerán los consabidos anglicismos snorkelcanister spool, por no decir ED, run time o rock bottom, si es más avanzado. Nos escandalizamos del uso de bombona, pero luego restregamos por el fondo el idioma cuán octopus (sí, también octopus).

Corolario

El uso del término bombona para referirse a una botella de buceo corta y ancha, es perfecta e indiscutiblemente correcto. Correcto sin más en el caso de otras en cuyas proporciones visuales su diámetro es mucho menor a su longitud.

Dejemos de estigmatizar a nadie, abandonemos este tipo de estulticias tan extendidas en el ámbito del buceo y prestemos atención a cosas verdaderamente relevantes. Salvo que disfrutemos como objeto de vergüenza ajena.

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3 thoughts on “

¿Clasismo o corrección?

BUCEO CON BOMBONA

  1. Buenas… Como novato, debo decir que varias veces me han corregido lo de bombona…. Y ahora lo tengo que pensar, antes de decirlo, porque me sigue saliendo solo… Tampoco es una cosa avergonzante, pero coincido en que refleja un cierto clasismo (en el que claramente intento entrar, por otra parte)

    Me encanta tu blog…

    1. Hola.

      Yo creo que hay que tomarse lo de la bombona con humor.
      Aunque se mire por encima del hombro al novato que lo dice, tampoco es algo importante que deba ofender, creo yo …
      Pero, si te lo dicen, en este artículo hay argumentos con los que responder.

      Me alegro que te guste el blog.
      Difúndelo entre tus compañeros, por favor.

      Un saludo.
      G.

  2. Personalmente no lo calificaría como clasismo, pues esta palabra destila un tufillo peyorativo que creo que no es la realidad cotidiana en el mundo del buceo.
    Sin embargo cuando se corrige cariñosamente al cursillista o al novato la intención es darle a entender que hay una jerga propia del buceo que lo hace distintivo, diferente, como la hay para la navegación a vela repudiando la palabra cuerda y sustituyéndola por cabo (aunque la acepción venga expresada en el diccionario).
    Añadir anglicismos que acortan o simplifican conceptos tampoco me parece desacertado (briefing, octopus, backup, etc) pues el lenguaje es un ente vivo y dinámico en cierta manera y su especialización en el buceo nos enriquece cada día. Aún así y como anécdota extraño palabros en desuso como descompresímetro.

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